Epilogo

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Algunos dicen que el amor es el sentimiento más fuerte que una persona puede sentir. Él toma control de todas las fibras de su ser, tejiendo su camino a través de su alma y comienza a matarla de adentro hacia afuera. Él deteriora su sentido común, manejándote a hacer cosas estúpidas, todo en nombre del amor.

Eso es en teoría.

Cuando encontraron el cuerpo frío e inmóvil de Perrie sobre un edredón de Jade, usando ropa vieja de ella, era la única explicación por el momento.

Todo había sido por amor.

Cuando los paramédicos llegaron, ya era muy tarde, ella se había ido. Leigh-Anne y Jesy habían perdido a una amiga más. Ellas se quedaron ahí llorando, abrazadas por la pérdida de una de sus mejores amigas.

Perrie las miró, una sonrisa triste se extendía por sus labios mientras era testigo de cómo sacaban su cuerpo de la cama, fuera del apartamento. Ella vio cómo las chicas caían al suelo, llorando con el corazón. Ella no podía ayudar, quería consolarlas, pero sabía que no era posible.

Ellas comenzaron a culparse, diciendo que no estuvieron ahí lo suficiente para ella, que solo hicieron que Perrie las viera con frustración.

Ella ahora estaba feliz, y quería que ellas también lo estuvieran por ella.

Perrie sintió una mano tomar su hombro y se volvió para enfrentar un par de ojos castaños. Ella le sonrió a la chica que tenía al frente, que también estaba sonriéndole abiertamente. Lagrimas brotaban en los ojos de ambas chicas cuando ella se volvió para enfrentar a sus mejores amigas, a quienes les había hecho tanto mal en su lucha por amor.

“¿Estás lista?”, preguntó Jade, llamando la atención de Perrie que estaba de espaldas a ella. Perrie apenas asintió con la cabeza y Jade tomó su mano, llevándola lejos a su nueva vida.

“Te amo”. Susurró Perrie, inclinándose para besar a Jade.

“Yo también te amo”.

Entonces, las dos caminaron adentrándose en la luz, de la mano, cantando en voz baja junto a los ángeles llamándolas por sus nombres, y cantando su perfecta canción de cuna. Perrie miró a Jade, la chica a la que había amado por tanto tiempo y causó tanto dolor en su vida anterior.

Ahora ellas tenían una nueva vida, una en la que podrían pasar juntas para siempre, cantando con los ángeles.

La carta y el diario seguían sobre la mesita de la habitación, lado a lado, nadie se atrevió a moverlos de ahí.

99 Días Sin Ti.- Jerrie (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora