Pastillas para el Sueño

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Juan era un empleado de clase media, de una importante empresa de marketing, su puesto era el de colaborador en pequeñas campañas publicitarias; no era un gran empleo que le daba grandes cantidades de dinero, pero bastaba para pagar su departamento, comida, servicios básicos y algunos gustos. Vivía en un edificio no muy lejos del centro de la ciudad, en él habitaban familias, estudiantes, trabajadores, adultos mayores etc. Sus vecinos eran afables y comunicativos; todos los que conformaban la familia Dunbar, saludaban a Juan cuando se lo encontraban en el ascensor; de la misma manera lo hacia la Sra. Miranda (una adorable abuelita), que hasta le dio la bienvenida con un pastel. El último vecino de su piso era Jack, un militar en servicio pasivo, -vivía en ese lugar, por las excelentes condiciones de vida que prestaba el país en el que residía ahora, a retirados- le apodaban e viejo Jack por su cabello blanquecino, él también saludaba siempre a Juan con amabilidad, pero siempre que lo veía, examinaba a Juan de pies a cabeza, de una manera tan sutil, que solo pocas veces Juan se percató de algo extraño.

Juan desde hace dos años salía a las 7 de la mañana y regresaba a casa a las 5 de la tarde. En la noche trabajaba en ideas para la campaña publicitaria, tenía tiempo para comer, hablar con amigos y familiares y dormir 8 horas a día. Pero siempre tuvo la sensación de que en las 8 horas de sueño podría ser más productivo en su trabajo. En su trabajo siempre estuvo en el mismo cubículo, mismas caras, misma dinámica de trabajo. A veces salía con amigos, practicaba algún deporte, tenía ritos religiosos, pero todo era rutinario. Parecía feliz, pero siempre le pareció que le faltaba algo por hacer, aprender un nuevo idioma, hacer más deporte, leer más, aprender algo nuevo.

Un día como cualquier otro, Juan se disponía a subir por el ascensor, cuando las puertas se abrieron, el viejo estaba ahí, con su acento estadounidense dijo "Buenas tardes", Juan respondió y se entabló una conversación corta pero profunda, semejante a una de amigos que se conocen de años que se ven unos instantes. En ella descubrió que el viejo era un militar retirado, un poco afligido porque quería seguir sirviendo a su país; tenía familia, pero estaban a miles de kilómetros y las visitas solo se daban cada 3 años. Por alguna razón extraña, el ascensor se detuvo. El viejo oprimió el botón de emergencia y de inmediato una voz se escuchó, -tranquilícese la ayuda está en camino-decía; esto había pasado a menudo con otros vecinos, por lo que no se sobresaltaron.

Después de una plática larga sobre lugares de origen, trabajos, penas familiares y amorosas, el viejo conoció lo que afligía a Juan y éste por otro lado, descubrió, más a fondo que el viejo era un científico que experimentaba con la eficacia y el desempeño de los soldados.

De pronto el viejo con tono bajo dijo -Lo que necesitas lo he tenido todos estos años-, sacó una caja de un maletín que llevaba a un lado, explicó que eran medicamentos con una fórmula especial para no dormir. Juan se sobresaltó y le argumentó que dormir era necesario, -está comprobado por la ciencia- dijo y Jack comenzó:

-Si tienes gripe, ¿cómo la curas?, con pastillas para la gripe. ¿Y si tienes sueño?, - y en esto hizo una pausa, que mataba por la espera- pastillas para el sueño- susurró-, en el ejército no podíamos perder tiempo, dormir, es para los rusos. Gracias a estas maravillas ganamos miles de conflictos en todas partes.

Juan perplejo, entendía para donde iba todo, entonces Jack extendió la mano y le dio la caja con las "Pastillas para el sueño". Juan no dijo nada, sólo pronunció -Gracias-. El viejo arrancó una pequeña sonrisa. El elevador se abrió y cuándo estaba a punto de cerrarse, el viejo Jack exclamó: ¡Sólo una al día!

Desde ese día Juan nuca volvió a ver al viejo.

Llego a su casa y como en cualquier otra medicina sin receta médica, leyó las instrucciones decía:

-PPS es un medicamento que mitiga las molestias por falta de sueño, reanima el cuerpo sin efectos secundarios. Advertencias: No tome más de una al día, haga ejercicio regularmente y sólo consulte a suministrador en caso de problemas.

