Segunda Parte: EL MARCADO - CAPÍTULO 86

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CAPÍTULO 86

Ya estaba oscureciendo cuando regresé a mi tienda. A pesar de la llegada de la noche, el campamento bullía de actividad. Todos parecían estar extremadamente ocupados con las tareas más diversas. Vi muchos Tuatha de Danann dedicados a fabricar flechas. Otros acarreaban provisiones de todo tipo. Vi mujeres y hombres hilando y tejiendo prendas, reparando botas y armaduras, afilando espadas y atendiendo a los caballos. Pude ver grupos de soldados que estaban siendo aleccionados por sus líderes. Todos me saludaban respetuosamente al verme pasar.

Ya dentro de mi tienda, me saqué la capa plateada y la colgué de una silla. Cuando estaba a punto de sacarme el tahalí con la espada, vi pasar una sombra por el costado de la tienda. La femenina silueta me pareció familiar.

—¿Dana?— la llamé, saliendo de la tienda. Vi que se internó en el bosque oscuro y la seguí. Con su vestido negro, apenas podía distinguirla en la oscuridad. Seguí los destellos pasajeros de su cabello rubio entre los árboles. La alcancé en un claro iluminado por las estrellas y le toqué el hombro.

 La alcancé en un claro iluminado por las estrellas y le toqué el hombro

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—Dana.

Ella se dio vuelta bruscamente.

—Lug.

—¿Qué haces aquí?— le pregunté.

—Necesitaba tomar aire— respondió ella. Me rozó la mejilla con la punta de los dedos. Enganchó un dedo en el tahalí y lo recorrió, sintiendo los dibujos repujados en el cuero hasta llegar a la vaina con la espada.

—Linda espada— comentó.

—Tu padre me la dio.

—Sí, siempre le ha gustado regalar armas. A todos menos a mí, claro.

La miré sin comprender.

—¿De qué hablas?

Ella posó su dedo índice sobre mis labios para callarme. Con la uña estiró mi labio inferior, y recorrió mi mentón y mi cuello hasta llegar al pecho, mientras se mordía el labio inferior, excitada.

LA PROFECÍA DE LA LLEGADA - Libro I de la SAGA DE LUGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora