"You're in for it now, bro." - "Estas en problemas ahora, bro."

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_____’s Point of View:
“¿Estas nerviosa?”
Miré a Austin. Su mano derecha estaba en el volante, con la otra agarró mi mano izquierda. Sonreí, riendo un poco. “Me preguntaste eso como un millón de veces desde ayer y por ultima vez, estoy bien. Creo que debería ser la que te preguntara si estas nervioso. De hecho, no has visto a tu familia desde años.” Apreté su mano.
Austin lamió sus labios, encogiéndose de hombros. “Si ellos me aceptan de nuevo, estará bien. Si no lo hacen, continuaré con mi vida. Por mucho que extrañe a mi familia, he pasado tanto tiempo sin ellos, puedo sobrevivir a la eternidad con ello. Tu eres la única que los va a conocer por primera vez.”
Fruncí el ceño. “No digas eso...” Sacudí mi cabeza. “Estoy segura de que ellos te han echado de menos y seguro que conocerlos me pondrá nerviosa pero me dijiste que no me tengo que preocupar sobre ellos así que no me voy a preocupar.”
Austin suspiró. “¿Que quieres que haga ____? ¿Imaginas a mi madre y mi padre recibiéndome con los brazos abiertos, olvidando todo lo que paso en el pasado? Tu y yo sabemos que hay una muy pequeña posibilidad de que eso pase.”
“¿Como puedes esperar que algo bueno pase si todo lo que vas a hacer es pensar negativamente?” Fruncí el ceño. “¿Que te dije sobre eso?”
“Estoy viviendo en la realidad ____, no en la la land como tu sueles vivir a veces. Esto no es un cuento de hadas. Las cosas buenas no pasan porque tu quieras que pasen o lo merezcas. Esto es la vida real. Cometes errores, haces y dices cosas que simplemente no se pueden arreglar.”
“Aún eres su hijo Austin. Si has cometido un error o no, ellos no pueden huir de ti siempre. Ellos te criaron.”
“No entiendes, ____. Esto no es nada de drama, no le robé a mi madre ni golpeé a mi padre. Por mi culpa mi hermana fue asesinada.”
“No fue tu culpa!” Grité con la incredulidad de que el siguiera con eso en su cabeza.
“No importa, al final, en sus ojos soy un monstruo! Soy el único que destrozó a mi familia.”
“Para de hablar por ellos.” Declaré monótonamente.
“¿Que?” El me miró y pude deducir que el estaba un poco confuso.
“Dije que pararas de hablar por ellos. Estas inventado excusas por sus pasadas acusaciones hacia ti y estas hablando como si te hubieran dicho todo esto recientemente. No sabes como se sienten ellos hoy. Ni siquiera sabes si ellos te perdonaron o quizás se olvidaron!” Tiré mis manos con fuerza hacia arriba.
Austin se encogió de hombros. “Ellos son mi familia, ____. Se como son.”
“Pero tu no eres ellos. No sabes que están pensando personalmente o que sienten hacia ti.” Me pasé los dedos por el pelo. “Solo tienes que dejar de leer entre líneas. ¿Vale?”
Austin pareció haber contemplado esto porque el suspiro, sin decir nada mas. Tomé el silencio como mi respuesta y me volví hacia delante.
Cuando Austin paró en un semáforo rojo, el tomó esto como su oportunidad de hablar conmigo cara a cara. “Mira...” Comenzó, rascándose la parte posterior de su cabeza. “Se que estas tratando de ver lo bueno en todo esto y aprecio que hagas eso pero tienes que entender que lo que hice es algo que no tiene excusa en los ojos de mis padres. Ellos perdieron a una hija por mi.” Abrí mi boca para interponerme pero Austin me interrumpió. “Se que me vas a decir y entiendo que soy su hijo también pero es por mi por lo que ellos perdieron a su hija y ahora en vez de tener tres hijos, tienen dos.”
