cupido + yoonkook

DIPUC

La primera vez que Yoongi vio a Jungkook, supo que había algo diferente en él. Era algo que lo hacía querer tenerlo cerca, hablarle y ser su amigo. Pero Jungkook era inalcanzable, él jamás podría ser amigo de alguien como Yoongi. Así que se limitaba a verlo desde la distancia. A veces lo retrataba. Otras, le escribía poemas. Incluso si Jungkook no sabía de su existencia, Yoongi no podía hacer más que enamorarse a cada segundo, porque sí, Yoongi estaba enamorado de Jungkook desde el primer momento en que lo vio. Era algo que no podía controlar; o más bien, no quería.

Yoongi jamás se había enamorado antes y es que odiaba a todo el mundo. Para él, todas las personas de su entorno eran repungnantes, despreciables. Pero Jungkook... él era tan hermoso, tan puro, tan simple y tan imposible. Sí, era.

A veces sus miradas se encontraban. Cuando Jungkook no estaba con sus amigos o con su perfecta novia, parecía como si sintiese lo mismo que Yoongi, como si sus mentes se sincronizaran y compartieran los mismos pensamientos. Otras, incluso podían llegar a sostenerse la mirada por minutos, hasta que alguno de los dos se sentía lo suficientemente avergonzado para seguir con ese jueguito que ambos tenían.

Si Jungkook alguna vez sintió lo mismo por Yoongi, él nunca lo supo. Pero Jungkook tampoco supo nada acerca de los sentimientos de Yoongi.

En la universidad todos alababan a Jungkook. Él siempre fue muy popular y amigable con todos, si alguien lo necesitaba él estaría ahí para ayudar. También era muy bueno con los deportes y con las materias en general. Y Yoongi tampoco se quedaba atrás, se le daba bien todo pero, a diferencia de Jungkook, él no era agradable. Y no sabía si se debía a que estaba en su sangre o que simplemente no intentaba serlo. Sin embargo, había algo en lo que Yoongi resaltaba más y se trataba de la arquería.

Desde muy joven, Yoongi había comenzado a interesarse en todo lo que se relacionara a el tiro con arco gracias a su padre, quien practicó el deporte por veinte años. Su madre lo llamaba "el pequeño Cupido" y alegaba que ese era el motivo por el cual él nunca había tenido una pareja, que él era quien ayudaba a los demás a enamorarse. Pero Yoongi sabía la verdad, el motivo por el cual no había tenido una pareja era su personalidad, nunca fue bueno para relacionarse con las demás personas y tenía un aspecto que hacía a todos no querer acercarse.

Pero luego estaba Jungkook, haciendo que Yoongi desease ser agradable y bueno con todos. Sacándole una sonrisa cuando hacía de tonto en clase. Transformándolo en un romanticón de primera y robándole suspiros que callaban tantas cosas cursis que quería decirle. Jungkook era todo lo que Yoongi siempre había deseado y esperado. Se trataba de sus enormes ojos o de sus dos dientes frontales, o de sus manos delgadas y las venas de sus brazos, o de la manera en que sonreía o cuando hablaba y de sus labios salía el sonido más bello que alguna vez escuchó. Yoongi no lo sabía de qué se trataba, pero todo en Jungkook lo volvía loco.

"Él saca lo mejor y lo peor de mí."

Fue un día de agosto en donde Yoongi cayó en cuenta de que su amor por Jungkook era realmente insano, cuando se volvió loco y rompió las ventanas del auto de su novia en un ataque de celos. Luego vinieron las ventanas de su casa y, finalmente, entró ahí para darle un pequeño susto. Después de unas semanas, aquella relación de casi tres años terminó. Jungkook quedó devastado, pero aquella era, finalmente, la oportunidad de Yoongi de acercarse y enamorarlo.

Así que lo hizo, pero las cosas no salieron como él deseaba. Jungkook lo rechazó, aún cuando Yoongi solo estaba tratando de ser su amigo. Eso lo hizo enojar mucho, pero tampoco podía odiarlo, él estaba consciente de que Jungkook no podía estar con alguien como él. Pero Yoongi no podía darse por vencido, sabía que tenía que hacer algo para poder estar con él, necesitaba hacerlo o se volvería loco. Entonces comenzó a armar su plan y para eso tuvo que creerse su papel de "Cupido".