Aparatos muggles (Fred Weasley)

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Estaba de vacaciones, llevabas ya un mes sin ver a mi novio, y la verdad le echaba mucho de menos. En casa mi hermano y yo éramos los únicos que practicábamos  la magia, pues nuestros padres eran muggles.

Pero mi hermano tampoco estaba, le habían reclutado en una misión de aurores y estaba fuera del país.

—Buenas noches—me despedí de mis padres, dándoles un beso a cada uno. Ellos se fueron a su habitación y yo a la mía, donde me puse el pijama y me metí en la cama.

Tardé un rato en coger el sueño, pero me desperté de golpe cuando escuché un ruido, que provenía de la planta baja de la casa. Podía escuchar los ronquidos de mis padres en la habitación de al lado, lo que me asustó bastante ¿quién estaba en mi casa?

Tomé mi varita y mi linterna y salí de mi habitación, como si fuese una ninja, dispuesta a atacar. Bajé lentamente las escaleras, intentando no hacer ruido, lo que era difícil, ya que me temblaban las piernas.

—¿Hay....alguien?— pregunté, pero automáticamente mi subconsciente me dio una paliza interna ¿Cómo se me podía haber ocurrido preguntar eso? 

Si hubiera alguien seguramente habría entrado a robar e iría armado, lo que menos debía hacer era llamar su atención como un corderito degollado. En ese momento me acordé de que llevaba una linterna, enserio hoy no estaba muy despierta, eran las malditas tres de la mañana.

Dejé un poco de lado mi pelea interna con mi subconsciente, y encendí la linterna. Justo en el momento en el que iluminé el salón, pude ver una bola naranja saltando detrás del sofá, haciendo un gran estruendo.

—¡Apaga eso! ¡Me vas a matar! Te juro que odio a los muggles, a quién se le ocurriría crear una máquina cegadora del infierno. ¡Sólo a ellos!—la inconfundible voz de Fred se escuchaba detrás del sofá. ¿Había venido a visitarme?

¡Mi novio! ¿Había venido a visitarme? Estaba tan emocionada que ni me planteé lo que hacía, salté detrás del sofá para a abrazarle. Cuando por fin me separé de él pude ver que tenía los ojos cerrados, y no pude evitar reírme.

—No hace gracia, hasta que no apagues ese cacharro.... ¡Te quedas sin besos!—se quejó Fred mientras alejaba su cara de mi, para que no pudiese besarle.

—Es solo una linterna cariño, una especie de lumos versión muggle—le expliqué colocando el cacharro entre sus manos. Él abrió un ojo y después el otro, observando el maldito objeto.

Cuando lo hubo examinado suficientemente bien lo lanzó por los aires y me tomó de la cara para besarme.

One Shots Harry Potter 2 ¡PEDIDOS ABIERTOS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora