ONE

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― ¿No es broma?, ¿nuevamente me obligarás a ir? ― Taehyung veía como el más bajo se sacudía levemente sus suaves cabellos rosados frente al espejo, tratando de verse lo más decente posible.

― Hey, no te lo tomes así. ― le miró con el ceño fruncido. ― Sólo necesito que me acompañes, no te estoy pidiendo que estés pegado al cien por cien de mí.

― ¿Y si no quiero? ¿Ah?

― Vas igual. ― rió, haciendo que sus pómulos enrojecieran y sus pequeños ojos desaparecieran. ― No me gustaría ir solo, Tae ... ― añadió con un puchero al finalizar las palabras dichas. ― No quieres defraudar a tu mejor amigo, ¿verdad?

El más alto se quedó un momento en silencio, suspirando finalmente después de unos minutos. ― Ugh, está bien. Te acompaño. ― se cruzó de brazos, observando por la ventana a algunos pequeños niños disfrazados que iban y venían de aquí para allá. Jimin soltó un corto gritito de emoción al escuchar la confirmación del más alto. ― ¿Hay algo bueno en esa fiesta para al menos tener ánimos? 

― Ah... Jeongguk. ― suspiró, sonriendo a la vez, encontrándose en sus propios e infinitos pensamientos, mientras que Taehyung lo veía con cara de disgusto. ― ¡Vamos, no me mires así!

― ¡Estás completamente enamorado! ― hizo un pequeño puchero. ― Te perdí, compañero. ― fingió un disparo en el corazón, arrodillándose en el piso por unos segundos. ― En fin, ¿ya estás listo? llevamos como una hora acá y ya es muy tarde.

Jimin se miró por última vez en el espejo y miró sonriente a su mejor amigo. ― Vamos.

Ambos bajaron las escaleras, yendo a la cocina para avisarle a la señora Kim de que saldrían y no volverían exactamente temprano. Y es que la señora Yun ya estaba bastante acostumbrada a que salieran tanto que no le dio tanta importancia.

Jimin se subió en el asiento del co-piloto, mientras que el de cabello gris a la izquierda de él conducía tranquilamente a la parcela del tal Namjoon, en la cual se haría la fiesta. El chico de 19 años observaba el paisaje que pasaba rápidamente ante sus ojos, observaba a las personas que, en unos cuantos segundos se olvidaría de ellos. El espacio a su alrededor comenzó a ser cada vez más solitario al acercarse a su destino, que era nada más ni nada menos que una gran extensión de campo, haciendo notable la exagerada escasa gente que había en el camino. Además de que también era muy tarde para andar por la calle por los riesgos que había en la ciudad.

Y fue hasta después que ese paisaje, que hace unos minutos pasaba rápidamente ante sus ojos, de repente paró y escuchó la voz grave de Taehyung. ― Mierda...

Jimin se volteó a ver al más alto con su ceño levemente fruncido― ¿Qué pasó?, estamos a mitad de la carretera.

― No me di cuenta de que quedaba poca gasolina... Y, bueno... Nos quedamos  estancados. ― el más bajo lo miró asustado, abrió la boca para decirle unas cuantas groserías, siendo interrumpido por su mayor que lo paró justo a tiempo. ― ¡Tranquilo, tranquilo!, nos quedan sólo unos metros para llegar, sólo dejemos el auto debajo de ese árbol y vámonos caminando hacia la casa de Namjoon.

Suspiró desganadamente. ― Está bien...

Ambos se bajaron del automóvil para irse a la parte trasera, empujaron con todas sus fuerzas el carro hasta el gran árbol y lo dejaron ahí, luego verían como comprar la gasolina. Cansados, caminaron hasta escuchar a unos cuantos metros el sonido de la música fuerte, se miraron entre sí y sonrieron, trotando hasta lo poco que les faltaba para llegar.

Fuera estaba Namjoon, quien al verlos les sonrió y los llamó para que entraran. ― ¡Los estaba esperando chicos! Vamos, entren.

La fiesta, sinceramente, era todo un caos. Cerveza por todo el lugar, en la mesa unos cuantos apetecibles brownies solitarios, infinita gente haciendo un gran círculo y en las esquinas de la casa habían personas compartiendo su saliva.

HIDE AND SEEK [kookmin]Where stories live. Discover now