22. Puede

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Ni siquiera recordaba la última vez que se había sentado a desayunar con alguien o a desayunar simplemente, por eso al salir del baño ya duchada y cambiada le sorprendió el delicioso aroma a café recién hecho y a algo que olía muy dulce.

Encontró a Luna llevando un par de platos a la mesa con media sonrisa en la cara mientras tarareaba por lo bajo alguna pegadiza cancioncilla salida desde lo más recóndito de su mente.

—Vaya, ¿han trasladado el Ritz? —se sonrió un poco Raven al ver la mesa tan bien dispuesta, con un par de copas de zumo, un par de tazas de café, y una bandeja con tortitas glaseadas con sirope y nata.

Luna que levantó la vista al escucharla dejando los platos en la mesa junto a otro de tostadas, se sonrió ligeramente viéndola con mucho mejor aspecto ahora.

—Iba a prepararte comida de hospital pero no creo que te gustase demasiado, no soy buena cocinando —comentó Luna divertida.

—Solo suturando —se dijo Raven alzando su mano vendada como recordatorio, sonriéndose cansadamente al acercarse—. Eso huele maravillosamente, en serio.

—Sé que las tortitas te gustan glaseadas y sin azúcar, pero con nata y sirope trabajo en Arkadia, ¿recuerdas? —bromeó ella apartándole la silla para dejar que se sentase antes de ir a tomar asiento en la suya.

—Cierto —se dijo Raven en voz baja agradecida por tal gesto acercando a sentarse frente a ella—. La verdad es que no sé como agradecerte todo lo que estás haciendo por mi, Luna... yo...

—Eh, eh no —la paró suavemente Luna cogiendo un par de cubiertos antes de dedicarle una débil sonrisilla—. Nada de agradecimientos, nada de eso no te lo he pedido y no lo quiero. Quiero que estés bien, y me alegra mucho poder contribuir a ello pero por favor, nada de agradecimientos —se sonrió ella con cariño al escucharla—. Pero no creas que no me cobraré en un futuro.

Raven que tomaba el tenedor en aquel instante se la quedo viendo, y la sonrisa de Luna se hizo algo más tranquilizadora para ella.

—Necesito a alguien que ponga a Miller en su lugar con eso de los disfraces, quiere vestirme de muerta viviente para esta semana en el Arkadia y a ti te respeta —bromeó ella sonriéndose mientras se llevaba un poco de zumo a los labios—. Con suerte podrías convencerle de que me dejase disfrazarme de otra cosa.

—¿Vampiresa, tal vez? —se medio sonrió Raven al escucharla sirviéndose un par de tortitas en su plato—. ¿Brujita?

Le parecía algo surrealista poder estar hablando de disfraces y cosas así con todo lo que tenía encima pero en aquel instante con Luna casi volvía a sentirse una chica normal de su edad.

—Cualquier cosa menos zombie —se echo a reír Luna logrando sacarle una risita a ella—. Respeto The Walking Dead pero no quiero que se me desprenda un trozo de piel muerta sobre la comida de alguien, ah, ah, me niego.

Raven que tuvo que reír al escucharla imaginando la escena rodó los ojos.

—Me recuerda a una vez en que Lexa se empeño en que nos disfrazásemos de enfermeras sangrientas, se le pasó la mano con la sangre y Abby nuestra educadora creyó que nos habíamos peleado.

Luna que desconocía que hubiese estado tutelada al igual que Lexa se medio sonrió al escucharla.

—Fue muy divertido porque Lexa le siguió el rollo y casi terminamos castigadas pero cuando se le cayó una de las heridas en plena conversación, Abby nos quitó todas las chuches y nos mandó directas a la cama.

—¿Y fuisteis a la cama?

—Ni de coña, había una fiesta que daban en un antro del centro y que nos moríamos por ir, después si que terminamos castigadas —recordó ella con más gracia comiendo algo más de la tortita—. Esto está de muerte, Luna.

Luna que la vio coger el sirope y echarle aun más a las tortita frunció el ceño sonriéndose.

—¿Por qué no abres el bote de sirope y metes dentro la tortita? —le propuso divertida ella.

—Lo he probado otras veces, no sabe tan bien como parecería —repuso Raven sonriéndose mientras dibujaba garabatos de sirope sobre la tortita.

Luna que tuvo que sonreírse sacudió la cabeza al escucharla, tomando un poco más de su tortita.

—No sabía que Lexa y tú os conocieseis hacía tanto.

—Oh si, crecimos prácticamente juntas —se medio sonrió Raven llevándose la mano disimuladamente a la vendada sintiendo un poco de dolor al moverla—. Me conoce mejor que yo misma.

—¿Es por eso por lo que has estado tan tirante con ella últimamente? ¿para qué no sepa lo que te pasa?

Raven que no lo había visto conscientemente de esa forma, se dio cuenta de que aquello era cierto. Tal vez, se había alejado de Lexa desde que comenzó toda aquella pesadilla porque no quería verla metida en nada de todo eso.

—Es... es mi familia —admitió Raven sentidamente viendo a Luna a los ojos al otro lado de la mesa—. Solo quiero protegerla...

Luna que se la quedo viendo largamente entendía bien a lo qué se refería.

—Debe de ser genial, tener a alguien así —reconoció suavemente ella con una débil sonrisa.

—Lexa es estupenda —se dijo Raven con una sonrisa llena de cariño y orgullo.

—Lo sé —se sonrió Luna al oírla sabiendo cuanto se preocupaba y velaba por ella—. Por eso, tal vez deberías decírselo Raven... —intentó Luna sincera extendiendo la mano para ponerla sobre la suya y obligarla a mirarle a los ojos—. Se sentirá traicionada si le ocultas algo así cuando se entere, y sé que no querrás eso.

Raven que se la quedo viendo bajó un poco la mirada a su plato sintiendo el calor de su mano aún sobre su piel.

—¿Cómo voy a contarle esto, Luna? —se preguntó ella con gran pesar antes de atreverse a mirarla—. Es Lexa, se volverá loca. Pondrá el grito en el cielo y hará cosas que... que le traerán muchos problemas, ella no es como nosotras. Ella no piensa las cosas. Lexa actúa y luego si sale mal la cosa pues se arrepiente, no puedo meterla en todo esto.

—Pero necesitas apoyo, necesitas volver a sentirte segura, a confiar en la gente que te quiere y Lexa te quiere, si se lo explicas, si le explicas lo que ha estado ocurriendo ella lo entenderá y tal vez, actúe de otra forma porque se lo pides tú —dijo Luna suavemente mirándola—. Si te quiere tanto como sabes que te quiere, ella hará lo que tú necesites que haga y lo que sabe que será mejor para ti.

Raven que no lo había visto de aquella forma hasta ahora, quedó pensándolo durante bastantes segundos en silencio.

Tal vez Luna, tuviese razón. Tal vez, se quitaría un peso de encima si le contase a Lexa lo que ocurría, tal vez mejorarían las cosas si ella lo supiese y la apoyase con aquello.

—Sabes que Lexa no merece que le mientas... —insistió Luna lentamente al verla reflexionar así.

—Puede que tengas razón, puede que... puede que no necesite que lo entienda, puede que solo necesite contárselo, si —se dijo Raven respirando hondo antes de devolverle la mirada a Luna con una sonrisa resignada y algo cansada—. Puede que sea hora de dejar de huir de todo esto...

Luna que le devolvió la sonrisa con aprecio asintió sincera.

—Puede...

Continuara...

La Llamada (#TheWrites)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant