Estúpida Lauren (Camren. Adap)

Capítulo 12

"Ella es ella. Y yo soy yo." ―Lauren.

-No golpees la puerta, Michelle.- Gritó mi mamá, su voz amortiguándose por las paredes de mi habitación.

Acababa de llegar a mi casa, luego de un día estresante en la preparatoria, y no tenía ganas más que de encerrarme en mi dormitorio y dormir hasta la semana siguiente. Y no ir a la escuela. Y no hacer más tareas ni de matemáticas ni ciencias. Y no ir a la biblioteca en busca de libros para olvidar mi realidad. Ni ver a Camila.

Maldita fuese... ¡ella seguramente se estaba divirtiendo conmigo! No cabía duda. Ella se había enterado de mi estúpido enamoramiento y se estaba aprovechando de ello para hacerme quedar como tonta.

Lancé mi mochila sobre mi escritorio, sin reparar en los objetos que había allí y cayeron con un golpe brusco al piso. Inmediatamente después, me dejé caer en mi cama. No quería pensar en nada que tuviera que ver con las horas pasadas, mucho menos con las palabras de Camz.

«Quiero que tus malditos labios se posen sobre mis malditos labios y que nuestras malditas bocas encajen como un maldito rompecabezas.»

Si fuera tan fácil olvidar sus palabras... diablos, seguían repitiéndose en mi mente.

Cogí mi reproductor mp4 que siempre dejaba bajo mi almohada, me coloqué los auriculares y como la mayoría de las veces que quería relajarme, seleccioné la lista de canciones épicas (entre ellas, la banda sonora de Piratas del Caribe, Narnia y El Señor de los Anillos); de un momento a otro, no tenía consciencia de mi alrededor y mucho menos de que había entrado en un profundo sueño.

-Hasta que despiertas.-Escuché una voz a mi lado mientras me removía en mi cama aún sin abrir los ojos.

Bostecé, estirándome, y miré hacia mi derecha. Como lo supuse, allí estaba mi hermano mayor.

-¿Estabas mirándome mientras dormía?.- Pregunté tanteando mis costados en busca del reproductor de música para detenerlo.

-¿Qué? No.- Masculló Chris sacudiendo la cabeza. Me reí de su expresión.-Si serás imbécil.- Se quejó mirándome con sus ojos entornados.

Imité su gesto, sentándome en la cama, y le mantuve la mirada. Pero no duró mucho puesto que, antes de que pudiese advertirlo por mí mismo, Chris alzó un papel en su mano derecha.

-Así que obtuviste una «B» en tu último examen de matemáticas.- Comentó con un tono filoso, como si hubiésemos estado hablando sobre mi estado académico en los últimos veinte minutos.

-¿De qué hablas?.- Dije haciéndome la desentendida.

-Mira esto.- Se rió, mostrándome mi examen, el cual sostenía con la punta de sus dedos.- Parece irreal.- Festejó.

-Cualquiera puede sacarse una «B».- Repuse, aunque la verdad yo nunca había obtenido otra nota que no fuera A.

-Pero tú no eres cualquiera, tú eres Lauren.- Exclamó.

¡Y así es cuando tienes acostumbrados a todos a la perfección!, pensé.

-No veo la diferencia.- Dije manteniéndome calmo.

-La diferencia es que ahora estás enamorada.- Aseguró.

Sentí ganas de ahorcarlo tal como Homero a Bart. ¿Cuál era la gracia de recordármelo? Me había dormido para no pensar en ello y no hacía más que despertar y tenía la voz de Chris acusándome de algo que ya sabía.