|Capitulo 18|

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~Un tiempo para un regalo~


Peridot


El sábado llego apresurado a mi sabiendo que no quiero que corra un día mas, el acelera su paso por la mañana junto con el reloj que canta que ya es medio día.

Nerviosa recorro mi habitación de un lado a otro, sin alguna compañía para calmar esta ansia.

Los ojos de Lirio azul se marcharon con prisa sin dejarme una señal de en donde estaría y mi fiel amigo colmilludo dormido esta despreocupado en la cómoda cama.

Sin su refugio inmune estoy en el laberinto de mi mente con paredes asfixiantes que no me muestran su salida, construyendo mas de uno y mas de dos paredes para atarme y dejarme en el.

E llamado al que e bautizado como hermano, pero su celular fuera de línea me hace colgar.

No quiero que este día llegue a su fin, no quiero ver el amanecer del domingo por temor, temor a no ser yo quien mire su naranjosa y cegante vista.

Me siento en la alfombra de la sala principal como acostumbro hacer, doy un suspiro controlando a lo que acabo de pensar, respiro un par de veces, respiro profundo hasta que mis pulmones revienten hacia mi boca relajando mis músculos, y dejar que esta habitación solitaria me aconseje sabiamente.

Peridot: Sigues aquí, y seguirás aquí

Soltaba tan relajantes palabras para mis oídos con una sonrisa alta en felicidad.

Peridot: Mejor, piensa e imagina ¿Que querrías? . . . Comida que nunca se acabe, si, definitivamente eso ~Intencionalmente provocaba risas en mis mejillas~.- Es lo único que me faltaría para ser realmente feliz

Mis palabras seguras se escucharon al aire dejando caer mi cuerpo rendido al suelo, y cómoda almohada eran mis brazos para mi cabello.

Apreciando el techo de aquella sala pensaba en la piel pálida y rosada que con sus labios de seda me han llevado a su paraíso y mi piel helada deja con sus fríos ojos.

Mis sentidos arrullados por las imágenes de su recuerdo me aclaraban mas la mente dándome una idea, algo que al principio me dio algo de espanto pero al reconsiderarlo, no sonaba tan malo.

Peridot: ¡Considérenme una gran idiota! ~Exclame levantándome de un solo salto cayendo de pie con éxito ~.- Dos de la tarde, no se cuanto tarde pero me dará tiempo

Salían mis pensamientos en alto, caminando a la puerta para salir de mi acogedora y sabia soledad.


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Lapis

Bajaba con prisa de mi auto estacionado fuera de mi hogar.

Ansiosa estaba por averiguar cual era ese regalo que me presumía mi hermana con orgullo.

Apresurada saque las llaves que descansaban en el bolsillo de mi pantalón y abrí la reja que protegía la mansión, casi tropiezo en las cortas escaleras que daban a la puerta, para mi suerte de los reflejos de mi rubia e aprendido.

El Bien Lejos Del Mal IIWhere stories live. Discover now