Amnesia

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-¡No te vayas! ¡ashton por favor!.- grité eso cuando te fuiste, y lo gritaba casi todas las noches desde aquel maldito día.

Mi hermano. Mi propio hermano me había abandonado, me habías dejado en esta mierda de lugar, te excusabas diciendo que "era lo que papá hubiese querido".

Papá había muerto y mamá, nunca tuve una madre, nos abandonó, y ahora tú, si tú habías hecho igual.

Estaba desde los quince años metida en esta mierda de internado femenino, sin contacto casi con el exterior, aquí sola, sin amigos, todos te los habías llevado tú, y los que tenía estaban en Sydney en un instituto normal y corriente.
Tenía que llevar un maldito uniforme del colegio, lo odiaba, odiaba a la gente, todas las chicas de allí me ignoraban, nadie me quería allí. Era normal, yo era muy diferente a ellas, mi pelo castaño, negro y morado, mis ojos marrones y mi piel blanquecina.

Allí nadie sabía quién era mi hermano, cosa que yo agradecía, porque seguro que las cosas serían peores si lo supiesen.
No me malinterpretes yo te quiero mucho hermano mío, gracias a ti salimos adelante, yo salí adelante, ambos nos manteníamos a flote; recuerdo todas las noches en vela curando tus muñecas y secando tus lágrimas.
Recuerdo los buenos ratos con Michael, después de Ashton sus amigos eran lo mejor que yo tenía en este mundo.
Mi Michael,mi mejor amigo y mi mayor confidente, cuanto les echaba de menos.

Lo único bueno de todo aquello es que tenía a Delilah, mi mejor amiga y compañera de cuarto desde que entré allí, bueno eso y que nos graduábamos este año.
Sólo Delilah sabía quién era yo, y le agradecía mucho que guardase el secreto.

La vida allí era monótona, las clase aburridas y estar en lo pasillos incómodo, las otras chicas nos miraban raro y hablaban de nosotras a las espaldas; cosas como "raras, frikis," y cosas peores, Delilah, bueno cuando yo llegué se burlaban de ella por las cicatrices que tenía en la muñeca.
Enseguida supe por qué lo hacía así que lo más importante de estar allí era mantenerla a ella viva y limpia por así decirlo.

Yo, al contrario que mi hermano jamás había intentado la auto lesión, ni cortarme, yo simplemente lloraba por las noches, mis muñecas estaban limpias, menos por un tatuaje que me había hecho a estrangis de mi hermano "Like a Skyscraper" era lo que me recordaba que aunque todo fuese mal y me derrumbase tenía que levantarme.

Si ashton se enterase me echaría una bronca tremenda, pero era imposible que se enterase porque ahora estaba en el otro lado del mundo mientras Delilah y yo nos pudríamos allí, sinceramente quería salir de allí aunque fuese para volver a mi casa, si mi antigua casa a un barrio tranquilo a las afueras de Sydney,

-Buenos días,-le dije a Delilah cuando el sol empezó a brillar por la ventana,

-Hola.-dijo ella sonriendo.

-¿Has dormido bien?,-pregunté.

-Si.-respondió ella bajando la cabeza.

-¿Saliste anoche al baño verdad? Déjame ver.-dije sentándome en su cama con paciencia.

Vendajes nuevos, lo sabía.

-No voy a esconderte las cosas. Siempre las encuentras:-dije mientras le limpiaba las heridas.

-Sé que debo ser fuerte.-dijo agachando la cabeza.

-No me lo digas, demuéstramelo.-dije intentado sonreír.

Delilah asintió, y una vez terminé nos pusimos el uniforme y bajamos a desayunar.
Era muy temprano, pero era mejor así porque no había mucha gente y nos evitábamos risas y malas caras.
Terminamos de desayunar y subimos a nuestra habitación, que novedad en la habitación ponía "NO PASAR, HAY FRIKIS DENTRO", lo leí y escuché unas risitas, sabía perfectamente quienes eran. Las chicas de mi clase Ariana, Allison, Alexa, o como yo las llamaba " ZORRITAS A" , allí estaban riendo junto con más chicas de mi clase.

-Hay una friki.-dijeron riendo,

Las ignoramos mientras abría la puerta para entrar, sólo respira e ignóralas.

-Y una corta venas.- dijo Ariana.

Eso no, eso si que no, no iba a soportar que tratasen a Delilah así, llevaba ya dos años aguantando demasiado.

-¿Qué has dicho zorra de mierda?.-dije girándome hacia ella para mirarla a la cara.

-que tu amiga es una suicida corta venas.-repitió riendo,

Bofetón al canto, Ariana me miró llena de ira.

-Vámonos.-dijo Delilah tirando de mi.

-No, esto se ha acabado, eres una zorra que se cree que puede hacerle daño a los demás simplemente porque su padre es un hombre rico, ¿pues sabes qué? Con la poca inteligencia que tienes será mejor que te metas a puta, ah no, ya lo eres,-le grité.

-Me las vas a pagar Irwin.-siempre me llamaba por mi apellido.

Yo me reí y entré a mi habitación con Delilah,

-Te va a matar. Es nuestro fin.-dijo preocupada.

-Ya me importa una mierda, todo lo que quiero está a miles de kilómetros, ni tan siquiera me recuerda.-dije.

Delilah me abrazó y sonreí.

-Gracias.-dije.

-Para eso están las amigas.-dijo ella.

Pasaron un par de días muy tranquilos, sin insultos, sin risas, pero era obvio que las cosas no iban a seguir mucho tiempo así.

El timbre sonó y las clases se acabaron aquel día. Delilah se fue a la habitación y yo me retrasé un poco más.
Caminé por los pasillos en silencio, hasta que empecé a oír unos pasos detrás de mí.

Por la risa era Ariana, que raro me acorraló en el pasillo y me presionó en cuello.

-No se te ocurra volver a dejarme en evidencia delante de nadie Irwin, si no quieres volver a sufrir las consecuencias.-dijo, me golpeó el estómago y me caí al suelo.
Después me dio unas cuantas patadas y se fue, me dolía mucho el cuerpo y no pide evitar llorar.

-Así aprenderás.-dijo riendo mientras se iba con sus amigas.

-Te ha dolido más a ti que a mi, si has tenido que pegarme para sentirte bien contigo misma tu vida es muy triste.-dije sonriendo mientras me intentaba levantar.

Me dio otro golpe y caí al suelo.

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