Capítulo 19. Consecuencias.

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El sonido de una canción lo despertó y cuando pudo adaptar sus ojos de la luz se encontró con el celular de Roy sobre la mesa. No recordaba el momento exacto cuando sus ojos se cerraron, cayendo dormido. Intentó sentarse en el sofá pero una mano se lo impidió, Roy aún tenía los ojos cerrados y dormía tan plácido que no pudo evitar sonreír. Con cuidado de no despertarlo ni de que él se cayera del sofá se sentó y tomó el celular, no sin antes dudar. La pantalla mostró el nombre de "Riza" entonces recordó que era quien había saltado por radio el día de ayer.

Su compañero se removió pero no despertó así que no lo pensó más y contestó.

– señor ¿Por qué está tardando? Sabe lo difícil que están las cosas y usted no puede andar de flojo –hablo una voz femenina fuerte y molesta, desde la otra línea que no pudo evitar sorprenderse.

– emm...Roy está dormido aun... ¿si quieres le puedes dejar un mensaje? –habló torpemente Edward, después de unos segundos.

– ¡Edward! –aparta el celular de su oído ante la exclamación– ¡están juntos! ¡Oh! Perdóname.

Volvió a apartar su oído del celular cuando escuchó los pititos que le indican que se ha cortado la llamada. Dejo el celular donde estaba pero cuando se movió fue demasiado tarde, despertó a su acompañante.

– buen día... –susurro Roy.

– buen día...Roy, acaba de llamar alguien de tu trabajo –apuntó el objeto– no dijo nada ni...simplemente cortó cuando apenas hable.

Roy entretenido apretó su mano para que se tranquilizara y luego tomo su celular, pero apenas lo hizo comenzó a sonar por lo que intercambió una mirada con Edward, para después contestar.

– dime, Maes.

– tienes que venir de inmediato –hablo el de lentes a través de la línea y con seriedad detonante en su voz– envió dos sobres directo a la oficina de papeleos de este maldito lugar, especialmente para ti y para la oficina que está en un completo caos. Tienes que venir de inmediato, esto no está bien –Respondió Maes, sin dejar el tono de voz ahora molesto de lado.

Miro de reojo a Edward.

– estaré de inmediato por ahí.

Colgó y de inmediato se colocó de pies bajo la extrañada mirada de Edward, la que dejo atrás al ir al segundo piso de la casa, dirigirse al baño de su cuarto, tomar una ducha rápida, cambiarse la camisa por una que había olvidado cuando se llevó todo lo que le pertenecía, para recién volver a bajar las escaleras llegando directamente al living, donde aún se mantenía Ed.

– no recuerdo exactamente si te dije que estoy atareado con un caso...en fin...te pediré que no le abras la puerta a ningún desconocido y no salgas solo. Dejaré a un policía custodiándote –soltó el aire que le quedaba y luego apartó sus ojos de sus manos– tienes que jurarme que si sucede algo me llamaras.

– ey –le llamó Edward obligándolo a levantar la cabeza– estaré bien y no me moveré de aquí.

– ¿podemos ir juntos por los niños? –propuso para evitar preocuparse más.

Edward lo pensó unos segundos y pareciendo batallar en su interior.

– si...pero...no le digas sobre los recuerdos...digo...yo.

– está bien –suelta Roy, mientras se acerca y le besa en la frente– está bien. ¿cuatro y media?

Asintió

– cuatro y media.

...............

Condujo por las calles hasta llegar a su destino sin dejar de darles vueltas al asunto de la oficina ni mucho menos el miedo que sentía ante la idea de que le pasara algo a Edward, era una preocupación constante mucho más ahora por todo le estaba envolviendo especialmente ahora, a parte tenía un mal presentimiento y debía de mantenerse alerta, no sabría que hacer si le volvía a suceder algo.

Por favor... recuérdame.Where stories live. Discover now