LAS REGADERAS DEL GIMNASIO

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Jamas había hecho tanto deporte en un día de escuela. La maestra de gimnasia nos había hecho correr mas de diez minutos, literalmente sentía mis pies arder.
Mis cosas estaban en la mochila que había dejado por mi ropa que estaban en la banca de los vestidores.
Como siempre después de gimnasia, tomaba quince minutos para calentar un poco en el baloncesto, me fui a las duchas a bañar ya que siempre se encontraban solas. Al entrar, mis cosas estaban en el lugar donde las había dejado y alguien estaba en la regadera
—¿Quién está ahí? —Sonó una voz desde la ducha
—Tranquilo güey, solo vengo a ducharme ¿Te molesta?
—Claro que no, adelante.
El vestidor estaba lleno de vapor y comencé a quitarme los pantalones y boxers para meterme a enjuagar.
El chico de adentro lucía una gran cabellera rubia y en seguida me voltio a ver.
—Me llamo Ross y tu?
—Soy Shawn — comencé a tallar mi cabello
— Lindo nombre — el chico hizo lo mismo y comenzó a frotar su cuero cabelludo
—¿haces gimnasia? —Pregunté
—Practico natación —Respondió —A puesto a que tu si, tienes muy buen cuerpo, claro sin ofender
—Sí, estoy en clase de gimnasia, escuché que te hace aumentar el culo —vacilé y el chico río
—Pues si te esta sirviendo —El chico bajó la mirada a mi culo y por un momento sentí vergüenza
—No tanto, aún falta que se pongan duras
—pero se ven muy paraditas ¿a poco no están duras?
—No —Vacilé —Toca si no me crees —Me voltié y el chico rubio se acercó a mi culo y sentí sus manos apretarme ambas nalgas con fuerza.
—Para mi están bien —No dejó de apretar y sentí como me soltó una nalgada —muy buen culo amigo, vaya que si te esta sirviendo las clases
—Gracias amigo, pero tu no te quedas atrás, también tienes culo —Respondí
—no tanto como tu, de seguro has de hacer feliz a tu novia... además de culón, tienes buen pedazo. —miré mi pene y había olvidado que estaba desnudo
—No tengo novia, así que no —Comencé a reír
—¿Qué? Amigo no te onfedas pero estas para dar duro, creeme que si fuera mujer, ya te hubiera dejado penetrarme
—No necesitas ser mujer, volteate y de una vez te la meto —Vacilé y solté un par de risas Juntó con el muchacho rubio —Mira que tu la tienes mas grande amigo
— Tonterías — El chico se acercó a mi y me mostró su enorme pene —De cerca es pequeño. Estábamos a centímetros de que nuestros miembros se rozaran y fue ahí cuando vi sus ojos cafés claros viéndome con atención. Fue ahí cuando me distraje en lo que sucedía
— Está duro —Su mano en mi pene  me hizo volver a lo que sucedía. El chico me estaba tocando completamente, así se sentía que alguien ajeno a ti tocara tu miembro, un cosquilleo excitante y a la misma vez algo extraño.
—¿No te molesta que toque? —Quitó la mano y me vio
—No, adelante —Fue ahí cuando sentí ambas manos; una en mi pene mientras otra estaba en mis testículos. Un cosquilleo pasó por mis testículos al sentir su mano en ellos.
—güey espera, se siente chistoso  —El chico quitó sus manos de mí
—¿Eres virgen? —Preguntó
—Si güey —Respondí
—¡No mames!, ¿Jamás te has cogido a una chava? —Sentí vergüenza
—No, güey
—O sea que eres un pinche novato...
—Si Güey
—No mames
—¿Tu ya no eres virgen?
—No, desde hace dos años
— ¿Cómo le hiciste güey?
—Si quieres, yo te haré tener tu primera vez y sin necesidad de prostitutas. Ven a mi casa un día de estos, claro, si gustas y yo te enseñare todo lo que debes saber antes de llevar a una chica a la cama y chance y te presento a mi prima.
—No mames güey, eso me da mas pena
—Tu solo descuida güey, yo te haré un excperto en todo esto.

 —No mames güey, eso me da mas pena—Tu solo descuida güey, yo te haré un excperto en todo esto

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EL MAESTRO DEL SEXOWhere stories live. Discover now