Con algo de temor se llevó una pequeña cápsula amarilla a la boca. Esperó sentirse extraño después de ello, pero nada ocurrió. En la noche pudo ver los efectos. La hora regular para dormir de Juan era la 1 de la mañana, empero, las 3 de la madrugada se acercaban y no percibía algún agotamiento o letargo en sus sentidos; cuando el alba estuvo cerca, Juan, había terminado todo el trabajo del nuevo día. Se levantó de su escritorio, fue al baño y se miró al espejo. Su rostro no denotaba cansancio y las ojeras no se vislumbraban.

-De verdad funcionó- pensó. Cuando estuvo en su trabajo, terminó el trabajo pertinente al siguiente día. Eso lo puso más alegre todavía, además ayudó a muchos en sus actividades. Al llegar a casa, recordó la advertencia de -haga deporte-, de inmediato salió a correr 3 kilómetros.

Al llegar -nuevamente- a casa, entendió que la mayoría del trabajo para la semana ya estaba hecho; por lo que, empezó a escribir sobre cómo mejorar las campañas publicitarias, en las que trabajaba. Terminó y miró en su reloj de pared, tenía más de 8 horas antes de salir al trabajo. Entonces empezó un curso de inglés por Internet, después de 3 horas, leyó libros de filosofía y también sobre matemática. Cuando miró el reloj tenía media hora para salir aún.

El proceso se repitió a diario; cuándo hubo terminado y dominado un tema, seguía con uno más avanzado. Del inglés había pasado al chino, francés, alemán, portugués y al ruso. De integrales a ecuaciones diferenciales, fractales y teoría de juegos. Pasó de Confucio, Buda, Jesucristo, Hegel a Nietzsche. De correr e ir al gimnasio, paso al yoga en casa.

Después de 3 años con esta rutina – muchas veces cambiante-presentó tantos buenos proyectos que avanzó tanto, hasta convertirse en el presidente de la compañía que era dueña de la empresa de su anterior empleo -ahora podía trabajar desde casa -el dinero no era problema -además, el mundo era distinto, lo percibía como una gran máquina de la que él conocía las piezas, su lugar, posición y funcionamiento exactos. Pero ahora tenía la impresión de que algunas cosas no eran tan exactas como él creía. Si una hoja se desprendía del tallo de un árbol por el accionar del viento, Juan conocía el lugar exacto en donde caería o saber que político ganaría las elecciones presidenciales, sin embargo, no podía predecir con exactitud cuándo llovería peor aún si habría un terremoto -a pesar de tener aparatos costosos que proporcionaban datos para una predicción-. Además, encontró demasiadas contradicciones en todos los escritos que alguna vez leyó- dado que la medicina le daba una prodigiosa memoria-.

De pronto su conocimiento de todo le pareció insuficiente y vago. Fue a su biblioteca, en muchas bolsas de basura llenó todos sus libros y anotaciones, tomo algo de combustible e incineró todo. Excepto varios cuadernos en blanco que había dejado encima de su escritorio. Empezó a llenarlos con lo que él pensaba correcto. Pasó más de dos meses en su casa encerrado- sólo salía cuando necesitaba comprar comida- al final, todo el nuevo conocimiento, lo aplicó en el mundo real. El cálculo de la caída de las hojas ahora era más exacto. Ahora la predicción exacta de la lluvia era posible y él mismo se sorprendió al ver como los terremotos sucedían en fechas previamente conocidas. Si se hubiera compartido con el mundo, se evitarían varias catástrofes de hoy, por lo que se deduce, no fue así.

Ahora tampoco le pareció suficiente y además de conocer cómo y cuándo las cosas ocurrirían deseaba poder controlarlas. Antes de este ambicioso plan, debía conocer qué, o quién controlaba todos los sucesos. Dado que él se encontraba en un punto crucial de la investigación, se cuestionó, - ¿si yo hice esto con un puñado de pastillas en algo de tiempo, que haría alguien como yo en más tiempo? -.

Al terminar esta frase se escuchó un susurro detrás de él; un tanto débil, pero con voz ronca que inspiraba poder y alegría, que decía:

-Divertirme-.

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⏰ Last updated: May 24, 2017 ⏰

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