Diamond [Cancelada]

2. Impacto inesperado

  Parpadeé varias veces. Acababa de llegar y ya quería combatir, ni siquiera quería fijarse un poco en su Pokémon, sólo divertirse.
  Ben se negó en rotundo a combatir. Prefería dedicarse a estudiar a Saurok antes que hacer cualquier cosa con él.
  Yo, por mi parte, estaba dispuesta a hacer ambas cosas. Un combate no me haría daño, y le vendría bien a Hiponea para fortalecerse.
  —Entonces Weldon, ¿Tú no combates? —Preguntó muy enérgico Flaere.
  —Ya te he dicho que no —. Respondió él muy serio mientras observaba el pelaje de Saurok —. Y no me llames por mi apellido.
  —Está bien, Weldon. ¿Thegt?
  —Bien, combatiré. Sé que estoy con ventaja, pues Hiponea es de tipo agua, y Bonflick de fuego.
  —A mí eso me da lo mismo. ¡Yo quiero combatir! ¡Adelante, Bonflick!
  —¡Dentro de la casa no! —Gritó el profesor Aliso. A Ben no era el único al que Flaere le sacaba de quicio —. Además, antes debo enseñaros cómo capturar un Pokémon salvaje. ¿O acaso pensáis ir por la vida sólo con vuestro inicial?
  —Yo preferiría más sujetos de estudio, la verdad. Lo veo más conveniente que un combate —Habló Ben.
  —¡Sí! ¡Yo también quiero un nuevo Pokémon! ¡Combatiremos y seré el campeón de Thellos! —Dijo Flaere a voz en grito. Parecía no callarse nunca.
  —Me gustaría entrenar a Hiponea y estudiar a la vez que combatir —. Añadí yo. También quería ser la campeona de Thellos, pero por otra parte, quería dedicarme al estudio de los Pokémon.

  Hacer las dos cosas por separado me parecía bastante sin sentido. No aburrido como a Flaere pudiese parecerle el estudio de los Pokémon, ni tampoco inútil como a Ben podían parecerle los combates.
  Quería también descubrir los nuevos Pokémon que pudiese haber en la región, y estaba muy emocionada.
  Todos a excepción de Flaere, que ya estaba depié, nos levantamos. Supuse que tomaríamos la ruta uno, y que capturaríamos algún pequeño Pokémon. Después, un combate contra Flaere no estaría mal.

  Caminamos durante unos quince minutos, hasta que estuvimos en plena ruta uno.
  Estaba llena de claros, y era la menos peligrosa de la región. Con razón se empezaba por ahí.
  El profesor Aliso, que iba a la cabeza del grupo se detuvo un instante.
  —Bien. ¿Quién quiere ser el primero?
  —¡Yo, yo! —Gritó impaciente Flaere, ahuyentando a una bandada de pájaros que había por la zona.
  —Genial. Los ha espantado  —. Se quejó Ben. Parecía muy molesto —. Profesor, ¿Podemos ir por nuestra cuenta un rato?
  —Más tarde, primero debéis aprender a capturar un Pokémon más. Te vendrá bien uno que habita por aquí cerca, Ben. Te gustará.
  —Está bien...
  —Comencemos. Como vuestro amigo Flaere se ha ofrecido voluntariamente a ser el primero, será con él con quien haga la demostración—. Le dio una pokéball vacía, que él agarró con fuerza —. En primer lugar, Flaere, debes meterte en las zonas de hierba alta. Pero ni se te ocurra correr, que te conozco.
  Flaere, intentando contener sus ganas de correr hacia la hierba alta, caminó a un paso más o menos acelerado.
  Una vez que estuvo dentro de la hierba, se puso a mirar hacia los lados.
  —Quédate quieto ahí, Flaere. Prestad todos atención. Si alguna parte de la hierba se mueve un poco, debéis sacar a vuestro Pokémon. Mientras tanto, tenéis que manteneros tototalmente inmóviles.
  Transcurrieron unos instantes antes de que una brizna de hierba se agitase cerca de donde se encontraba Flaere.
  Entonces, el sacó a Bonflick, tal y como el profesor Aliso había dicho momentos antes.
  —Ahora bien, ¡A combatir! —Informó el profesor.
  —¡Bien! ¡Un combate!
  —¡Flaere! ¡Recuerda no debilitarlo! ¡Si no, no lo podrás capturar!
  —¡Vale! —Gritó el chico, como siempre.

  Sinceramente, a pesar de haber estudiado durante toda mi infancia la zona, no sabía con exactitud cuál de los tres posibles Pokémon que habitaban la ruta 1 podría ser.
  Una de dos, pues los Pokémon pájaro habían huído espantados: Un Molecple, o un Boofle.
  Acerté con la segunda opción, se trataba de un Boofle, un pequeño mamífiero de cola ondulada y de colores blanco roto y marrón.