Me he dado cuenta
Que aquellos que vivimos en la fría oscuridad
En el fondo de nuestro ser deseamos luz
Y basta con que nos muestren un chispa
Para deslumbrar nuestras pupilas.
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Y que como inocentes niños los sigamos.
Pareciendo que olvidamos lo aprendido hasta ahora.
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Todo, por que estamos cansados, cansados de no ver nada
De alzar las manos, acercarlas hasta picar los ojos propios y aún así no ver
De estar sumidos en la soledad
Y del silencio que ella trae.
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Y es que no falta, aquel que de ello toma provecho
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Entonces nos toma en sus manos.
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Cual juguete somos tratados
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Nos rompen una y otra vez
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A quien engañamos, todo vuelve a ocurrir
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Solo que esta vez, al juguetero le cuesta mas trabajo.
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Llega el punto en el que en soledad nos volvemos a encontrar.
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Es doloroso
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Pero no todo está perdido, pues a pesar de que somos pocos
Aún existimos aquellos que amamos estar sumidos en esta fría oscuridad
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Aun que probablemente esto no sea suficiente
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Nunca es suficiente, por que sin importar nada, siempre caeremos nuevamente
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