STITCHES

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Notas: Antes que nada, comunicarles que aunque a la historia originalmente la titulé "Un golpe Bajo", tengo mucho tiempo pensando en cambiarle el nombre a algo que se ajuste más a lo que ocurre, por lo cual pasará a llamarse "Stitches". 

Agregando también que esta semana subiré la continuación, que será el final de esta historia, para poder subir otras historias Olivarry que he estado planeando.

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¿Acaso se podía ser más feliz? Había sido el pensamiento de Oliver una semana antes de que el infierno se desatara.

Una semana antes cuando aún despertaba con Barry a su lado sonriendo como solo él podía y las piernas de ambos enredadas bajo la sábana después de haber tenido una increíble noche donde solo existían ellos dos entre caricias y susurros cargados de todo lo que sentían el uno por el otro.

No eran una pareja idílica, pero ¿Quién lo es? NADIE. Ellos también tenían sus discusiones y peleas, pero por sobre todo siempre prevalecía el amor que se profesaban de varias maneras y siempre estaban ahí para apoyarse, estuvieran como sus alter-egos o no. Y a pesar de que el arquero se consideraba roto, autodestructivo y se odiaba a sí mismo por varios motivos; desde que el menor se había cruzado en su vida, lo había amado como nunca pudo con nadie más, tanto así que el simple hecho de estar en compañía del velocista le hacía olvidarse de lo que se sentía odiarse a sí mismo.

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Esos días parecían ahora tan lejanos y los añoraba con una cruda angustia que solo iba en aumento conforme los días iban pasando.

Oliver no estaba pasando por su mejor momento justo ahora, Barry había desaparecido y por lo poco que habían podido decirle Cisco y los demás, esto era malo, muy, MUY MALO.

No había pistas, no había notas, no había rastros ultrasónicos, no había un carajo y eso ya le había crispado los nervios desde el momento en que se enteró (No de la mejor manera) sobre la extraña desaparición de su novio.

Lo peor de todo era que el menor llevaba dos días desaparecido pero como sus encuentros eran esporádicos por el trabajo de ambos, el Flash Team no había querido preocuparlo tan pronto y hasta que se desesperó por no saber nada del castaño, fue que decidió presentarse por la fuerza en Central City, exigiendo respuestas y obteniendo tan jodido pronóstico.

¿Les había alzado la voz y reclamado? Claro que sí ¿Se había sentido mejor? Claro que no, eso no haría que Barry apareciera mágicamente y pensar en eso le llenaba de un desasosiego que solo había sentido en la isla.

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Cuando al fin aparecieron las respuestas que había estado buscando tan desesperadamente, sintió una ira regurgitante dentro de sí, era mucha pero era aún más la culpabilidad, porque todo esto había sido su culpa y lo sabía, al punto que salir a romper cuellos no le estaba ayudando en nada, al contrario, sentía que cada criminal que atrapaba y le decía monstruo por la brutalidad con la que los trataba, era su novio y esto solo estaba terminando de quebrarle.

El arquero no podía soportarlo sentía que se estaba hundiendo, y si alguna vez creyó que le habían hecho daño antes, ahora sabía que nada se comparaba a esto. Las palabras que había encontrado escritas con sangre en esa nota, al tercer día de la desaparición del velocista le perseguirían por siempre, era como si estas le hubieran cortado como a la madera donde el cuchillo sostenía el papel en la puerta de su habitación junto al anillo que conocía perfectamente y sabía que pertenecía al forense.

Un golpe bajoWhere stories live. Discover now