Jugué con mis dedos, sabiendo que el tenía razón.
“¿Entiendes lo que estoy tratando de decir?” El me miró antes de acelerar de nuevo, dándose cuenta de que el semáforo se puso en verde y condució una vez mas.
No hablamos mucho el resto del viaje hasta allí y mientras nos acercábamos a la casa, me encontré a mi misma cada vez mas y mas ansiosa cada segundo. Estaba al borde, no voy a mentir.
Quiero decir, ¿Y si no les gusto? Y se que Austin dijo que les gustaría y no tengo nada por lo que preocuparme, pero soy una chica, eso es lo que hacemos. No podemos evitar analizar las cosas y pensar las cosas un millón de veces.
“Llegamos.” Austin tosió para deshacerse de la incómoda tensión. Sabía que yo estaba al borde y me di cuenta de que una parte de él no quería estar aquí.
Me mordí el labio sabiendo que era ahora y no había forma de salir. Asintiendo con la cabeza, agarré el mango del coche, tirando de él mientras empujaba la puerta y salía. La cerré suavemente detrás de mi, mirando como Austin hacía lo mismo antes de que camináramos a la vez por la parte delantera del coche.
“Aquí es,” El hizo un gesto a su alrededor. “Aquí es donde solía vivir.”
Miré por delante de mi, observando el paisaje de la casa y todo lo que venía con el. Podías notar que el no era rico pero tampoco era pobre. Era una de esas casas normales y comunes que ves en las películas.
Sonreí hacia el. “Es precioso.”
Austin se encogió de hombros. “Es lo que sea.”
Pude notar que el estaba tratando de poner una buena cara como si no le importara, pero yo sabía que en el fondo, le importaba.
“Vamos.” El señaló con su cabeza hacia la puerta. Yo hice lo mismo después de él mientras tomaba pasos lentos por el césped cubierto de hierba y subía las escaleras del porche hasta que se paró frente a la puerta.
Austin se mordió el labio, sin saber si debía de tocar el timbre o golpear la puerta.
“Llama.” Susurré.
Se volvió hacia mi, su cara estaba arrugada.
El se veía tan lindo cuando estaba nervioso.
“Llama a la puerta.” Repetí, un poco mas alto esta vez.
Su cara cambió entendiendo lo que había dicho antes de poner sus nudillos contra la puerta de madera y llamar tres veces. El dio un paso atrás acercándome a él mientras esperábamos a que alguien contestara.
Alrededor de un minuto después, la puerta se abrió revelando un niño alrededor de mi altura con ojos azules y cabello rubio. Tenía un corte de pelo casi similar al de Austin excepto que el tenía una camiseta que ponía. “Get reckless” en letras negritas grandes.
Sus ojos se plantaron en nosotros y nadie dijo una palabra. Me di cuenta de que Austin se tensó a mi lado.
El chico de ojos azules se quedó sin hablar, sus ojos sostenían una mirada de sorpresa y reconocimiento.
“Carlos, cariño, ¿quien esta en la puerta?” Una dulce y melódica voz llegó desde el interior de la casa.
Me mordí el labio apenas darse cuenta de quien era y de inmediato sentí la incómoda tensión.
“¿Carlos? ¿Me escuchas?” La voz se hizo mas fuerte y mas cercana y tanto el corazón de Austin como el mío comenzaron a latir diez veces mas rápido que antes. “Dije quien esta en la puer--” Por ahora ella se había puesto al lado de Carlos y miró hacia delante a donde él estaba mirando una vez que se dio cuenta su expresión en blanco y su cara cayó rápidamente, el shock se apoderaba de cada emoción de su cuerpo.
Todos nos quedamos así, mirándonos a cada uno de nosotros por lo que parecieron años antes de que finalmente, la mujer de al lado de Carlos, quien deduje que era su madre, habló. “¿A-Austin?” Ella susurró, era como si ella hablara mas fuerte, se rompería.
