S i x.

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Joel Pimentel.

ㅡ Agh, tú amigo es lo peor.ㅡ Escuché la voz chillona de Madison, pero no tenía una idea de dónde estaba.ㅡ Amor te extrañaba.

Caminó un poco, intentado buscar el cuerpo de la morena. Parecía perdido, como si estuviese alucinando.

Tal vez lo haga.

ㅡ Estoy aquí contigo, lo sabes ¿no?. ㅡ Cuestionó la voz masculina, de la cuál, ahora no tenía una jodida idea de quién era.

Oh, ahora no, memoria de Dory. Ahora no vengas a mí.

ㅡ Necesito estar contigo, de nuevo.

ㅡ Lo estamos, solo necesitamos que el no se enteré.

Frunció el ceño. Dios, esto parecía un jodido laberinto del que no tenía idea dónde está la salida; ella.

Oh, olviden eso, ha sonado patético. Que asco.

ㅡ ¿Puedes venir a la casa de Aarón? Quiero dormir contigo. ㅡPidió, Beer y podía apostar que estaba haciendo pucheros, como una bebé regañada.

ㅡ ¿Hoy?.

ㅡ Sí, solo hoy.

Rodeó los ojos para sí mismo cuando una hoja crujió, había aplastado una en el camino y ni cuenta se había dado.

¡Genial!.

ㅡ ¿Quién está ahí?.

Yo, ¿quién más?.

ㅡ Madison, vámonos.ㅡ intervinieron, porque de alguna manera, se escuchan cerca, unos de los otros.

Toqué mis bolsillos del pantalón, tomé el celular entre mis manos y traté de buscar la linterna. Moría por descubrir quién era el chico, porque aunque quisiese, no podría dejar ese tema por finalizado.

Me levanté, mi respiración era algo agitada, mi frente estaba sudorosa y estaba descubierto de las frazadas que me cubrían del aire acondicionado.

Había sido un sueño. Lo ví, lo sabía, justo ahora no recordaba con exactitud la cara de aquel chico, pero al menos, había estado cerca de saberlo, al menos en su sueño.

Agh, no debe soñar con ella, eso ha sido más una pesadilla, para un angelito como él lo es. No lo merece, es demasiado bueno para soñar cosas feas.

Tomé mi teléfono, miré la hora, marcaban las 3:27 am. Y justo en ese momento, como si se hubieran puesto de acuerdo, la llamada menos esperada entró.

Madison Beer.

ㅡ ¿Hola?.

ㅡ Necesito un favor.ㅡ Apenas escuché por el ruido, así, sin más ni saludar.

¿Quién se creía?.

ㅡ Sí, no te preocupes, no estaba durmiendo.ㅡ Comenté sarcastimente e intentando dar un toque de molestia en mi voz, pero era más de sueño.

ㅡ Déjate de estupideces, necesito que me prestes dinero, estoy en un bar y me gasté el dinero.ㅡ Explicó brevemente.

ㅡ No.

ㅡ Eres nuestra salvación, Aarón no me responde, y tus amigos igual están aquí. No nos puedes dejar morir solos.

ㅡ Sí puedo.

ㅡ Ahora qué, ¿tú amante no te deja?.

ㅡ Primero que nada, no te interesa si me deja o no, y segundo; no tengo idea donde están. Lo siento, la llamada se está cortando... oh, no te...

ㅡ Gracias por aceptar ayudarnos.ㅡ ignoró por completo lo primero que dije, y respondió con entusiasmo.

ㅡ No lo hi...

ㅡ Te mando la dirección por mensaje, ¡gracias!.ㅡ Fue lo último que escuché porque colgó.

Así que mis amigos se fueron con ella, hijos de sus mamás.

[...]

ㅡ Aquí tienes.ㅡ Le entregué el dinero, justo cuando los encontré entre ese montón de gente.

ㅡ Aquí está.ㅡ Ahora entregó el dinero al mesero y se volteó para verlo.ㅡ Gracias hogro.

Ja. No podía ser cierto, esto era tan absurdo. Lo estaba abrazando.

ㅡ ¿Quién lo diría? Tú abrazándome.

ㅡ Tenías que arruinarlo.ㅡ Gruñó, alejándose de mí y viendo a su alrededor.

No los juzgara, parecía un ambiente divertido.

ㅡ Gracias bro.ㅡ Hablaron los chicos, ahora.

ㅡ Como sea, ahora me voy. ㅡ Me di la vuelta para iniciar mi camino al hotel, estaba más que cansado.

ㅡ Y si nos vamos a otra rumba?-propuso Erick

ㅡ Dale.

ㅡ ¿Qué te parece su vamos Joel?.ㅡ Me invitaron.

ㅡ Me pidieron dinero porque no tenian y aún asi ¿quieren ir?ㅡ Carcaje.

ㅡ ¡Vamos!.

ㅡ No lo sé.

ㅡ Oh, ¡Vamos! No seas aguafiestas.ㅡ Rodeó los ojos la morena.

ㅡ Agh, bien.ㅡ accedí.

Lo bueno de la zona, es que allí había una gran variedad de antros, pero, al que entramos fue al que parecía mejor ambientado.

Madison desapareció y a los pocos minutos regresó, con un chico, el cual no tenía idea de quién era, pero que no me removió nada, ni un .1 de celos.

Se consigue a puro feo, menos a él. Oh, esa dramática es afortunada por tenerlo.

Encontré a una chica, con la cuál baile un poco y ¿por qué no? Nos dimos unos cuantos besos. Porque... si ella se divertía ¿Por qué yo no?.

Terminamos saliendo de allí tal vez, casi a las seis de la mañana. Oh, la vida era una sola.

Christopher condujo hasta el hotel, ya que era el menos tomado, algo raro en él, ya que suele ser el más borracho entre los chicos, porque, todos sabemos que clase de chico fiestero es.

Nos dejó a Madison y a mí en el hotel, para despues ellos irse al suyo.

ㅡ Yo duermo en la cama.ㅡ Aclaró, con su voz de sueño para después de quitarse sus zapatillas, tirarse en la cama.

ㅡ No, yo dormiré en la cama.ㅡ Me opuse y me acosté a su lado.

ㅡ Como quieras.ㅡ Fue lo último que escuche por su parte.

Me acerqué cuidadosamente a ella, y pude notar que ya estaba dormida. Que chica con el sueño pesado, eh.

Le haría una broma, pero estoy muy cansado, así que mañana me levantaré temprano para hacérsela. La maldad corre por mis venas.

Apagué las luces, me acomodé del lado contrario que estaba ella, pudiendo notar mitad de su espalda, la cuál toqué delicadamente con mi dedo índice; varios minutos después preferí dormir.

Corto lo sé, espero les está gustando.
Nos vemos en el próximo capítulo.

Casados por obligación.||Joel Pimentel.Where stories live. Discover now