Capítulo 22

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«Cumpleaños de la Abuela»
     Decía una alarma recordatoria en mi celular por la mañana, tenía el trasero entumido por haber estado conduciendo durante tres horas, por ser jueves y de tarde hubo mucho tráfico. Mi abuela salió de casa sonriendo. Bajé del auto con el regalo en mano. Lo había comprado en la línea, *. Y a unas cuántas calles había una papelería en la que una chica me lo envolvió.
     —¡Roberto, ven!¡HayHay está aquí! —exclamó con su voz ronca y áspera. Me acerqué a ella, abrazándola.
     —¡Abuela!¡Feliz cumpleaños! —sonreí, hacia meses que no venía, desde año nuevo.
     —Gracias hermosa —me aparté extendiéndole el regalo— Es bueno saber que te acuerdas de mí.
     —Jamás me olvidaría de ti —una punzada de culpa me invadió, ya que de no ser por aquel recordatorio de mi celular no lo hubiera sabido.
     —Pasa, pasa —dijo dando vuelta para entrar a su acogedor hogar. La seguí.
     —¡HayHay! —mi abuelo se acercó sonriendo, un bigote de canas había crecido en su rostro. Me estrechó en sus brazos.
     —¡Abuelo! —Correspondí el abrazo.
     —¡Mira que hermosa estás! —me soltó sentándose en el sofá, me senté a su lado.
     —Gracias —baje la mirada, odiaba que me lo dijeran porque sabía que no lo era. Era pasable, no guapa.
     —¿Gustas galletas?¿Agua? O hice agua de horchata, seguro te encanta —dijo mi abuela entrando con un plato de galletas, las galletas de la abuela son tradicionales en la familia.
     —Gracias —dije tomando una, estaba deliciosa cuando la mordí.
     —¿El viaje fue cansado? —preguntó mi abuelo mientras la abuela volvía a la cocina.
     —Algo, había muchos autos en la línea —comenté. Aunque hubiera tardado cinco horas si venía mañana, viernes.
     —¿Te quedarás el fin de semana? —no miré problema con ello, así que sonreí asintiendo.
     —¡Es una buena noticia, HayHay! —exclamó mi abuela sentándose a mi lado.
     —Mañana haremos una pequeña parrillada para celebrar el cumpleaños de tu abuela —mencionó mi abuelo tomando una galleta, sonreí alzando las cejas.
     —Eso es fantástico.
     —Oh, iré arreglando la habitación para que te acomodes —dijo mi abuela pero la tomé del brazo.
     —Abu, descansa. Lo haré yo antes de dormir, pero déjame disfrutar de tu compañía —el resto de la tarde-noche fue agradable, llena de risas y mucha plática. Adoraba a mis abuelos.

*Línea.- También conocida como frontera con Estados Unidos, es por donde los autos pasan de manera legal (con visa y/o pasaporte) a México y viceversa, por la ciudad de Tijuana.

Estrellas Rotas || Alonso VillalpandoWhere stories live. Discover now