Prólogo

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Aubrey abrió el piano, mostrándole todas las cuerdas a su amigo. Le agarró la mano y le hizo pasar el dedo por la que correspondía al mi central.

Pulsó la tecla.

-Sí, sí vibra muchísimo -soltó. Le impresionaba el modo en que funcionaba ese aparato.

Aubrey le hizo colocar cuatro dedos sobre cuatro cuerdas diferentes. Pulsó todas las teclas a la vez.

-Todas van en diferentes direcciones, ¿verdad? -dirigió la vista hacia él y de nuevo le cogió únicamente un dedo. Esta vez, sin soltarlo, le hizo acariciar la cuerda mientras pulsaba la tecla- imagina que esto es el universo.

Imagina, porque si no lo haces tú, no lo va a hacer nadie.

Imagina que cada vibración es un mundo distinto. Todos pertenecen a la misma cuerda, pero vibran en direcciones diferentes.

Entrelazó los dedos con los del contrario y le llevó hacia su violíon. Frotó el arco contra una sola cuerda varias veces, siempre haciendo que el chico lo sintiera.

Repitió el proceso con la guitarra.

-Imagina que nosotros pertenecemos a alguna de esas direcciones de la vibración -la guitarra empezó a sonar al ritmo de Smells like teen spirit- imagina que nosotros somos el movimiento, Nathan.

Un sonido estático ensordeció un momento a ambos.

Nathan acarició el pelo rubio del contrario.

-Para -susurró, colocando las manos sobre las suyas. Enredó los brazos alrededor de su cuello- ahora imagina que todo el universo está quieto y nosotros somos los únicos que se mueven -susurró, separándose un poco de él. Lo justo para chocar sus vistas- sólo tú y yo.

Una sonrisa se hizo presente y pronto sus carcajadas inundaron la habitación.


Ambos se quedaron paralizados.

ParaliziranWhere stories live. Discover now