Capítulo 10

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Oliver

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Oliver

— ¡No huyas, Nicky! —gritaban en medio de mi sueño.

Abrí lentamente mis ojos para buscar mi teléfono y encendí la pantalla.

Me vi forzado a cerrar los ojos por un momento, la luz del teléfono era bastante potente para mis ojos adormilados y eso que apenas habían pasado veinte minutos desde que caí en un sueño para nada profundo.

Ya eran las once y cuarenta de la noche.

¿Qué? Esos veinte minutos se había sentido como una eternidad.

— ¿Qué está sucediendo, Sophie? —pude escuchar la pregunta hecha por Emma.

Agudicé más mi oído, aún estaba entre dormido.

Estaba en modo momia.

—Logan. —se limitó a responder, pero tanto con escuchar ese nombre la rubia enloqueció.

— ¡¿Logan?! —gritó evidentemente sorprendida —. ¿Hablas de ese Logan?

—Sí, Emma, ese Logan. Vamos, corre. —ordenó la hermana mayor Jones.

Escuché sus pasos veloces introduciéndose en el bosque, pasé mi mano por mi rostro. Estaba demasiado desorientado y sabía que era lo que estaba escuchando ni mucho menos que estaba sucediendo.

¿Quién estaba persiguiendo a Nicole en medio de la noche? ¿Y quién rayos era ese tal Logan?

« ¿Un asesino en serie? »

Vaya, comenzaba a creer que Nicky consiguió meter esos pensamientos en la cabeza.

Me levanté.

No me quedaría acostado como si nada sabiendo que Nicole estaba en medio del bosque y mucho menos si saber quién era aquel chico llamado Logan del que hablaban.

Salí y vi sus tiendas abiertas, escuchaba como se alejaban así que apresure mi paso para no perderlos de vista.

Las cosas con Nicole estaban un poco raras, empezando por el primer segundo en el que nos vimos, viéndolo desde otro ángulo encontrarte con tu vieja amiga estando en toalla era un poco incómodo, pero la cara de Nicky valió la pena, fue lo que se consideraría épica.

Sus mejillas enrojecidas y sus ojos sin control sobre mí era algo que debía repetir.

No me arrepentía de haberme encontrado de esa manera con ella, aunque estaba evitando verla en la cena me gustaba encontrarla avergonzada y curioseando.

Tal y como la recordaba.

Seguía siendo igual de tímida —conmigo—, pero ya no era tan callada, tan solitaria, ¿Cómo estaría sola si era tan hermosa? Desde que llegué no había podido pensar en otra cosa que no fuera recuperar nuestra amistad sin tener muy claro cómo hacerlo.

Pequeña promesa © [#1]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum