21. El reencuentro con ellos

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Estoy acostada en un sillón, hace varios días que no he visto a Slender, en cierta forma lo extraño pues se había vuelto un muy buen amigo.

He acabado el quehacer doméstico de mi casa y ahora estoy tomando un merecido descanso en el sedoso sillón.

Churrumais se comporta raro, tiene una fuerza e inteligencia extraordinaria, nada normal.

Suspiro y cierro mis ojos de lo aburrida que estoy. Pero entonces siento como algo está acariciando mi cabello.

—Sabía que ibas a extrañarme, pero no tan rápido —Reconozco perfectamente esa voz.

Abro mis ojos y empiezo a incorporarme, quitando su mano de mi cabello.

—Si tu avisaras tal vez no pasaría Slenderman —Me cruzo de brazos.

El toma asiento a mi lado, siento como me observa, más yo no devuelvo mi vista hacia el, estoy un poco molesta.

—Lo siento, e estado ocupado —Toma mi mentón para dirigir mi vista en su dirección— No quise herir tus… ¿y porque tengo que dar explicaciones si ni siquiera somos pareja?.

Comienza a reírse, acción que yo imito.

—No, pero somos amigos —Me levanto del sillón y camino hacia una ventana.

Veo como el cielo comienza a oscurecer, dejando que esas blancas, negras y grises nubes lo llenen y lo cubran.

—¿Qué puedo hacer para que me perdones? —Se coloca de rodillas frente mio.

Pongo una mano en mi mentón y hago una postura pensativa, para dar una respuesta coherente y rápida.

—Bueno, ¿sabes? —Comento sin mirarlo— Tu has venido a mi humilde hogar millones se veces, yo, ni siquiera he visto tu morada desde afuera…

—Bien, ya entiendo —Se levanta.

Coloca una de sus manos alrededor de mi cintura acercándome a él, mientras que con la otra me tapa los ojos.

Ese terrible mareo que sentí en el campamento vuelve, así que me aferro a Slenderman para no caerme.

—Llegamos —Anuncia destapando mis ojos.

Veo una habitación sencillamente gigantesca, el techo estaba muy por en cima de nosotros, había una cama también bastante grande, era de color negro casi todo.

El mareo se esfumó por completo y me separé un poco de mi transportador.

—Sígueme —Slender agarra una de mis manos y comienza a tirar de ella.

Me lleva hasta una puerta, antes de pasarla el la abre con cuidado y asoma la mitad de su cuerpo por ella, como viendo que nadie lo mire.

Cuando por fin piensa que es seguro, vuelve a tirar de mi mano saliendo de la habitación y cerrandola a nuestras espaldas.

—Esta no es la casa donde realmente vivo, estoy como… en tiempo de caridad con mis hermanos —Explica mientras caminamos por un pasillo.

—¿Hermanos? —Cuestiono.

—Bueno, si, hermanos —Rasca su nuca nervioso.

Comenzamos a bajar por unas escaleras, cada escalón nos acercamos a lo que parece ser una gran sala.

—Por aquí es la sala, como viste arriba están los cuartos, por allá la cocina y un poco más para acá el comedor —Decía mientras apuntaba con su mano los lugares.

Cuando dijo cocina y comedor, mi estómago actuó por si mismo, dando un gruñido de la hambre que tenía desde hace rato.

—Oh, ¿no has comido____? —Pregunta sorprendido.

Niego con la cabeza, algo avergonzada.

—Siéntate en este sofá, yo voy a la cocina a preparar algo para ti, no te muevas —Comenzó a caminar rápido para luego introducirse donde había dicho que era la cocina.

Me quedo quieta viendo todo a mi alrededor, tomo con cuidado asiento en el sofá, estoy algo incómoda, no tengo ni idea de quien vive aqui con Slenderman.

Jugueteo un poco con mis dedos y con mis pies, veo un poco más la sala que es bastante amplia y ordenada.

De pronto el lugar se ilumina de un color blanco plateado, cuando esa luz que duró milésimas de segundos se fue, le siguió un estruendo que retumbó cada parte de la casa, voltee a una ventana cerca del sofá solo para encontrar las gotas de agua impactando contra el vidrio, para luego resbalarse en el mismo y la acción se repetía mostrando que la lluvia aumentaba convirtiéndose en tormenta, más rayos y truenos venían, al igual que el aguacero que sin parar seguía cayendo.

Me levanté de mi lugar y me dirigí a la ventana para observar la lluvia.

De pronto el sonido de la puerta principal que estaba varios metros frente mio, se escuchó abrirse de golpe, dejando así ver la silueta alta de tres personas que entraron con confianza.

Al estar dentro esas siluetas tomaron forma y cerraron la puerta detrás suyo.

—¡Slendy llegamos! —Anuncia animoso uno de ellos.

Cuando se dieron la vuelta hacia donde me encontraba se quedaron quietos sin emitir palabra.

Eran Splendorman, Offenderman y otro que desconocía por completo, cada uno de ellos completamente empapados y humedecidos por la lluvia de la que habían venido.

Yo también tenía su misma expresión de asombro, no me podía creer de que ellos estuvieran en este momento frente mio.

—¿Pero que haces tu aquí? —Se acerca amenazante al que desconozco, con paso firme y decidido.

De un momento a otro Splendorman y Offenderman están frente mio, deteniendo a él desconocido para que no de ni un paso más.

Offenderman estaba amenazante, sacó unos tentáculos blancos y su boca se abrió más de lo normal. De la misma manera Splendorman estaba a la defensiva, sacando sus tentáculos los cuales en la punta donde están sus cascabeles tenían como colmillos, sus puntos estaban fieros al igual que sus ojos y su boca estaba con expresión molesta.

—¡Aléjate de ella Trenderman! —Gritaron los dos la unísono.

El desconocido que resulta que se llama Trenderman, retrocede asustado ante ellos dos.

—¡¿La conoces?! —Los dos adoptaron una postura calmada y volvieron a hablar al mismo tiempo, el uno al otro— ¡Claro que la conozco!, ¿tu porque la conoces?.

Los dos dirigieron su vista confundida hacia mi, que permanecía estática ante la situación.

—Ya, aquí está … —Slenderman quien sale de la cocina con una bandeja, capta la atención de todos volteandolo a ver— H-hermanos, ¿cuando llegaron?.

Nuestro extraño trato (Slenderman y tu) حيث تعيش القصص. اكتشف الآن