#3 ¿quieres jugar? ©park jimin.

Capítulo 10.

La tensión en el aire era supremamente incómoda, la castaña tenía su mirada perdida en las palmeras que movían sus hojas con ayuda del viento. En la mañana ninguno decidió hablar puesto a que____no daría su brazo a torcer. Intentó una vez mas tocar su mejilla pero como siempre obtuvo un golpe de respuesta.

-¿Hablarás o te quedarás toda la tarde mirándome?- preguntó ella. Su paciencia se estaba acabando y lo único que quería era dar una vuelta para olvidarse de todo lo que estaba pasando.

-No entenderías-rascó su nuca dejando ver lo nervioso que se encontraba. -Nunca sería capaz de engañarte y lo sabes...

-¿Y los mensajes? No me vengas a decir que no es ella. Te conozco perfectamente y sé que para ti es inevitable coquetear con las mujeres, se suponía que habías cambiado- quitó rápidamente la lágrima que bajaba por su mejilla.

-No llores, por favor- intentó limpiar otra lágrima que bajaba pero una vez más recibió un golpe. -¿Confías en mi?- interrogó.

-Sí, pero...- dejó escapar un suspiro. -Después de lo que vi no se que pensar. Me siento utilizada, una completa estúpida por pensar que todo estaba bien cuando en realidad no, jugaste sucio, Park Jimin.

-Si confías en mi no tienes porque decir que te engaño, como te dije en antes...no entenderías.

-¿Entender qué, Jimin?- alzó el tono de voz. -¿Qué te gusta? ¿Qué ya estás cansado de todo esto?

-Amor- acercó sus labios hacía los de ella y los besó. -Te amo y lo sabes- sus frentes estaban juntas y Jimin podía sentir como la respiración de la castaña era acelerada. -No quiero discutir mas- besó nuevamente sus labios.

-Sabes a que me recuerda esto...- hizo una pequeña pausa. -Fue aquella tarde en que te escuché hablar con Jungkook sobre la apuesta que tenías con él- sonrió dejando escapar mas lágrimas. -Fue ahí cuando me di cuenta de que te amaba más que a mi propia vida, obviamente también me sentí utilizada y una completa estúpida por pensar que te podríamos llegar a tener algo.

-Y sabes que estoy muy arrepentido de aquello pero también agradecido porque te conocí, me había enamorado de alguien que jamás podría tener a mi lado pero las cosas cambiaron y míranos, estamos juntos.

-Justo así me siento hoy, Jimin- sonrió con dolor. -¿Por qué de nuevo?- preguntó escondiendo su rostro en el cuello de Jimin. -Si sabes que te amo, ¿por qué haces esto?

-No entenderías, cielo- dio caricias sobre su espalda.

-¿Qué no puedo entender?- gritó alterada. -Sé que nuestras peleas son absurdas, eso lo tengo mas que claro, pero, -¿qué me engañes? Por favor, no soy tan estúpida para fingir que no pasa nada.

-¿Qué tengo que hacer para conseguir tu perdón?- tenía la esperanza de que hubiera algo para que las cosas volvieran a ser como eran antes, no podía imaginar un mundo sin su castaña y si la pierde, sería consciente de que la había perdido y todo por su culpa.

-Eso no me lo preguntes, tu ya sabes que es lo que tienes que hacer para conseguir mi perdón. Piensa y luego me dices- no estaría dispuesta a seguir hablando sobre el tema, no quería que Jimin la siguiera viendo en este estado, su orgullo también valía y por mas que lo amara hay un punto límite en donde deben llegar las cosas.

-¿A dónde vas?- preguntó desde la cama.

-A otra parte en donde no estés tu, es obvio que no quiero verte y mas hablar contigo- dándole la espalda cerró la puerta de golpe y salió en busca de aire.

<***>

Citas, papeles, formularios, cenas, charlas, estaba cansado de todo. Últimamente sus días en el trabajo son agotadores, tener que durar hasta las 3:30am frente a la computadora era algo que ya se le estaba haciendo costumbre. Miró su reloj y faltaban cinco para que fueran las doce de la noche, minutos antes había hablado con su mujer y le dijo que hoy tampoco lo esperara, su noche iba de largo y llegar a casa era algo que para Jimin era complicado.