We're Just Lost Stars | Yoonmin

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Pero no te atrevas a dejar que nuestros mejores recuerdos te traigan tristeza

Ayer vi a un león besar a un ciervo

A Jimin se le cumple su deseo en su cumpleaños, tres años después del comienzo de todo. Pasa su día de descanso dejando que los otros miembros lo consientan, naturalmente, y disfrutando los beneficios de su día. Cuando todos están felices de dejarlo hacer lo que le plazca, encuentra tiempo para escaparse a practicar un poco.

El estudio está frío y los espejos emiten su reflejo, poniéndolo casi nervioso al mirarse a sí mismo, ha pasado un tiempo desde que ha tenido la oportunidad, el tiempo, de realmente examinar sus rasgos. Luce diferente ahora, y siente alivio cuando sabe que ha logrado todo lo que se propuso, admira la afilada línea de su mandíbula en el espejo, inclinando su cabeza de arriba a abajo y de lado a lado, y entonces capta la pequeña silueta de Yoongi, parado en la puerta, simplemente observando. Conectan sus miradas a través del espejo y Jimin quiere mirar en otra dirección, porque se siente avergonzado bajo la suave luz del estudio y por la forma penetrante en la que Yoongi lo mira.

Sus oídos captan el sonido de pasos, ligeros y firmes, antes de que Yoongi se siente a su lado, mirando en el espejo a los reflejos de ambos, trazando sobre ellos con sus ojos, haciéndole doler con sólo tocar. Pero aún parece que Yoongi puede leer su mente, porque toma la mano de Jimin, cuidadosamente. Aunque ha hecho esto incontables veces antes, el corazón de Jimin se acelera de sobremanera, la suave sensación de las manos de Yoongi en las suyas (malditas palmas sudorosas) mientras Jimin trata de no aferrarse más fuerte a su agarre.

Yoongi se ve guapo sin importar qué en la mente de Jimin. La manera suave en la que su cabello parece algodón de azúcar, un bonito tono de menta el cual Jimin quiere tocar y acariciar sus dedos a través de el, mira sus propios mechones naranjas a través del espejo y no puede evitar sonreír, vaya par debemos ser. En retrospectiva, es más fácil ignorar estos sentimientos dentro de él, pero ya no quiere intentarlo más. Se ven bien juntos, bajo esta súbita luz suave del estudio, sin nada de maquillaje o las falsas apariencias de estar en exhibición al público como pequeñas muñecas perfectas. Jimin puede sentirse libre de odiarse a sí mismo sólo un poco, y Yoongi puede apreciarlo como si fuera su única razón para despertarse cada día.

—Feliz cumpleaños —Yoongi dice, Jimin en realidad perdió la cuenta de cuántas veces ha escuchado eso hoy—. ¿Obtuviste todo lo que deseabas?

Jimin se había asegurado de decirle a todos cómo serían las cosas hoy con respecto a él, y todos se habían apegado a ello, pero Jimin aún quiere una cosa más, algo que ni siquiera él puede pedir directamente, aunque lo desea más que el aire en sus pulmones.

—Casi.

Yoongi levanta una ceja en forma de un "¿Oh?" silencioso y Jimin sonríe, esa suave sonrisa que alcanza sus ojos y que sus fans aman, que despierta mariposas en el estómago de Yoongi. Los segundos se deslizan fácilmente, y las manos de Jimin encajan cómodamente en las de Yoongi, el suave sentimiento fluye y decae entre ellos como una corriente sólo para ellos. Jimin ya ni siquiera está seguro de cómo luce, si es él o Yoongi, pero cuando lo mira, es claro que el otro chico miraba sólo a Jimin todo este tiempo.

—Cierra los ojos, Jimin —la voz de Yoongi es apenas un susurro, y Jimin obedece fácilmente, mordiendo su labio levemente indeciso antes de que sus ojos se cierren.

Su corazón golpea fuertemente contra su pecho, y siente la suavidad del dedo de Yoongi recorrer su labio inferior— Eres tan hermoso —las mejillas de Jimin se sienten calientes, un sonrojo esparciéndose fácilmente mientras su respiración se calma. Jimin quiere sacudir su cabeza ante las palabras, y la facilidad con la que Yoongi las dice, como si Jimin fuera algo que él activamente aprecia. Pero todas las formas de protesta mueren en sus labios al sentir los de Yoongi besarle.