Capítulo 14: "La Familia Hiragizawa"

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"Anoche, soñé con ella. No es inexplicable del pensar esto debido a que vivimos juntos. Pero no como un matrimonio normal. Fue parte del acuerdo. Lleva tres semanas que regresó a trabajar a Dulces Tentaciones y mi instinto de hombre me dice que se encuentra aun enojada por lo ocurrido. Por mi parte, me concentro en el trabajo de volver a flote la empresa de su familia. Al final, la empresa arrancará sola pero por el momento, necesita que alguien le guíe. La reunión con los directivos de Empresas Daidouji y la situación aunque aseguramos que resultará lo más beneficiosa para la misma y para la corporación que ha absorbido sus deudas, los directivos no se sienten confiados. Hablando de los directivos y los accionistas, no he visto a Tetsû en las reuniones. Una persona lo está representando: supongo que su orgullo herido es parte de lo que lo mantiene alejado de la corporación a la cual le debe cierta lealtad. No que hiciera falta.

Pero no puedo dirigir esto para siempre.
Esto volverá a quien le corresponde. A la familia de Tomoyo. Pero para que esto ocurra tomará su tiempo. Pero no creo que sea mi propia esposa que tome las riendas de su legado familiar.
Mientras tanto, nos toca relacionarnos como pareja ante el mundo exterior.

Las últimas dos semanas nos hemos visto comprometidos en actividades en las cuales invitan a los "Esposos Hiragizawa". Hemos podido evadir dos compromisos pero los restantes ya resultaría sospechosa su ausencia en la sociedad. Y no he podido dejar de admirarle. Su forma de ser, su percepción ante las cosas... la forma de relacionarse con los demás.
Y lo cariñosa que se muestra conmigo.
Nunca he visto expresiones de cariño de aquella forma. Como si le importara lo que dijera o como andemos... como actuemos delante de los demás.

Cualquiera creería en verdad que somos una pareja normal.
Y mis sueños algunas veces me engañan.

¡No es irracional! Ella es una mujer muy hermosa y la cual admiro mucho. Tanto así para aceptar casarme con ella incluso con el hecho que ella sabe que no le amo. Una mujer que merece en todo su sentido un príncipe de aquellos que las mujeres sueñan que le salven en su corcel color blanco y la eleve hasta las nubes.

No soy un príncipe.
Los príncipes tienen que creer en el llamado amor.
Yo solo creo en lo que puedo ver y tocar.
Y la veo a ella.
Pero no la puedo tocar como quisiera.
¡Como quisiera que ella me mirara de la misma forma que aquella noche en el festival de las flores!
Como aquel día que la besé.
Mejor no pensar en esto.
No puede verme de la misma forma. Y tal vez es mi imaginación la que juega conmigo al creer como ella me mira o me habla.
Si, eso es."

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Eriol se encuentra sentado al otro lado de la mesa de manera pensativa. Usando el comedor de la casa con una distancia considerable, al otro lado de la mesa se encuentra su esposa. Suspira pensativo al observar sus delicadas facciones marmóreas. Sus finos labios los cuales prueban con deleite la cena preparada por la cocinera y mientras la doncella se retira de la habitación, el varón observa a su alrededor.

Los recuerdos que le vienen a la mente de su vida en Londres junto a sus padres. Aquella escena le resultó parecida a muchas que vivió en su joven infancia. Apenas era un niño comenzando la primaria cuando su madre se fue. Caminó fuera de sus vidas llevándose con ella tal vez un futuro muy diferente al que él vivía.
Un futuro donde tal vez no creyera todo lo que él predica en aquellos momentos.

Él pudo haber sido un ingeniero... o tal vez, un arquitecto. Se le daban bien las matemáticas y el construir con sus manos era algo que le llenaba de satisfacción. Pero se conformó con ir a la escuela de negocios y manejar parte de las inversiones de la familia.
No malinterpretemos a nuestro protagonista pues él ama su trabajo. Tal vez no fue una opción en sus años tempranos (incluso soñamos con ser actores, modelos, astronautas y hasta maestros).

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