I

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—¿Cómo me enamoré de ti?

SuBin soltó un suspiro de frustración, mientras tomaba la última fotografía. Guardo su cámara y la foto la agrego a su álbum, el cual, tenía un título extraño "Junie", donde guardaba todas las fotos de su pequeño gran amor.

Camino hacia la salida del gimnasio y fue hasta la parada, eran más de las 8 de la noche y su madre debe estar preocupada, pero no le importaba, si volvía a decir que estaba en la biblioteca le creería. Siempre le creería.

Subió al autobús y se colocó los audífonos, se sentó hasta al fondo, ya que le molestaba que la gente se sentará junto a él. Cerro sus ojos por un momento y sintió como daban golpes en el metal de bus.

Era él. Quién corría para subir.

Su corazón se aceleró cuando después de pagar se acercó a los asientos traseros y se sentó en el otro extremo de la fila. Podía ver su mirada, sus mejillas medio rellenitas, su adorable sonrisa, todo de él. Con una ligera capa de sudor que lo cubría.

—Hay por dios...—susurró emocionado.

No pudo disimular esa sonrisa tan grande en su rostro y sólo opto por mirar a la ventana, para así no pasar vergüenza. Miraba el reflejo del chico por esta y sonreía como una colegiala enamorada, y es que como no hacerlo, si llevaba más de 4 meses detrás de él, capturando todos sus movimientos, desde que se mudó a la casa del al frente, su instinto acosador salió a flote.

Lim SeJun era su fantasía de noche y día. Y no sólo era un capricho, SuBin estaba seguro de que estaba enamorado.

Se sonrojaba cuando lo saludaba en las mañanas cuando el menor sacaba la basura y él regresaba de correr. Se sentía morir cuando se lo topaba en los pasillos del instituto y le sonreía. SeJun siempre fue amable con todos y sabía de sobra que no iba a ser la excepción.

Un leve toque en su hombro lo saco de su ensoñación, se giró con el ceño fruncido dispuesto a insultar a la persona que le estaba molestando, incluso se sacó los auriculares. Su expresión se relajó al ver quien era, esa sonrisa le tranquilizaba y se sonrojo porque casi estuvo a punto de gritarle.

—Siento molestarte SuBin-ah, pero, ¿me dices la hora? —dijo el mayor con un tono de súplica. —Rompí mi celular y bueno...

—Claro, no hay problema. —Su tono era nervioso, pero aun así se mantuvo serio. —Son las 8:54 p.m

SeJun le sonrió de forma tierna y asintió volviendo a ver al frente. El menor se sintió incomodo por no retomar la conversación, pero lo que ellos tenían no era conversación.

—Nunca te había visto a estas horas ¿saliste con tu novia?

El bajito abrió los ojos ante la absurda suposición del mayor, riendo sin poder evitarlo.

—No tengo novia.

— ¿Con tu novio?— volvió a preguntar un poco más alegre.

— Tampoco tengo hyung... 

—Estás jugando conmigo ¿verdad?

SuBin se sonrojo para después negar con la cabeza, SeJun sintió ternura por esa imagen del menor y le acaricio una mejilla, sonriéndole.

—Eres muy lindo, inocente, me alegra mucho que aún seas así, sería malo que alguien quisiera corromperte—dijo sin pensar, para luego toser incómodo y alejarse un poco. —Quiero decir, ahora hay muchas malas personas, debes tener cuidado.

El menor asintió, reprimiendo lo más que podía su felicidad, por fin había hablado más con el mayor, que solo dos palabras cada que lo veía. Sonrojados los dos, hicieron la parada para bajar del autobús.

Sin duda alguna, sería una larga semana. 


Cherish ✎SeBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora