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Consejo seis: No te subas de ninguna manera a un barco medio roto, Brogan.

Lo primero que escucho aparte de la hermosa voz del tritón son gritos. Y ruido. Parece una fiesta mal dirigida. El tritón sonríe hacia mí, compartiendo algún tipo de secreto que yo no sé.
—Ya vas a tener que irte, cariño. — murmura mientras me lanza otro pedazo de alguna cosa suavecita que yo muerdo.
Él nada hacia mí, enrollando su enorme cola a mi alrededor, proporcionándome calor.
—Tenía una novia. Se llamaba Emilia. Era humana igual que tú. Me recuerdas a ella. Las sirenas vivimos mucho, debido al agua. — él se aleja de mí y nada un poco lejos de la arena donde yo me encuentro.
Mi cuerpo está debajo del agua a excepción de mi cabeza, ya que estoy sentada cerca de una playa, podría decirse.
—Yo sabré de ti y lo que necesites mientras uses eso. Ábrelo cuando en verdad me necesites. — y con eso desaparece entre el agua rosada, dejándome con algo entre mis dedos.
Comienzo a ver tres rostros conocidos. Uno pálido, otro medio bronceado y uno dorado. Tane viene a toda velocidad hacia mi con ojos llenos de preocupación y me doy cuenta que es igual que Seane. Es una sirena grande. Rosada y enorme. Detrás vienen el caballero y el soldado, con sus respectivas burbujas. Tane me toma del brazo y me lleva lejos, por el mismo camino que me trajo Seane.
—¡No puedo nadar! — le digo y ella mira mi burbuja con horror
—¡Caelan! — ella llama. —Llévala por allá, yo los distraeré.
El caballero se acerca a mí y me lleva jaloneándome hasta la orilla de la playa.
—¿Caelan? — pregunto.
Él me frunce el ceño y luego me hace correr por la orilla hasta que estamos casi en el mismo lugar por el que entramos.
Después de eso todo pasó muy rápido. Sirenas matonas de color negro atacaron a Tane pero ella gritó tan fuerte que una luz dorada las alejó, lo que nos dio tiempo a salir y pronto estábamos de nuevo en aguas azules, nadando de regreso a la cueva.
Es en el bote cuando me permito reaccionar. ¿Tane es una sirena? ¿Cómo el rey nos dejó ir con ella? ¡Ella es de la misma raza que esos tipos que nos querían comer hace unos minutos!
—¡Tane es una traidora! — me atrevo a sisearle al caballero que hace un rato Tane llamó Caelan.
—No es momento de hablar de eso, Brogan. — me regaña él y yo niego con la cabeza pero él me suelta la mano y se aleja de mí.
Sólo lo hace y comienzo a tiritar de nuevo. Yo no la pasé tan bien como ellos. Seane me dio comida de sirena y eso significa que se me enfrió el cuerpo para no morir de frío. Prácticamente estoy muerta por dentro hasta que me quite completamente está comida.
—¡Brogan! — me regaña y yo aprieto mis dientes con fuerza. Él suspira viéndome y se acerca a mí de nuevo. El soldado está dormido a mi lado, calentándome también.
Cuando llegamos a la isla, le pido explicaciones a Tane pero ella no presta atención. Parece estar buscando con fuerza a alguien o algo.
—¿Vas a explicarme? ¿Por qué ella es sirena? ¿Por qué no tenemos el maldito collar del rey? ¿Por qué todos parecen saber cosas que yo no sé?
—Dame una pregunta a la vez. — me dice el caballero con su ceño fruncido.
Yo me tapo con una manta que me tiende el soldado y me siento. —¿Caelan?
Él pone los ojos en blanco y bufa. —¿Es en serio?
Yo no contesto, sólo lo observo. —Es mi nombre. ¿Algo mejor que preguntar?
—¿Por qué Tane es sirena?
—Porque así nació. — me regaña. Pongo los ojos en blanco. —No lo sé, ella en un momento simplemente tenía una enorme cola y nos dio un gran susto. No explicó nada.
—¿Te has vuelto loco? Ellos casi nos matan. Su raza. — le digo mientras me caliento las manos. —¿No pensaste en eso porque estabas bastante ocupado viéndola? Diablos, no es de fiar.
Él me frunce el ceño más duro. —Claro que pensé en eso. Pero ella está de nuestro lado completamente. — él se gira a verla. —Y si no, tampoco es como si el rey le haya dado una gran misión. Ni siquiera sabía de qué trataba el viaje.
—Y tú le dijiste. — le reclamo.
—Vale, sí. Pero sé que también tú lo hiciste. No hablaremos más del asunto. ¿Algo más importante que preguntar?
Me quedo viendo la arena, analizando en silencio.
—¿Tenemos el collar? — pregunto al fin.
Hay tantas cosas que quiero preguntar pero sé que lo que es más importante es eso. De eso trata esta misión. La paz entre los reinos. Sin importar cualquier cosa, eso tuvo que haber estado en primer lugar en mí lista de preguntas.
—Me alegro que preguntes porque te necesito pensando, mercenaria.
—Me llamo Brogan. — le digo y él sólo me frunce el ceño.
—No tenemos el collar. Nos robaron la roca que tenía Tane. De hecho, el que no hayamos conseguido nada fue por esa roca. Comenzó a brillar. Y tuvimos que ir con el rey de Abelledune. Él nos dijo que nos daría exactamente eso que queríamos a cambio de la roca. Tane se la dio pero él simplemente mando a sus matones contra nosotros.
—El capitán... ¡no está! — el grito de Tane nos hace a ambos verla.
Ella está suspirando extraño. Como enojada, preocupada, triste, exasperada.
—Bueno, estaba muriéndose. — explico y eso simplemente hace que ella se enoje y se vaya por un lado de la isla. Miro a Caelan. Él está elevando una ceja hacia mí.
—Déjame. Así soy yo. Deberías comenzar a acostumbrarte. Y si te molesta...
—No me molesta. Sólo deberías tener más cuidado. No todos te pueden aguantar tanto como yo.
—¿Decías...? ¿Y cómo lograron encontrarme?
Él suspira y continúa contándome. Dice que fue ahí cuando Tane mostró su cola y que los empujó a todos con ella, lo que les dio tiempo de nadar. Me dijo que él sabía dónde me tenía el tritón así que le dijo a Tane y ella me ayudó. Luego es la historia que yo viví.
—¿Dónde crees que esté? — le pregunto. Él niega con la cabeza.
—Creí que tú ibas a decírmelo. ¿Alguna idea?
—Necesitamos al capitán. Él tiene órdenes de los lugares que debíamos visitar. Él sabía de Abelledune. Yo ni siquiera sé qué es realmente el collar negro.

Las horas pasan y encontramos una cueva. Los vikingos la han encontrado, están explorando y yo tengo la corazonada de que encontraremos un barco.
Me he puesto a pensar sobre el collar. He perdido mi tiempo. No estaba en Abelledune. El caballero me dijo que antes de que hablaran con el rey Tane sospechaba que no estaba ahí. Dijo que no podía sentirla. Y no me preguntes cómo, ella es una sirena. Y le creo. No pienso que todo sea tan fácil. Pienso que ellos la tenían pero alguien la tomó y Abelledune no es tan valiente como para decírselo al rey.
He pensando en ello demasiado. La única opción que veo hasta ahora es ir a Verthrow. No es como si me llamara la idea pero las cosas perdidas siempre van allá. Es un pequeño pueblo en las inmediaciones de Goldenwave. Ahí simplemente hay matones y mercenarios y todo ese tipo de gente. Todo lo bueno se va allá para repartirlo con otros lugares lejanos a Goldenwave. Pienso que si un collar sagrado va a perderse, iría allí, para repartirse lejos de Goldenwave.
Ese collar negro prácticamente es la vida y paz de Goldenwave, y el pueblo siendo como es, no dejaría que algo así estuviera al alcance tan fácilmente. Seguro los propios seguidores del rey lo sacaron de Goldenwave y lo llevaron a otras tierras. Es lo que puedo decir con total seguridad. Ese collar negro no está aquí.
Pienso que si el rey me escogió a mí es por algo. Yo sé exactamente cómo entrar y salir de Verthrow. Tengo contactos que podrían darme información y tengo una idea muy clara sobre cómo puedo salir.
Si el rey me pidió que ayudará en esta misión es por Verthrow. Nadie más excepto yo podría entrar ahí. Es el único lugar al que ni Tane, ni el soldado ni El capitán y mucho menos Caelan podría entrar.
A Tane la eligió por Abelledune. No estaba ahí.
El único lugar al que sé que puedo ir y otros no es Verthrow. Así que así es mi corazonada y allí es a donde iremos.
Le digo eso a Caelan cuando encontramos el barco. Los vikingos lo están preparando todo y él asiente con la cabeza, de acuerdo conmigo. Nos juntamos con Tane pero ella niega con la cabeza, una mirada de disculpa en su rostro.
—No iré con ustedes, lo siento. Yo... simplemente no puedo ir con ustedes allí. Debo buscar al capitán... él seguro sabe sobre la siguiente parada. Ustedes adelántense. Nosotros iremos por otro camino.
—Ni siquiera sabes si está vivo. — le digo.
—Lo está. Tiene que estarlo. — ella dice con enojo.
—Está bien. — dice Caelan. —Pero ustedes tienen que avanzar al siguiente lugar donde puede estar el collar del rey. Y llévate al soldado.
Yo miro horrorizada a Caelan. No puede dejarla ir así de fácil. ¡Seguro el capitán está más muerto que un coral! Pero Tane no parece notar mi desacuerdo o lo ignora y desaparece, no sin antes decirnos que no se llevará a nadie con ella. Que somos nosotros quienes deben cuidarse más.
Bien. Dos menos. ¿Qué nos queda? ¿Morir?
Pero por primera vez decido no ser tan pesimista y observo el horrible barco que han encontrado los vikingos. Parece que va a romperse con un suspiro. Pero no moriré así. Necesito ver a mi abuela.
Caelan me mira con determinación y ambos emprendemos el viaje al pueblo de muerte.

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Alguien una vez me dijo que no es bueno no trabajar en equipo. ¿Que acabo de hacer? Simplemente creo que esto se va a poner bueno.
Besos,
GK Warriors 🌈

El Secreto de Goldenwave #PremiosCandyWhere stories live. Discover now