Parte 4

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Lo besó...

Y Castiel correspondió.

Un poderoso alud se desató en el interior de Dean. Su cuerpo vibraba entero, temblaba, ante el contacto con los labios del mayor. Quien justamente correspondió a su avance de una manera delicada y gentil, cómo todo en Cas. Cómo así también de una manera un poco torpe.

Dean suponía que era normal, pues, no todos los días un tipo que conoces desde hace un día, te besa en los labios. Pero a pesar que se alegró que el pelinegro le correspondiera, admitía que si él estuviera en el lugar de Cas, no sabría si habría correspondido a aquel contacto.

Pero es que con él... simplemente desde que se lo encontró por primera vez frente a frente, desde el primer momento en que Castiel le notó, desde que sus ojos se cruzaron y el pelinegro le obsequió una dosis extra de cafeína que le perturbó un poco el sueño a la noche, desde que vio ese dolor en los ojos cuando vio que él ya tenía café, sintió que lo conocía de toda la vida.

Quizás habían sido pareja en una vida pasada, y el destino los volvió a unir. Le gustaba creer en eso, aunque no fuera de creer en muchas cosas. Pero si había algo en lo que creía ciegamente, era en Cas...

Y ahora más que nunca lo sabía.

-Dean...-

Esa voz susurrante una vez más. Esa voz ronca y taciturna lo sacó de su introspección. Sonrió.

-Lo siento. Se me fue de las manos. No quise ser maleducado.-

Dean rápidamente se puso de pie y le extendió su mano para poder ayudar al mayor a ponerse de pie. Quien secretamente cuando éste se hubo retirado de su encima, sintió una fría brisa que le hizo estremecer, el peso, el calor del muchacho sobre su cuerpo se sentía bien.

-N-no creo que pueda ponerme de pie tan fácilmente, Dean. Al parecer me he torcido el tobillo.-

-Lo siento, todo esto es mi culpa.-

Dean bajó los escalones y con una voz culpable se agachó a un lado del mayor, pasando un brazos por detrás de su cuello y así ayudarlo a ponerlo de pie desde otro ángulo.

-No Dean. No te culpes por algo que simplemente pasó por mi torpeza. No es cómo si realmente me hubiese quebrado el tobillo o algo por el estilo. En unas horas pasará, y estaré cómo nuevo. No te aflijas, ni te auto flageles con ese tipo de pensamientos. Ha sido una cosa de nada.-

-Lo será Cas. Y quizás tengas razón, en unas horas estarás bien, pero aunque digas esas palabras no puedo evitar echarme la culpa. Si yo... si yo no me hubiera-

-Dean... Ya basta. No ha sido grave.-

Profirió Castiel en aquella voz suave mientras era él ahora quien tomaba el mentón del rubio, puesto que ya habían entrado a la casa y lo había depositado en una silla.

-Quizás será mejor que me vaya...-

Dean cerró sus ojos, se liberó suavemente del agarra del mayor y le dio la espalda.

-¿Dejarás que cene sólo? ¿Inválido cómo estoy?-

Sus palabras escaparon con más tristeza y demanda de lo que pensó. Dean extrañado viró una vez más hacia el ojizarco.

-¿No que era una cosa de nada, Cas?-

-Lo siento. Sólo... sólo n-no quiero q-que te vayas aún.-

Terminó confesando sus pensamientos de manera casi inmediata, al oír el tono de reproche suave de Dean.

El rubio, relajó su cuerpo y sonrió dulcemente.

Destiel: "Featuring"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora