¿Qué pasaría si...?

Capitulo 1

 Mi cama. Mi cama agradable y cómoda es donde me encuentro ahora mismo. Desbloqueo mi smartphone y veo que son las ocho y media de la mañana, por lo que llevo ya media hora de retraso, ya que tengo que estar en el trabajo a las nueve. Por consecuencia de mi retraso ya no podré tomar una tostada sino un simple café. Una vez vestido y preparado para el curro me subo al coche y conduzco. Normalmente en un día normal y corriente tardó unos veinte minutos en llegar, pero hoy no es uno de esos días por culpa del gran tráfico que hay. Llevo esperando quince minutos, así que decido hacer una cosa que hace mucho tiempo que no hago, encender la radio. Tomó la decisión de poner las noticias, en esta se estaba comentado sobre un nuevo descubrimiento científico sobre La Tierra, pero el hombre de este canal tiene una voz demasiado apagada que hace que desconecte y no me entere sobre dicho hallazgo. No sabía que este iba a tener tanta influencia en mi vida.

Después de mi oficio tengo que ir a recoger a mis hijos de la casa de mi ex mujer. Los dos tomamos la decisión de divorciarnos, lo único que hacíamos era pelearnos por temas económicos o por otras cosas, por lo que pensamos que lo mejor sería separarnos para siempre y turnarnos nuestros hijos por semanas. Mis hijos niegan que prefieren a su madre antes que a mi, pero yo sé la verdad, les he visto con su madre y les veo felices, en cambio conmigo están aburridos y deprimidos de tener que pasar una semana a mi lado.

Cuando estaba saliendo de mi trabajo me encontré con mi jefe y me dio la peor noticia que me podía dar, me había despedido por culpa de mi retraso diario.

Aparcó en frente de la casa de mi antigua esposa. Antes de bajar del coche intentó cambiar la expresión de mi cara para que no se note la decepción que tengo conmigo mismo. Llamo al timbre y veo a mis entrañables hijos con la cara de no querer hacer algo, en este caso venirse con su padre. Meto sus maletas, esas maletas que tienen que preparar cada semana para irse con su otro progenitor. En el viaje había un silencio un tanto incómodo y lo peor es que no sabía cómo romper el hilo, pero lo hizo otra cosa, un temblor, mejor dicho un terremoto suave y de unos diez segundos, nada de que preocuparse, pero este fue solo el comienzo.