I

663 92 14
                                    

No puedo, no puedo hacerlo.

Yoongi estaba a mi lado esperando a que dijera algo, reaccionara ante sus palabras pero simplemente no podía articular ninguna palabra, no podía hacerlo.

Yoongi me estaba pidiendo algo que traspasaba mis límites. Lo miré con miedo para luego volver a mirar el punto que Yoongi había señalado con anterioridad.

¿Se iba a enojar conmigo si decía que no quería hacerlo?

—¿Tengo que hacerlo? No me gustan estas cosas Yoongi. No me gusta hablar con chicas y especialmente si son mayores que yo y no las conozco de nada.

—Lo necesito Kook, por favor. Namjoon ha faltado y necesito un remplazo, alguien que me acompañe. Sólo tienes que sonreír y seguir la corriente, no es algo difícil. Me debes una, no lo olvides. Cuando te pusiste enfermo yo recopilé cada apunte para ti aun cuando estábamos en diferentes clases y grado. Te lo suplico Kookie, por favor.

Odiaba esa voz. Esa voz tan hermosa que me suplicaba, me imploraba ayudarlo. Con nervios asentí. No podía negarme a él, no con la persona que me gustaba mucho. A pesar de que detestaba la idea de malgastar mi hora de almuerzo en conocer a chicas acepté.

Yoongi me envolvió en sus delgados brazos y me dejé abrazar aun cuando sentía la mirada puesta en nosotros. Realmente odiaba tener la atención puesto en mí. Me ponía muy nervioso imaginar ser descubierto disfrutando el estar entre sus suaves abrazos. Deseaba sus abrazos con frecuencia pero en un lugar más privado que no fuera en la cafetería de la preparatoria. Allí había demasiada gente chismosa que le gustaba esparcir rumores desagradables.

El abrazo no duró mucho pero fue suficiente para tenerme ido por un instante. Me encantaba tenerlo cerca y poder oler su masculina fragancia que se mezclaba con su delicioso perfume. Pero como cada día esa sensación de felicidad acababa en un momento.

Yoongi me jaló de mi brazo izquierdo y me llevó a una mesa que estaba fuera del edificio, en el patio cerca de los jardines donde usualmente las chicas de último curso comían charlando entre ellas.

Yoongi saludó a una chica de estatura un poco más baja que él, de cabellos rubios largos y muy bien cuidados. Era muy mona pero no me terminaba de gustar. Seguro eran mis tontos celos que no dejaba de aparecer. Tener que aceptar a más chicas para luego luchar por el afecto de mi amigo era un martirio. Ellos siguieron charlando dejándome a un lado sin saber qué hacer.

La chica del lado de la rubia se me quedó mirando por mucho tiempo y los nervios nuevamente aparecieron. No me gustaban mucho las chicas, en especial las bonitas que eran mayores que yo pues me ponían muy nervioso.

Yoongi notó como la chica delgada de cabellos azabaches me miraba y me dio la seña que me indicaba actuar todo un chico interesado en ella. Asentí suspirando.

Me acerqué a la pelinegra y pregunté si había espacio a su lado. Obviamente no había pues otra chica mucho más baja que todas y con lente de pasta gruesa ocupaba el lugar. Ella era la única que estaba interesada en lo que sucedía en sus redes sociales pues no despegaba sus ojos de su moderno móvil. En cambio las otras chicas estaban charlando con otros chicos que jamás había visto en el almuerzo. Bueno, pedir permiso para sentarme a su lado era apenas una excusa. Lo había dicho sólo para no quedarme como tonto mirando a la nada y no esperé que la chica obligara a la más baja del grupo irse.

Esa actitud no me gustó pero tuve que fingir agrado cuando sentí que Yoongi observaba cada uno de mis movimientos. Ese chico sabía que odiaba a las chicas groseras pero me contuve.

—¿Cómo te llamas?

—Jungkook, Jeon Jungkook.

—Eres muy lindo. Usualmente veo a tu amigo por aquí pero es la primera vez que trae a alguien tan guapo como tú. Creo que te escogo.

Date » Yoonkook OSWhere stories live. Discover now