Capítulo 39: Paseo nocturno con Leo

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-¿Hoy también te quedas? - mis ojos se abrieron como dos platos cuando oi a Taiga decir que se quedaba a dormir, "Otra vez".

-¿Algún problema?

-¡Pues sí! - grité levantandome de golpe de la silla, casi la hago caer.

Se llevó una mano al pecho ofendido, como si le hubiera dolido mi reacción.

- ¿No tienes casa? este no es un lugar de acogida ni nada por el estilo, además no puedes estar pegado a mi todo el tiempo. Si alguna de mis vecinas te ve salir de mi casa a cada rato, encima de que no esta mi madre....no quiero imaginar lo que pensarán esas viejas brujas...- por un instante imagine a todos cuchicheando de mi durante un mes. Ahora si que seria el primer asunto del barrio.


-¿De qué te quejas? ¿estás diciendome que no me quieres tener a tu lado?- hizo pucheros con los labios y sus ojos se entristecieron.

-¡Por dios tapate esa cara! - miré a otro lado- ¡Eso es chantaje emocional!

-¿Entonces puedo quedarme?

-Ah....- suspire hondo- si...


-No te causare molestias, pero no puedo decir lo mismo por la noche - se lamio los labios seductoramente acercandose a pasos peligrosos hacia mi.

-¡Voy a compar papel! - me sobresalte huyendo hacia la puerta. Parecí un rayo poniendome los zapatos para escabullirme.

-¿Papel?

-Si, ya no tenemos. Todo por que tu lo gastaste.


-¡Oh!¡ perdona por limpiar los restos pegajosos que dejas despues de gritar "¡Ah me .."- le tire el paraguas que había agarrado de la entrada, callandolo al instante.

-¿Estás loco? - gritó molesto- casi me das en la cara.

-Oh perdona- fingi arrepentido- se me olvidaba que con eso te ganas la vida. Sería una pena que algo te hiciera daño, y mas por la noche, no te percatarias, ...¿no?- simule una sonrisa perversa y tragó saliva asustado.

Salí y me dirigí a la tienda 24 horas. Estaba a diez minutos, pero las calles por la noche eran lo que mas mal rollo me daba. Siempre tenía la sensación de que alguien me vigilaba entre las sombras de la oscura noche, esperando la oportunidad de atacarme. Recordé que de pequeño, Koga y yo nos hicimos pasar por detectives y salimos de noche sin que nuestros padres se dieran cuenta. La regañina que nos iba a tocar, fue brutal. Pero valió la pena salir.
Esa noche Koga y yo, con una lupa de un juego de experimentos, empezamos a recrear una escena del crimen. Un plátano que estaba tirado en una esquina, dijimos que era el arma homicida del asesinato.
El asesinado era el pequeño gato de Koga, Ranger rojo. A Koga le encantaban los Power Rangers y le puso uno de los nombres al pobre felino.

El asesino era una abuela que vivía en la casa del al lado, en el barrio de Asakira. Esa ancina tenia el carácter del mismísimo diablo.

No me estrañaba que de verdad matara a un gato.

Al poco tiempo que nos colamos por su casa, el gato de Koga maullo y la vieja se dio cuenta de nuestro paradero. Salimos corriendo mientras la señora nos perseguía en bata y con el bastón en la mano.

Nunca había sentido tanta diversión junta.
Ser perseguido como si fueras a morir fue lo más.

Al final la maldita vieja nos reconoció y fue a decirselo a nuestros padres.
La historia terminó conmigo y Koga, limpiando la casa de la bruja durante un mes.

(Boy x boy) El Principe Por La Princesa [PAUSADA] Where stories live. Discover now