Parte I: ❝ El comienzo. ❞

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Esta noche puedo escribir los versos más tristes

Me encantó [él], y, a veces [él] me quiso también.

- Pablo Neruda

Enamorarse no es fácil. Es más difícil que cualquier coreografía que ha tenido que dominar, más duro que cualquier nota que ha tenido que golpear. Y crecía cada vez más dentro de esa cavidad vacía en su pecho, manteniéndose latente, hasta le sonríe a cierto chico con toda la luz de los largos días de verano en los ojos. Es como estar continuamente sin aliento.

Así que es difícil. Siempre es difícil. Pero enamorarse de Park JiMin es como vencer a un jefe final en un videojuego difícil, y si Jungkook está siendo honesto, nunca fue preparado para cualquiera de esas batallas.

Se encuentra con Jimin cuando están todavía en los cuerpos de unos niños con altos sueños y esperanzas. Se encuentra con él, quién tenía una sonrisa en la cara que podría brillar en la oscuridad.

Y, pues, el resto es historia.

No recuerda el principio tan bien.

Sabe que tiene quince años y el mundo se siente tan grande, tan abrumador, que a veces le hace querer vomitar. Seúl es un monstruo de carreteras y edificios, por lo ancho y alto que bloquea sus nostálgicos recuerdos del mar rompiendo a sus pies.

Se dice a sí mismo que vale la pena una y otra vez saberse el ritmo de las coreografías, baja su mirada a sus zapatos gastados y les sonríe como si fueran trofeos.

Bangtan finalmente debuta, y Jungkook sabe que tiene suerte de estar con otras seis personas increíbles y trabajadoras. Ellos son un conglomerado de talentos y personalidades que encajan entre sí como rompecabezas, dándose entre sí un esfuerzo para crear algo más grande que ellos mismos. Él no es el tipo de persona que cree en el destino, pero parece imposible que los siete juntos podrían acabar juntos por casualidad. Él no sabe si se lo merece.

Jungkook aprende rápidamente que Jimin es un niño con cara tierna que ríe y ama con todo su cuerpo. Sus pensamientos y sentimientos parecen verter fuera de él sin previo aviso, cada ráfaga de felicidad o molestia se muestra claramente en su rostro, su corazón colgando de la manga para que cualquiera pueda ver o robar. Él es débil, pegajoso y un buscador de atención, y Jungkook no puede entender por qué Jimin es en su mayoría estas tres cosas.

Trata, pero no puede.

No es algo que se cuestionó demasiado al principio. Es aparte del trabajo. Puede conseguir distraerse.

Se supone que ellos deberían jugar en frente de la cámara, que es como siempre ha sido; siendo sociable. Pero en realidad nunca entendió por qué son sociables -todas las miradas persistentes y caricias entre los miembros- y la única explicación que se puede extraer de cualquier persona es de un manager pre-debut quién se ríe y le dice que es debido a que sus relaciones no son amenazantes, ya que no van en serio. Y él recuerda haber pensado, por supuesto, las relaciones entre los hombres nunca pueden ser serias.

Así que se acostumbró a la natural caricia de Taehyung, el afecto de madre de Seokjin y abrazos inesperados de Hoseok. A medida que pasan los meses, incluso se vuelve más cariñoso, ya no con el miedo de envolver sus brazos alrededor de uno de los miembros o apoyarse en otro con el abrazo. Son sus hermanos. Es normal.

Pero al entrar en las promociones para N.O, empieza a darse cuenta de que hay algo en Jimin que lo hace sentir diferente. Las sonrisas son diferentes, los toques son diferentes, la forma en que se le eriza la piel es diferente. Él nunca deja ir la oportunidad de contarle a Jungkook lo guapo que se ve, o lo talentoso que es, y hay una sinceridad en su voz que hace Jungkook quiera desaparecer por la timidez que le consume cada vez que pasa.

RIPTIDE [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora