CAPÍTULO 3

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10 de Noviembre, 1982

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10 de Noviembre, 1982. 14:20 horas.

Repentinamente, en aquella cinta de video, apareció enfocada una chica de aproximadamente unos 20 años, se encontraba postrada sobre la cama, maniatada y en ropa interior. Su rostro reflejaba una gran desesperación, pero sobre todo, expresaba miedo, mucho miedo. El rímel de sus ojos, describía perfectamente el camino que habían seguido las lágrimas en su rostro.

La grabación tuvo un corte de imagen. Cuando el video volvió a la normalidad, se percibió a la misma joven gritando de horror, sus gritos eran tan fuertes que quizá aquel día se desgarró la garganta. Aquellos chillidos eran terribles, se distinguió que alguien se aproximaba a ella, como si el ángel de la muerte la fuese a tomar en sus manos, pero no sin antes hacerla sufrir y robar su inocencia. Así es la muerte, una hija de puta.

El video tuvo constantes cortos y fallas en su imagen, planeados o no, esto le daba un aspecto más aterrador y mórbido.

En un ir y venir de la imagen, se logró apreciar cómo era violentada con brutalidad aquella joven. En su rostro (casi de color morado por efecto de aquella mano que sujetaba su cuello), se entendía el dolor, la desesperación y el miedo por el cual estaba atravesando.

El agente González no podía más, era imposible seguir viendo aquella cinta de video. Con el paso de los segundos, aquel sentimiento de impotencia y de asco se iba intensificando. Oscar González no podía más, aquellas escenas inhumanas lo afectaban aún más por ser padre de dos hijas gemelas de 19 años.

La brutalidad en las escenas de aquella violación a derechos humanos se incrementaba cada vez más. Golpes en las costillas, en la nuca, en el rostro. Los segundos transcurrían y el cuerpo de la adolescente iba mostrando señas de la retorcida brutalidad con la que era dominada.

Los jalones de cabello, las bofetadas, la serie de golpes a puño cerrado sobre el rostro y nuca, todo aquello era un espectáculo digno de un masoquista.

Repentinamente ocurrió un corte en la imagen de aquella cinta de video. Un pequeño alivio para el agente González, pues se encontraba a punto del llanto y del vomito.

Otro corte en el video. Esta vez un poco más extenso.

Tras reincorporarse la transmisión, el agente Oscar González sintió un vacío en su cuerpo, como si el alma o la esperanza lo abandonaran de golpe.

Ahí yacía el cuerpo de la joven. Tendido sobre la cama, con la boca hacia abajo, un poco de lado. Su cuerpo, poseedor de una linda piel blanca, ahora se veía grotesco. Dichas huellas de violencia física, borraron por completo la bella tonalidad de piel que en mejores momentos pudo lucir.

El video realizó un enfoque sobre su rostro, los ojos, se veían fuertemente hinchados y de un color casi negro. La nariz destacaba a simple vista el tabique hecho pedazos, la sangre que fluía a través de sus fosas nasales pudo comprobarlo. La boca se encontraba teñida de sangre. El rostro, en general, se encontraba en condiciones horrorosas.

Pero esto era solamente el inicio, lamentablemente.

La cinta de video continuaba mostrando imágenes, imágenes desgarradoras, como totalmente desgarrado quedaría el hogar de aquella joven.

Aquello simplemente no se le podía desear a ninguna persona en el mundo. A nadie.

La imagen se mantuvo oscura un buen tiempo, aproximadamente diez minutos. El audio también se encontraba ausente.

Una música alegre, de genero mariachi, interrumpió aquel silencio. La imagen del video dejó ver lo que a simple vista parecía un altar. Repentinamente, una voz alegre exclamó lo siguiente:

¡Feliz Día De Muertos!

Aquella ofrenda tenía una exposición de calaveras de azúcar, cada una de ellas tenía un nombre, fecha de nacimiento y defunción, pero sobre todo, lucía una decoración personalizada.

En aquella colección de 5 cráneos, se podían observar réplicas de los cráneos encontrados anteriormente en la ciudad y tres cráneos más. La colección de cráneos aumentaba cada vez más rápido.

5 de Noviembre, 1982. 8:39 horas.

Por la mañana, a las afueras de un motel ubicado en la zona centro de la ciudad se realizó el descubrimiento de un nuevo cráneo, el cual llevaba por nombre Estephanie Bustamante, así como un par de años 1963-1982.

Sin duda, aquel cráneo podría ser de la víctima de la cinta de video. O en un peor escenario, tal vez se trataba de una nueva victima.

El Coleccionista De CráneosWhere stories live. Discover now