Un deseo cumplido

Un ave en la jaula Segunda parte

No sabía que pensar, todo era muy extraño; tomamos el té tranquilamente, nuevamente acompañados por los deliciosos pastelillos que había preparado Rin, pero algo no estaba bien; Sesshomaru se veía un poco extraño. Solo seguía muy pensativo y más callado que de costumbre. Aun así yo estaba admirada al verlo aquí; sus modales eran mucho más refinados de lo que lo veía normalmente.

Cuando finalmente terminamos, Rin me llevó a una habitación muy lujosa y de un enorme armario saco un precioso Furisode en color blanco, adornado con un diseño de mariposas y escudos en color violeta y azul, era precioso en verdad;  con ayuda de una sirvienta suya me ayudaron a vestirme, me pusieron un poco de maquillaje y adornaron mi cabello con una peineta de plata con forma de concha. Me costó trabajo reconocerme cuando terminaron de arreglarme.

Yo no podía entender para que tanto esfuerzo en vestirme así si solo era la asistente de Sesshomaru.

— Aome-san, gracias por aceptar estar con mi hermano; esto significa mucho para mí y para nuestra familia.

— Rin, quizás hay algo que no estoy entendiendo... ¿Qué sucede realmente?    Dímelo por favor, para que me visten de esta manera.

— ¡Porque tú eres quien estará con mi hermano!

— Rin, déjanos solos — Sesshomaru repentinamente entró a la habitación.

—... Está bien Nii-san — Me sorprendió, dado la prontitud con la que acudió Sesshomaru, me dio la impresión que estaba detrás de la puerta.

— ¡No quiero que te preocupes cuando te presente con mi padre, no habrá ninguna dificultad; tan solo deseo que seas tú misma! — Solo eso salió de sus labios tan pronto nos dejaron solos, por un momento tal pareció que no entendí sus palabras.

— ¡¿Yo misma, pero...?! ¡¿Por qué tantos...?!

— ¡Mi padre es Inu No Taisho, descendiente directo de uno de los generales más importantes del emperador! Actualmente es un empresario muy importante y muy rico, por ello debes de estar acorde a lo que se espera de ti.

— ¡Ah, ya veo! Ya me estaba preocupando

— No tienes de que preocuparte, tan solo actúa como eres y no habrá ningún problema

— Lo haré — En verdad me sentí más tranquila

Solo tuvimos que esperar un poco de tiempo, y al poco rato llego una limusina blanca, nosotros estábamos esperando en el salón principal, aún Rin se vistió formalmente y Sesshomaru se veía más que elegante  con el traje que se había puesto, yo tenía que controlarme para no sonrojarme o ponerme nerviosa cada vez que él me miraba.

Cuando los ocupantes de la limusina descendieron, pude conocer al padre de Sesshomaru, el señor Inu No Taisho, a su lado venía una hermosa mujer de un largo cabello negro y piel blanca.

— Otosan, okaasan, Nii-san trajo a...

— Rin, por favor hija...      —   Aquella mujer solo la reprendió con dulzura.

— Lo siento okaasan.