Capitulo 4

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-Se-serías tan ama-amable de bajarme po-porfavor?- Tartamudeé.

Mi subconsciente empezó a estrellar su cabeza contra la pared de forma repetitiva debido a mi tartamudeo.

Genial, concéntrate Dani, los siguientes segundos son cruciales en tu vida.

Sentí cómo Harry bajaba mis piernas con suavidad, una vez hicieron contacto con tierra firme, me alejé de él como si tuviera una peste letal.

-Muchas gracias.- Dije mientras que me buscaba un vaso en uno de los cajones, haciendo todo lo posible por evitar contacto visual con el castaño.

-Dani! Cielo! Te encuentras bien?- Dijo Maura totalmente aterrorizada por mi accidente. Se acercó hacia mí y me agarró la cara entre ambas manos, examinando cada centímetro de mi rostro en busca de algún golpe o rasguño.

-Sí tía, no me hice nada.- Respondí con una sonrisa, intentando tranquilizarla y fallando totalmente en el intento.

Maura seguía examinándome hasta que se dio cuenta que verdaderamente me encontraba intacta, puede que temblaba un poco, pero fuera de ese pequeño detalle, me encontraba en una pieza.

-Muy bien linda, me avisas si te duele algo o te mareas repentinamente. De acuerdo?- Dijo antes de levantar una ceja.

- Claro que lo haré.- Dije mientras que le sonreía para después dirigirme hacia la heladera.

Mi boca se encontraba totalmente seca del susto y mis manos temblaban sin control. Sólo Dios sabe qué me hubiese pasado en caso de que Harry no hubiese estado en la cocina en ese preciso instante.

-Si quieres te ayudo.-Dijo Harry arrebatándome mi vaso sin siquiera esperar mi respuesta y servirme mi vaso con agua.

-Gracias.- Dije en un susurro a penas audible.

-No hay de que.- Respondió antes de dedicarme un guiño.

Pero este hombre me quiere matar o qué? Dios mío.

Me ofreció el vaso una vez lleno y yo lo acepté torpemente, con las manos aún temblorosas. Pero esta vez no temblaban del susto que me llevé, temblaban debido a mis nervios tracioneros.

En todos los años que he venido a la casa de los Horan, los cuales son bastantes para ser sincera, nunca. Pero nunca, había interactuado con Harry por más de cinco segundos.

Generalmente nuestras típicas "charlas", si es que así se le puede llamar, Se basaban en una sola palabra de parte de cada uno. "Hola". Eso era todo.

Si se trataba de un buen día, se alargaba a un amable "cómo estás?", para después asentir y continuar con nuestros respectivos caminos. Tengo que ser sincera, eso bastaba para mantener mis hormonas alteradas durante una semana entera.

Pero después de ese cortés intercambio de palabras, apenas y me dedicaba una segunda mirada.

Fué por eso que también decidí cambiar durante el verano. Por eso y para estar cómoda conmigo misma.

Tres meses de asistir al gimnasio de lunes a viernes, sin excusas. Truene, llueva o se parta la tierra en dos, ahí estaba puntual para mi clase de las 8.

Tres meses de cuidar lo que comía y evitar los carbohidratos, obviamente terminé dándome uno que otro gustito, pero eso pasaba como recompensa al haber llegado a mi meta de medio mes.

Tres meses ahorrando para poder comprarme ropa nueva y así poder cambiar mi viejo y aburrido armario.

Tres meses de evitar a Harry Styles, para poder sorprenderlo con mi cambio de imagen.

No quiero sonar superficial.

No quiero hacer que parezca que el exterior lo es todo, porque no es así.

Simplemente me esforcé, puse todo de mí para sentirme cómoda conmigo misma. Al fin puedo decir que tengo confianza en mí misma, cosa que en mi adolescencia nunca tuve. Por fin empecé a quererme y cuidarme como debía.

Mi recompensa a todo esto? Lograr que chicos atractivos me dedicaran una segunda mirada, una sonrisa o un guiño.

Era algo a lo que nunca me acostumbraría, ya que, después de tantos años de haber sido el objeto de las burlas debido a mi apariencia, nunca me imaginé que algún día iba a llegar ser una de esas chicas. Esas chicas que pasan y los chicos se preguntan quién es ella o si tiene novio.

Mi meta con todo esto? Puede que suene un poco ambicioso, y tres meses atrás hubiese sonado como un loco sueño. Pero mi meta es tener a Harry a mis pies y llegar a sentirme deseada por mi amor platónico.

-Vamos a cenar niños.- Dijo Maura mientras que se dirigía hacia la puerta que conectaba con el comedor.-Harry, serías tan amable de bajarme la fuente que Dani intentó bajar?. La sigo necesitando.

Maura se paró en el marco de la puerta antes de mirarme y dirigirse hacia mí.

-Vamos cariño, que cada vez que entras a esta cocina algo malo te pasa.- Dijo entre risas mientras me agarraba del brazo de manera cariñosa para así dirigirnos ambas hacia el comedor, donde nos esperaba su deliciosa lasaña casera.

-Muy gracioso tía, vamos a burlarnos todos de Danielle y su torpeza.-Dije de forma sarcástica.

-Cariño, no puedes negar que la mayoría de tus accidentes son graciosos.

Sí, tengo que admitirlo, la mayoría de ellos hacen que riamos como locas Nina y yo cada vez que los recordamos.

-Como esa vez que justo habías aprendido a manejar tu bicicleta y por mirar a Nina te terminaste metiendo al único charco de agua existente en la ciudad en época de sequía.

Ambas nos miramos y estallamos en risas. Ambas nos acordábamos bien de ese día, ya que después tuve que darle mi short y blusa blancos que había decidido usar ese día.

-De qué tanto ríen? -Preguntó Niall una vez entramos al comedor.

-Qué te importa.- Respondí antes de sacarle la lengua.

-Dani.- Dijo Maura mientras me dedicaba una de esas miradas que dicen "no se contesta así".- Hablábamos de los accidentes de Danielle.

-Si le pagaran por cada accidente que ha tenido, sin duda sería rica.- Comentó Niall con una sonrisa burlona en el rostro.

Simplemente rodé mis ojos, pelear con Niall era simplemente agotador y nunca nos llevaba a nada más que recibir un sermón de parte de el señor y la señora Horan.

Cada una fue a sus lugares en la mesa y segundos después entró Harry con la fuente en la mano.

Con la maldita fuente en la mano, Dios sabe cuánto quisiera romper esa estúpida cosa. Ush.

-Dónde quiere que ponga la fuente tía?- Preguntó Harry una vez llegó a un lado de la mesa.

-En el centro, por favor Harry.- Dijo mientras que servía la lasaña.

Dios, juro que la lasaña me hizo ojito e hizo que gruñiera mi estómago.

Cada uno ocupaba su lugar de siempre. La cabecera se encontraba libre para Bobby. A su derecha se sentaba Maura, a la derecha de la misma se sentaban Niall y Harry, en ese mismo orden. Mientras que a la izquierda nos sentábamos Nina, cuyo asiento se encontraba aún vacío y yo.

Siempre terminaban sobrando asientos ya que la mesa era rectangular y cabían doce personas sin problemas.

Y entonces pasó algo histórico.

Harry tomó asiento a mi lado.

Contuve el aliento y también las ganas de querer huir lo antes posible de la habitación en la que nos encontrábamos.

N.A. La novela bajó al puesto #382 en el ranking de Chick Lit! Muchas gracias❤

Por favor no se olviden regalarme su voto haciendo clic en la super mega increíblemente sensual estrella de la esquina superior derecha. No cuesta nada linduras(:

Mafer❤

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