Austin estaba sin habla y se quedó entumecido, todo su cuerpo se puso rígido.
“Austin...” Susurré, dándole a su mano un pequeño pellizco para traerle de vuelta a la tierra.
Austin lamió sus labios, finalmente recibiendo el mensaje que el estaba en silencio, y se aclaró la garganta. “Hola mama...” Hizo una mueca a la vez que extrañas palabras se escapaban de sus labios.
Los ojos de Michele se abrumaron con lágrimas mientras miraba a su hijo de la cabeza a los pies. Ella negó con la cabeza, colocando una mano temblorosa en su boca.
Mi estómago se revolvió mientras veía a su madre con completa incredulidad a lo que estaba pasando ante sus ojos.
“Carlos, cariño, ¿Porque no vas adentro y te aseguras de que el pastel no se ha quemado en el horno?” Sorprendentemente, Michele fue capaz de hablar sin indecisión.
Carlos tragó saliva, su manzana de Adam se movió lentamente hacia abajo en su garganta mientras el asentía con la cabeza, deslizándose lejos de nuestra vista y desapareciendo dentro de la casa.
Volviéndose para asegurarse de que Carlos se había ido, Michele se dio la vuelta. “¿Que....Que estas haciendo aquí?” Susurró.
Austin dejó escapar un pequeño suspiro entre sus labios entreabiertos, contemplando que decir antes de decidir que sería mejor simplemente encogerse de hombros.
Fruncí mi ceño ante la falta de palabras de Austin. “Austin--”
“Vine para visitarte.” El me interrumpió, sabiendo que iba a animarle para que tratara por lo menos de iniciar una conversación.
Secándose las manos en el delantal, Michele parecía haber estado pensando largo y tendido sobre algo, antes de que finalmente se apoyara con su espalda en la puerta, haciendo un gesto con la mano hacia dentro. “Bueno, pasen...”
Austin miró como si el hubiera visto un fantasma, porque al instante, su cara se volvió pálida y sus ojos se abrieron mucho.
Dí a su mano un apretón de tranquilidad, mostrándole que todavía estaba allí y el no estaba solo.
Asintiendo con la cabeza, el me llevó a su lado, entrando a su casa mientras caminábamos a través de la puerta, sus ojos escanearon el interior, la tristeza abrumada en sus ojos marrones, mostrando su decepción. “Todo es...diferente.” Señaló. “Cambiaste los colores y los muebles...”
“Si, tu...padre y yo decidimos que sería lo mejor darle un total cambio de imagen a la casa...” Michele había cerrado la puerta antes de entrar nosotros.
Sonreí cortésmente. “Tienes una hermosa casa.” Le felicité.
“Gracias.” Michele sonrió en respuesta, un poco ida porque había hablado.
“Si.... se ve bien.” Austin mordió el interior de su mejilla. “Me...me gusta.”
“Bueno, estoy...contenta de que te guste.” Michele desvió la mirada alrededor de la casa, dándose cuenta de lo que estábamos mirando, antes de mover sus ojos hacia nosotros.
Austin parecía haberse dado cuenta de que algo mas faltaba. “¿Donde esta papa?”
Michele se quedó inmóvil, lamiendo sus labios. “En el trabajo.”
Austin asintió con la cabeza, una parte de él estaba relajada ante la información que el había recibido. “¿Cuando volverá?”
“Cuando su turno haya terminado en la tienda.”
Austin apretó sus labios en una fina linea. “¿El todavía trabaja allí?”
“Si.”
“¿Y tu?”
“Sigo siendo el ama de casa como siempre lo he sido.” Ella sonrió suavemente.
Austin esbozó una pequeña sonrisa hacia sí mismo. “¿Aún sigues trabajando tanto?”
“Lo sabes.” Nuestras cabezas se levantaron para ver a Carlos entrando en la sala de estar.
