Capitulo 5

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Es diferente estar en el extremo receptor del beso de me-voy-al-trabajo, pero a Jared le gusta. Sonríe con los ojos cerrados, sin importarle si Jensen sabe que está despierto. Está abrigado y cómodo por el sentimiento de esos labios contra su piel- "Te veo en la noche"- susurra Jensen y luego se marcha. Jared tiene medio decidido agarrarle del brazo y empujarlo de vuelta a la cama, convencerle de que se quede un poco más. Pero no puede hacerlo, sabe lo mucho que el trabajo significa para él ahora, puede esperar a un día que ambos tengan libres para jalar de regreso a Jensen bajo las cobijas.

Jared duerme sólo un poco más antes de que la alarma de su celular suene, a ciegas lo agarra y apaga, sus dedos moviéndose sobre las teclas que ha memorizado. Se estira en la cama, aún siente el placentero dolor de Jensen estando en su interior y se obliga a sentarse y echar a un lado las cobijas. Es día de función.

Llega temprano al teatro para calentar, cambiándose a su cinturón de danza, mallas y zapatos de ballet. Sandy aparece un minuto después, lista para el ensayo.

-"¿Todo sigue celestial en el paraíso?"- pregunta y Jared levanta la mirada hacia ella desde donde está estirando sus piernas en el suelo.

-"Es perfecto, Sand. No podría pedir nada más"

-"Bien"- se sienta a su lado y extiende las piernas- "Sabes que ya casi es esa ocasión de nuevo. ¿Todavía vendrá a verte tu familia?"

-"Mis padres lo harán"- dice Jared deshaciendo las contracturas en su cuello- "Jeff estará con sus suegros este año y Megan va a pasar el día con la familia de su prometido. Estamos tratando de hacer planes para Año Nuevo. Probablemente vuele a casa y tenga que ser la verdadera Navidad familiar"

-"¿Vas a llevar a Jensen contigo?"

Jared hace una pausa. En realidad no ha pensado mucho en eso, pero cree que sería agradable. Es cuando se pregunta por la familia de Jensen, pero sólo se encoge de hombros por ahora- "No lo sé, quizás"

Entran a escena unas pocas horas después y Jared se olvida de todo lo referente a sus planes de vacaciones mientras la música inunda el teatro. La abraza y fluye a través de él, a sus miembros, guiándolo durante el baile y permitiéndole deslizarse sobre el escenario. Es un buen día cuando hace esto; cuando aleja todos los pensamientos de su mente y sólo deja que la representación tome el control. Es casi como hacer meditación, llevándole más allá de sí mismo.

Pero, de repente, algo se registra en su vista periférica. Le incordia tanto como trata de ignorarlo. Se permite fijarse un poco más cuando puede, cuando no es tan notable en la rutina. Lo que ve le descoloca más de lo que el asiento vació de Jensen lo hizo alguna vez. Aún así, mantiene la compostura, mantiene la cabeza en el juego, porque no puede arruinar la presentación o dejar caer a Sandy. Pero lo que ve, simplemente está mal.

Ese asiento, el asiento de Jensen, en primera fila y al centro, está ocupado. Jared supone que el pase de Jensen o con lo que fuera que contara se había agotado, y el asiento estaba de nuevo libre para quien lo quiera. Jared intenta no mirar con furia al hombre, pero está seguro que lo hace al final, cuando está recibiendo los aplausos. Ese asiento pertenece a una persona y únicamente a una persona.

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Jensen llega al centro comercial temprano, de nuevo se detiene con Misha. Está casi seguro de convertir esto en una rutina hasta que pueda llamar a esa pintura suya. Si es que puede llamarla suya. Es muy consciente de lo cerca que está la Navidad y cree que es probablemente imposible conseguir los suficientes cheques para ser capaz de pagarla. Pero todavía se aferra a la esperanza de comprarla, porque es incluso más imposible que la deje ir.

Siempre hay un mañana.Where stories live. Discover now