cuatro.

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—Sage, ¿Cómo te va?.—Ella no me miró, ni siquiera se molestó en contestarme.—¿Estás bien?.—Siguió sin contestarme y solo se giró dispuesta a irse. La tomé con suavidad del brazo haciendo que esta se quejara levemente, le dí la vuelto y levanté su rostro notando un moretón bien definido en su mentón.—¿Quien te hizo esto, Sage?

—¿Puedes dejarme tranquila? Quiero estar sola.

—No hasta que me digas que fue lo que te pasó.—Ella no me contestó, solo se soltó de mi agarre y se fue. No pude evitar no sentirme mal por eso, ¿Quien le causaba tanto daño?

   Sage.

No debí haber aceptado que ese chico me llevara a casa y no lo pensé hasta que David volvió a agredirme. Me gritó tantas cosas que sinceramente solo me quedaba hacerme de oídos sordos aunque todo eso doliera, y al ver que no le prestaba atención no le quedó otra opción mas que golpearme el rostro nuevamente y encerrarme en mi habitación sin poder probar bocado en todo el día. Esto ya no era vida.

Rechazar a ese chico era lo único que me quedaba por hacer, sinceramente no me resultó difícil ya que estar sola era lo que mejor se me daba. Durante el resto de las clases pude encontrarme con ese chico y su grupo de gorilas haciendo de las suyas, éste al verme trataba de disimular sus acciones pero que mas daba, tenía una reputación al igual que todos en este lugar.Dejé mas de mis notas en el casillero de Milo y finalmente me dispuse a caminar hasta mi clase de artes, la única clase a la semana que realmente valía la pena. 

—¿Eres retrasada o porque sigues ocupando mi lugar?.—Casey se posó frente a mí y posó una de sus manos en su cadera con cierto aire superior. Este no era su lugar habitual, solo quería arruinarme el día mas de lo que ya estaba.

—Este no es tu lugar, siempre te has sentado a un lado de la puerta.

—Pero ahora quiero este.

—Ese no es mi problema.

—Linda linda Sage, ¿Cuando aprenderás a quedarte callada?.—De un manotazo quitó todas mis cosas del pupitre haciendo que todo cayera al suelo. Tomó mi cabello y entonces lo jaló con fuerza haciéndome caer al suelo. Tal vez ella tuvo dos horas de castigo, pero yo tuve que soportar dos semanas de burlas.

Era primero de diciembre, desde hace dos semanas no había tenido una conversación con aquel chico y, siendo sincera, me arrepiento solo un poco de haberlo alejado de mí. Algunas veces notaba su mirada puesta en mí pero en cuanto veía que Milo se encontraba a su lado, perdías completamente la creencia de su lealtad.

Ese primero de diciembre caminé hacia casa como todos los días, hacía frío pero no importaba, pronto estaría en un lugar seco y cálido. A un lado de casa, justo en la cochera de lámina que nunca se usaba, estaban aparcados dos coches más además de la carcacha de David. Esto no era bueno.

Me armé de valor y entonces crucé la puerta escuchando de inmediato el alboroto que ese hombre y sus cuatro amigos tenían. Traté de pasar desapercibida y subir las escaleras en silencio pero David me llamó. Me llamó por mi nombre y con eso pude deducir que tan ebrio se encontraba. Si tengo que elegir que versión de David odio más, elegiría su estado de ebriedad. Y aun mas al saber que sus amigos estaban yendo por el mismo camino.

—Sage, Ven aquí ahora.—Esto no suena bien.—Ve a la cocina a prepararnos la comida, sé útil por primera vez en tu triste vida.—Sin decir nada caminé hacia la cocina y abrí el refrigerador para comenzar a sacar un par de verduras en su punto mas maduro a punto de pudrirse.

David hacía las compras cada tres semanas, compraba cosas solo para él como si fuese el único que viviera en este lugar y por lo tanto la comida no duraba mucho, muchas veces he tenido que comer comida mohosa que David ha dejado por ahí. Suena asqueroso pero cuando se está en desespero puedes cometer muchas locuras.

Mientras picaba verduras y hervía un poco de agua con caldo en polvo, uno de los amigos de aquel hombre entró y sin previo avisó se posó realmente cerca de mí dándome la asquerosa experiencia de sentir su miembro en mi espalda baja. 

—David no ha mentido cuando dijo que tenía una putita muy linda.—Me quedé quieta y llena de miedo. ¿Que hago?.—¿Porque no nos divertimos un rato? Te va a gustar.

A pesar de causarme daño, tomé el mango hirviendo de la olla sobre la flama y vertí todo el líquido burbujeante sobre aquel hombre haciéndolo retroceder y gritarme mil y un palabras. Salí corriendo de la cocina y en el transcurso me encontré con los hombres restantes.

Me dieron una golpiza. Tres contra uno era una pelea perdida pero no por eso iba a rendirme, ellos ya se habían deshecho de mis suéteres cuando pude escaparme de ellos.  No me importó salir de aquel lugar en sujetador, no me importó que afuera hubiese una tormenta. Solo me importaba salir de ahí y ya no regresar. 


  Shawn.

Sé que no fue coincidencia salir tan tarde del entrenamiento de Hockey, sé que algo me hizo quedarme dentro del auto diez minutos antes de arrancar. Sé que algo me hizo pasar frente a la casa de Sage en el momento justo.

No dudé ni un solo segundo en detener el auto en medio de la carretera y salir con toda la intención de auxiliarla. Me acerqué tanto a ella que pude notar su rostro amoratado por el frío y los golpes que supongo había sufrido. Me quité la chaqueta y la cubrí con ella, temiendo por que alguien saliera del mismo lugar del que ella había salido, la subí a mi auto y arranqué.

Ella estaba aturdida, podría decirse que en un grave estado de shock. Me detuve a unos metros mas adelante dispuesto a examinar sus heridas, su mano derecha tenía una fea quemadura que en este momento sangraba, su rostro estaba amoratado y tenía un leve sangrado de nariz. Sinceramente no me importaba que mi chaqueta o el auto se ensuciaran, solo tenía la enorme necesidad de auxiliarla. Y eso era lo que iba a hacer.

  Dedicado a

Ohmybenito
Mane_Rayment
Shawnrainbown
Laamantedeshawn
Melinaveron2004
Mendeslive03
Angxlluke
LauArmy00 <- sta mujers siempre esta presente👐

Dark Side {Shawn Mendes Fan Fiction}*Where stories live. Discover now