- I -

2.2K 144 38
                                    


Se esconde. Vigila y acecha a su presa como un verdadero animal; espera por el momento perfecto para atacar, camina en silencio y en contra de su voluntad. ¿Dónde estaba? No lo sabía y tampoco debía importar mucho porque dentro de poco volvería a estar en su celda. ¿Quién era el pobre desafortunado a quien estaba a punto de asesinar? Libera sus garras y deja de caminar sigilosamente, comienza a correr, a perseguir al pobre mutante, su presa. No importa quienes sean. Hombres, mujeres, niños... los desgarra a todos por igual porque todos son iguales, todos son mutantes.

Stryker los encuentra... y él los elimina si tienen suerte o, si son todavía más desafortunados, casi tanto como él, los atrapa y los lleva al Lago Alkali donde son objeto de experimentación y tortura. Logan no puede evitarlo. Algo duerme su voluntad y lo controla. Esa repugnante máquina en su cabeza lo convierte en el animal de Stryker, en una bestia que ha seguido sus órdenes por cinco eternos y malditos años. Logan lo ve, puede sentir como la vida se escapa del pequeño mutante mientras su sangre le salpica el rostro. Siente cómo la mirada de su víctima penetra en lo más profundo de su mente, de sus recuerdos, para quedarse por siempre, mientras desgarra, una y otra... y otra... y otra vez...

...

Despertó sudando y gritando a todo pulmón. Le tomó un par de segundos volver a respirar y, en cuanto fue consciente de que había liberado sus garras, giró su rostro bruscamente hacia el otro lado de la cama. No había nadie ahí. --Lo intenté, Logan... en verdad lo intenté-- frente a él, fuera de la cama y en un principio fuera de su visión, alguien se acercaba lentamente.

-¿Peter?- enciende la luz, ahora puede verlo bien, ahora puede ver cómo un rojo carmesí se extiende suavemente por las sabanas blancas que Peter sostiene para cubrir su cuerpo desnudo. Mira sus manos, sus garras siguen ahí, brillan con la roja humedad y le gritan que lo ha vuelto a hacer. -No... ¡No, Peter! No, no, no...- se levanta y corre para ser capaz de sujetar a Peter antes de que caiga. Aquellos ojos que siempre lo veían con amor o alegría... ahora lo hacían con temor, horror por tan solo mirarlo y estar entre sus brazos -No, Peter, tú no-.

Presionaba con fuerza el vientre del plateado, intentaba parar el sangrado. --Lo intenté... pero Logan... eres un monstruo... monstruo... monstruo-- una y otra vez, aquella palabra martillaba sus oídos, aquella voz lo hería, lo desgarraba por dentro --monstruo... monstruo-- cada vez más fuerte, la vida se escapaba del cuerpo entre sus brazos y aun así cada susurro se convertía en un grito que dolía cada vez más que el anterior --monstruo...--.

*

Abre los ojos y siente de inmediato como su grito desgarra y hace arder su garganta. Sabe que ésta vez ha despertado de verdad, no por el hecho de sentir cómo el fuego, que anoche no apagó, avanza y le quema la pierna o por el hecho de ver que todo animal cercano huye atemorizado después de escuchar lo que para ellos parece un rugido.

No. Logan sabe que ha despertado porque Peter no está. En medio del bosque, con solo una pequeña radio de batería por compañía, Logan se siente vacío, consumido por su soledad.

Se apresura a apagar el fuego antes de que consuma un poco más de su andrajosa ropa o se atreva a tocar su fotografía de un sonriente Peter, lo único que se permitió llevar de la mansión Xavier... porque creía que se volvería loco en cuanto comenzara a olvidar su aroma o su alma gritara por verlo una vez más.

Se asegura de que no hay más rastro de fuego, espera a que su pierna termine de sanar y casi siente asco de ver como rápidamente su pierna queda como nueva, ni una sola cicatriz o rastro de quemaduras. Toma con ambas manos temblorosas la foto de Peter, la mira y aún se eriza al pensar en la sonrisa de verdad, la enorme y deslumbrante sonrisa de carne y hueso, no una simple ilusión de papel.

KuzuriWhere stories live. Discover now