Extra #1

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Me sostuve con fuerza de la rama del árbol y estiré mi brazo con la intención de alcanzar el marco de la ventana de la habitación donde lee, descansa, viste, canta y hace otras cosas Lena Williams

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Me sostuve con fuerza de la rama del árbol y estiré mi brazo con la intención de alcanzar el marco de la ventana de la habitación donde lee, descansa, viste, canta y hace otras cosas Lena Williams.

Lena Williams.

Hoy es el día. Entraré por esa ventana, la encontraré leyendo como todos los martes por la tarde, ella me mirará, sonreirá, le confesaré mis sentimientos, aceptará tener una cita conmigo, nos besaremos y en unos años nos casaremos, tendremos veinte hijos y una gata embarazada llamada Nina.

Solo necesito alcanzar la ventana.

― ¿Quién es, qué hace y por qué no lo conozco?

El susto que me llevé al escuchar esa voz fue tan grande que no me dio tiempo a sostenerme más del árbol. Por acto de reflejo cerré los ojos esperando que eso evite el dolor que sentiría al caer, mas no dolió tanto como esperaba.

Abrí lentamente los ojos y la vi.

Un señora de aproximadamente sesenta años estaba ahí, de pie, ayudada por un bastón, junto a mi observándome.

―¿Estás bien, niño?

Dejé escapar un suspiro y respondí.

―Si, señora.

― ¿Eres pariente de los Williams?

―Si, señora.

― ¿Cuál es tu nombre?

Mason.

―Lenny Williams.

―¿Por qué no entras por la puerta?

―Yo... soy extranjero. En mi país no existen las... puertas.

―Oh, qué extraño ―rió― ¿Te presto una escalera? Trepar un árbol es arriesgado, querido.

―Si, señora. Muchas gracias.

Ocho minutos después trepaba con cuidado la escalera prestada por la amable señora que vive en la casa de al lado.

Coloqué ambas manos en el umbral y me impulse hacia dentro, cayendo sombre el alfombrado color purpura de la habitación.

Me puse de pie rápidamente y busqué a Lena con la mirada.

No estaba.

Demonios.

Sé todos sus horarios, debería estar aquí.

Caminé torpemente hasta la puerta y la abrí con cuidado para comprobar que no hay nadie en casa. Generalmente la única en casa a esas horas era Lena. Sus padres trabajaban y su hermana se había ido hace unos meses a vivir con el padre del bebe que espera.

Sí, solo estaba yo.

Resoplé y me dirigí nuevamente a la ventana. Pero algo me detuvo.

Estaba en la habitación de Lena Williams. El lugar que siempre observé desde lejos con ayuda de unos binoculares. Estaba en el lugar favorito de la chica que me gustaba.

Un Príncipe Para Lena. ✅Où les histoires vivent. Découvrez maintenant