2. PENUMBRA

105 14 14
                                    

Sally, por suerte vivió aquel día.
Sus ojos se abrieron seguido de un sutil parpadeo, poco apoco distinguió un gris pálido en la atmósfera, una clase de neblina se había impuesto en la calle con dificultad se podía ver más allá de un metro.
Intentó girar levemente su rostro tratando de entender qué ocurría o dónde se encontraba un embrollo de preguntas que hacían retumbar su cabeza. Su mirada se perdía tras el manto gris intangible en busca de algo... de alguien, sin embargo nadie aparecía.
Pasaron un par de minutos, aunque para Sally fueron horas de espera cuando una figura se revelaba entre las cenizas, los escombros, ésta corría apresurada en dirección a Sally.

El hombre la tomó entre sus brazos, no distinguía con exactitud lo que decía, sólo algo como...

- ¡Calma! ¡Tranquila! Te repondrás y un ¡Todo estará bien!

- ¡Llegue a justo a tiempo por ti!

Su voz trasmitía desesperación, sus palabras trataban de ser coherentes, aunque sonaban intranquilas, su rostro desvelaba heridas con una mezcla de polvo y tizne.
No logró ver más de él...

Sin previo aviso una de las columnas de la casa frente a ellos se desplomó y acto seguido el resto de la casa se les vino encima.
Sally salió disparada por los aires luego de una violenta sacudida, sentía como su cuerpo se alejaba de los brazos cálidos del hombre, su cuerpo frágil cayó con dureza en el suelo. Su ropa se desgarró de forma desandrajada, no obstante, las heridas en su cuerpo se hicieron visibles, su aspecto era realmente inquietante.
Por unos segundos vio claramente la figura del hombre quien la había cargado por unos segundos, sólo su rostro reconoció, el cuerpo del hombre se encontraba debajo de un par de columnas, estaba muerto. Esa imagen se grabó en su mente, no soportó más, y un llanto desgarrador salió expulsado de su voz, no pudo retenerlo.

La tarde caía y la noche desplegaba sus matices negros, Sally seguía tirada en el suelo, el dolor invadía su cuerpo... posiblemente había sufrido una seria contusión ó a lo mejor una fractura.

La neblina con una mezcla de polvo y cenizas se dispersó en su totalidad, las casas emergieron de la oscuridad, esta vez en ruinas lo que alguna vez habían sido pisos, ventas, puertas, ahora no eran más que escombros... por mucho...permanecían ciertos indelebles rasgos.

Unas luces avanzaban en la oscuridad, varios soldados alemanes se aproximaban con linternas en medio de las ruinas, buscaban sobrevivientes, alguna señal de auxilio que proviniera desde lo más remoto.
Pronto un eco de sirenas se propagaba, hombres con camillas y equipos básicos de primeros auxilios entraban en lo que en un principio fueron casas.
Sally para ese entonces estaba medio consiente, podría escuchar a la perfección si no fuera por la metralla que estropeó sus oídos. Su boca no conseguía gesticular siquiera un suspiro de palabra ya que su garganta reseca estaba por el esfuerzo luego de pedir ayuda con un grito ahogado.

- ¡Eh mira! - parece ser una niña judía - dijo el más robusto.

- ¡Eso parece ser! - el joven era flaco y de pelo desaliñado.

- Qué te parece si apostamos tus cigarros...

- Qué patrañas estas diciendo...

- No es difícil.... a que puedo darle justo en medio de las cejas a esa mocosa.

- A esta distancia, ¡Ja! Lo dudo... pero acepto.... me tendrás que dar uno par extra.

Tomó su rifle y fijó su mirada en dirección a Sally.

Una bala salió disparada produciendo un sonido profundo y resonante.

La bala dio justo en el cabello desarreglado de Sally.

- ¡Ja! Exclamó mientras reía -Sólo mira como se hace - Una vez más disparó, por desgracia el disparo dio en la ropa de Sally.

- ¡Me debes unos cigarros! Exclamó triunfante.

- ¡Joder! - exclamó enfadado- has tenido suerte.

- ¡Deja me rematarla! esta vez sí le daré.

-Deja así... para la madrugada estará muerta.

-Bueno, es mejor que nos vayamos entonces, tenemos trabajo toda esta noche... ¡Esos estúpidos aliados! Y sus bombarderos, ya verán su merecido por Hitler.

La noche transcurría, las personas salían en hileras de los refugios antiaéreos, sus rostros caídos avanzaban por los restos de las calles, los niños salían de las manos de sus padres lloriqueando, otros dormidos en sus brazos sin ánimo de despertar.
Es noche varias familias no pasarían la noche en sus hogares las familias tenían que resguardarse en las casas de sus vecinos.
Cientos de familias alemanas para ese entonces se encontraban en el centro de atención, su estado era realmente crítico, niños y mujeres en camillas la mayoría improvisadas pendían de un hilo entre la vida y la muerte, sus cuerpos desfallecían y pronto necesitarían más insumos.

- ¡Dime! que tenemos aquí.

- Verá doctor-mencionó la enfermera- fractura de su mano izquierda... contusiones en varias partes de su cuerpo...

- Y esta sangre- dijo mencionando su abdomen.

- Parece ser un rose de bala...quizás un impacto profundo. verá doctor cuando la encontraron una bala se encontraba entre los escombros justo por encima de ella, suponemos que la herida en el abdomen por fortuna no impacto directamente.

Para Sally las voces eran susurros a pesar de ello entendía cada palabra.

- Ya determinaré su estado.... tráeme unos guantes y pásame esas tijeras- le ordeno a la enfermera mientras se colocaba su bata.



EL SILENCIO DE LA GUERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora