Gracias por demostrar que no eres más que una invención a partir de las expectativas humanas, imposibles de alcanzar debido a los defectos de la propia condición de persona que obtenemos por naturaleza.
Gracias por reírte de los más débiles e inseguros, despojándoles de sus bienes injustificadamente e impidiendo que la caridad supere las pretensiones personales de los más ambiciosos. Por herir a los más jóvenes llenándoles de convenciones absurdas y arcaicas que destrozan lentamente su personalidad, por meter en su cabeza tabúes innecesarios y hacerles sentir como un elemento más de un gigantesco conjunto que podría mantenerse sin su presencia.
Gracias por acabar con el ciudadano medio, por creer que la nueva clase que se ha formado en el último centenario a base los distintos progresos, los medios de comunicación y otros métodos puede alcanzar los niveles de la clase alta y así ir imponiendo ese estilo de vida a cuenta de unos sueldos que no terminan de subir. Así destrozando esperanzas y anhelos del ciudadano medio, exigiéndole una preparación excesivamente costosa en las mejores universidades para conseguir una cualificación sobrante para un trabajo inadecuado que no podrá pagar los gastos de esa educación.
Gracias por favorecer a nuestros amados políticos que se deslomarían por nosotros, que cuando intentan hacer algo bien ya vendrá uno más experto a concederle una chequera e instrucciones para el nuevo y bonito negocio en el que se encuentran. Gracias por enseñar valores que nadie aplica e ir contra la naturaleza.
Has oído bien. Gracias por enseñarme una generosidad que ningún Estado practica, gracias por mostrarme lo valiosa es una inteligencia sin salida, gracias por meterme en este papel de ciudadano con unos derechos que jamás podrás garantizar. Gracias por reírte de las diferencias, por no saber canalizar la creatividad de cada uno, por pedir medidas estándares a personalidades únicas.
Infinitamente, se te admira por haber conseguido crear un futuro distópico en el presente, anteponiendo artefactos a vidas, empleando presupuestos en meras banalidades cuando podrías usarlos para otras cosas.
Gracias por educarme para pensar lo que quieres, para funcionar como un borrego, para pelearte por mi derecho a la democracia mezclando ideologías sin un claro resultado. Gracias por burlarte de la tolerancia, de las diferencias de opinión, por fingir permitir las peculiaridades y tendencias de cada uno para luego declararte en su contra.
Podría llamarte falsa, pero no lo eres. Vas de frente, pero no te vemos venir. Gracias por terminar con los sueños de muchos, por idealizar pasiones humanas que desprecias y convertir todo nuestro mundo en una cadena de producción, en un medio para alcanzar una finalidad cuyo nombre desconoces.
Gracias por superarnos y hacernos sentir en un segundo plano, pero por encima de todo, gracias por no existir, por ser solo un sustituto de un "nosotros"
Sin cariño te despido, ojala puedas prosperas algún día, aunque yo no llegue a verlo.