“Déjame adivinar, mama siempre coci--”
“¿Cocina?” Carlos preguntó. Cuando Austin asintió con la cabeza, Carlos se rió un poco. “Sip. Ya se trate de pasteles, pastas, recetas que encuentra online, ella lo hace.”
Me reí un poco, recordando de nuevo cuando Austin me había dicho que Michele amaba cocinar.
“¿Ella sigue quemando algo de ello?”
Michele fingió un suspiro. “Ahora, ya no los quemo. Yo solo los cocino demasiado.” Señaló con una mueca juguetona.
Tanto Austin como Carlos rodaron sus ojos y yo no pude evitar sonreir al unísono entre los dos. “Lo que sea mama.” Ellos dijeron a la vez y al instante el silencio nos abrumó mientras se miraban los unos a los otros.
Aclarando su garganta, Austin se rascó la parte de atrás de su cuello. “Mira...” Él suspiró. “Se que esto es inesperado y realmente no quiero hacer esto difícil para cualquiera de vosotros. Yo solo--”
Austin fue interrumpido cuando los brazos de Michele se envolvieron alrededor de su cuello, tirando de él en un abrazo.
Austin parecía haber estado en estado de shock durante bastante tiempo antes de que lo que había pasado se registrara en su cerebro. Dejando ir mi mano, envolvió sus dos brazos alrededor de su madre, apretándola contra su figura.
Puse una mano sobre mi boca, imitando las acciones de Michele antes mientras veía a los dos abrazarse por primera vez en años.
“Tu eres mi hijo, a pesar de todo, Austin.” Michele murmuró. “No importa cuanto tiempo ha pasado. Estoy contenta de que hayas vuelto.” Ella lloró, unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos.
“Lo siento tanto mama...” Austin susurró. “Nunca quise dejarte a ti o a Carlos pero con todo lo que paso con Cami...” El paró de hablar, sabiendo que estaba tocando un tema frágil. “Y con papa, simplemente no podía estar aquí.”
“Lo se,” Michele sollozó, mas lagrimas caían en cascada por su rostro. “Hiciste lo que creías que era correcto para ti. No estoy enfadada, estoy muy contenta de que hayas vuelto...”
“Mama,” Austin se apartó un poco, pasando sus manos sobre el rostro húmedo de ella. “Estoy aquí para visitaros... no he vuelto. Tengo mi propio lugar en la ciudad.”
Michele asintió triste. “Supongo. Quiero decir, tienes dieciocho años después de todo.”
Austin esbozó una pequeña sonrisa. “Te extrañé, lo sabes, ¿verdad?”
Una enorme sonrisa se extendió por sus desnudos labios. “Lo se y yo también te extrañé. Todos lo hicimos.”
Austin se mordió el labio. “¿Incluso papa?”
El dolor cruzó sus ojos. “Ya sabes como es tu padre...”
Austin frunció sus labios, cambiando su mirada a otro lado. “Si, lo se.” Con un suspiro, se volvió para mirar a Carlos. “Ven aquí amigo.” Abrió sus brazos y le tomo un segundo antes de que una sonrisa tirara de los labios de Carlos y cayera en los brazos de Austin.
“Te extrañé chico.”
“También te extrañé, Austin.” Carlos dijo entre dientes.
Eran momento como este donde me gustaría que pudiera grabar los momentos perfectos en nuestras vidas.
“Te hiciste aún mas alto.” Austin rió, frotando la parte superior de su cabeza, obviamente.
“Hey!” Carlos se apartó a sí mismo del agarre de Austin. “No el pelo, man.” El frunció su ceño en broma.
Tanto Michele como yo reímos.
Austin se volvió hacia nosotros. “¿Que es tan gracioso?”
“Vosotros dos hacéis lo mismo.” Señalé.
Michele estuvo de acuerdo. “Si, vosotros y vuestro pelo...no puedo.” Ella agitó su mano con desdén.
Austin sonrió mientras Carlos se negaba.
