EL CUARTO DEL HOTEL

3.5K 104 0
                                    

La habitación del hotel era demasiado pequeña, pero muy bonita para una tarde tranquila. Ross veía lo que se encontraba en la nevera, y sin más, sacó dos cervezas, dejándolas sobre la mesa se centro.
—Brindemos por los dos —Ross tomó una cerveza y la elevó sobre su cabeza.
—Ross... —me senté en la orilla de la cama —¿Puedo preguntarte algo?
—Bueno, ya lo has hecho —Ross comenzó a reírse y yo tardé en comprender lo que me había dicho.
—Me refiero a, ¿Por qué eres así conmigo?
— ¿A que te refieres? —Ross abrió su cerveza y tomó un trago
—Amable, cariñoso y cortés —Noto como me he sonrojado y continuó — Me gustas.
Ross deja su botella en la mesa, y posa su mirada en mis ojos.
—Te refieres a qué... ¿Estás enamorado de mí?
— ¡Sí! —Tomo aire y me acerco a Ross —Me estoy enamorando de ti, y tengo miedo a que esto solo sean ideas mías. No quiero sufrir —Ross toma mis manos y me sube la mirada hasta detenerse en mis ojos.
—Creo sentir lo mismo por ti, y me gustaría saber que es verdad este sentimiento. Puedo apostar a que, me estoy enamorando de ti, Shawn —Sus mejillas se tornan rojizas y planta uno de sus besos en mi mejilla.

Tomo la botella de cerveza y le doy un trago. Después de media hora, ambos quedamos viéndonos por minutos, hasta que Ross decide romper la tensión que hay en la habitación.
—Sabes, me gustas todo tú. amo tu pecho, tus labios, tus ojos e incluso tu enorme trasero —Ross comienza a reír como loco mientras se acerca hacia mí.
—Ross, ¿De verdad sientes todo eso por mí?
—Sí... Si no fuera así, no haría esto. Sin pensarlo, Ross plantó un beso sobre mis labios resecos, sentí su piel junto con la mía, y en cuanto mas tiempo pasábamos juntos, sentía que lo amaba más de lo que ya lo hacia.
—Ross, eres lo mejor que me pudo haber pasado, jamás. No hablo, solo asintió mientras me dejaba caer sobre la cama. Jamás había tenido sexo en mi vida, y eso me mantenía un poco preocupado y nervioso, ya que Ross era todo un experto en esto. Sin más, dejé llevarme por la pasión del momento, y sin saber demasiado, deje que los impulsos hicieran su trabajo. Ross besaba como un dios, y eso me hacia sentir como un estúpido, ya que no se comparaba nada a mis besos. Dejé que Ross me subiera arriba de su pecho, y sin más, comencé a pasar mis labios por toda su cara, hasta bajar al cuello, con unos besos bastante excitantes. Ross comenzaba a gemir de placer, y al llegar a su pecho, saqué su camisa de un jalón. A continuación, Ross se encontraba sobre la cama, casi desnudo, con solo un par de boxers cubriéndolo, y un par de calcetas sobre sus pies. Ross pedía a gritos que besara su abdomen hasta llegar a su ingle, y sin pensarlo dos veces, llegué al punto débil de mi rubio.

 Ross pedía a gritos que besara su abdomen hasta llegar a su ingle, y sin pensarlo dos veces, llegué al punto débil de mi rubio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No olviden comentar y dejar sus estrellitas y si también quieren, pueden seguir la cuenta para que reciban notificaciones.

EL MAESTRO DEL SEXOWhere stories live. Discover now