“El pelo hace el rostro, señoritas.” Carlos dijo con la mayor naturalidad.
“Oh ¿en serio?” Michele levantó sus cejas.
“Si. Quiero decir, vamos, la apariencia es solo un extra, pero si el tipo tiene el pelo sucio, ¿que chica querría tocar eso?”
Austin rió seguidamente. “Verdad. Quiero decir, ¿a donde se agarrarían las chicas si el cabello de los chicos es repugnante?”
“Exactamente!” Carlos chocó sus manos con Austin.
Sacudí mi cabeza. “Wow. Realmente son hermanos.”
“Bueno, obvio,” Sonrió carlos. “No soy el único con buena apariencia.”
“Hey ahora,” Austin palmeó su espalda. “Todos sabemos que yo soy el caliente en la familia.”
Michele rodó sus ojos mientras miraba divertida a los dos.
“Bueno, si no fuera por sus padres ninguno de vosotros ni siquiera tendría buen aspecto así que creo que aquí los méritos reales con para ellos.”
Michele me miro con expresión divertida. “Gracias.” Enfatizó.
“Lo que sea.” Carlos agitó su mano.
“Ellos solo se niegan.” Susurré en el oído de Michele.
Riendo, ella asintió con la cabeza. “Ellos simplemente no pueden admitir el hecho de que la mitad de su apariencia vino de su madre.”
Puse mi mano para chocar los cinco con ella, lo que con gusto hizo. “Bien dicho.”
“Gracias.”
Asentí con la cabeza.
Austin nos miraba con puro placer en sus ojos. “¿Que pasa con vosotras dos?” Apuntó entre nosotras.
Nos encogimos de hombros al mismo tiempo. “Charla de chicas.”
Austin arqueó una ceja hacia arriba. “¿En serio? ¿Os importa decirnos lo que dijisteis?”
Sonreí. “No.”
“¿Estas segura de eso?” El lamió sus labios, lentamente vagando a través de la habitación hacia nosotras.
“No me asustas, Mahone.” Sonreí.
“Rogaría por que no fuera cierto, Jones.” Austin me miró, con una sonrisa pícara en sus labios.
Crucé los brazos sobre mi pecho. “Por supuesto que si.” Rodé los ojos en broma.
“¿Acabas de rodarme los ojos?” El fingió un suspiro, siendo malo conmigo. “Estoy decepcionado contigo ____.”
“Lo siento.” Hablé monótonamente.
“No, no lo sientes.”
“Tienes razón,” Me encogí de hombros, cambiando mi peso a mi cadera derecha. “No lo siento.”
El se rió entre dientes, presionando sus labios en mi frente.
Michrle se aclaró su garganta, cogiendo las intenciones de los dos.
“¿Eh?” Austin preguntó.
“¿Que es esto?” Señaló ella entre nosotros dos. “¿Hay algo que quieras decirme Austin Carter Mahone?”
Austin frunció el ceño. “No uses mi segundo nombre, ma.”
“Es una pena, acabo de hacerlo.”
Me reí. “Aw, creo que es lindo.”
“¿Si?” Austin me sonrió.
Sonreí. “Si.”
“Vencido.” Carlos tosió haciendo que Austin diera la vuelta a toda prisa a la vez que el disparaba dagas con su mirada.
“Cállate.” Austin siseó.
Carlos puso sus manos arriba en defensa. “Solo decía bro.”
Austin rodó sus ojos.
Fingí un jadeo. “¿Acabas de rodar tus ojos a tu hermano?” Era mi turno para ser mala con el. “Increíble.”
Austin rió mientras Michele hacia lo mismo.
“Sabes, Austin, todavía estoy esperando mi respuesta.”
“Espera, ¿que preguntaste?” Austin la miró fijamente.
“Dije,” Ella sonrió. “¿Que es esto entre vosotros dos?”

Danger {Austin Mahone}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora