Todas las cosas que escribí cuando Martín no miraba

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Amor 


El amor es un estado de locura degenerativa y destructiva. Y soy adicta.


La luz perdida (dedicado a la inspiración que me inspiró)


Él era perfecto, el grosor de sus labios, la redondez de su pupila, el largo de sus pestañas, la forma de su cabeza, el brillo de sus uñas y como estas encajaban en sus dedos, su olor, la manera que tenía a veces de arrastrar las palabras mientras hablaba, ese gesto de no entender nada un tanto patético que ponía cuando algo le extrañaba, la forma de colgar la mochila sobre su hombro, su torpeza, su seguridad un tanto chulesca y su íntima inseguridad, sus ojos, su media sonrisa y su sonrisa entera, el sonido constante de sus pasos desde lejos, el color de su pelo, la media barba que se dejaba a veces, esa peculiar manera de estar pálido o moreno, su indiferencia, su cara de preocupación, su enfado, su ingenio, esa habilidad que poseía de hacer ver fácil lo más complejo, la cicatriz de su codo que se hizo de pequeño en una caída, la roída pulsera de cuero que nunca se quitaba, su voz dirigiéndose a mí, sus ojos mirándome, él en mis sueños y aún es perfecto en mi desconsuelo, el color de sus labios, el rosado de su lengua, la anchura de su espalda, la caída de sus ojos, su forma de correr, como me miraba a veces por encima de sus oscuras gafas de sol, como sonaba mi nombre en su boca, la forma de decepcionarme sin saberlo, la manera de sin querer absorber mi vida, el cómo me lo quitó todo al marcharse, el no enterarse de todo lo que yo pensaba, era perfecta esa manera de ser él mismo, la anchura de sus fosas nasales, la redondez del lóbulo de sus orejas, la oscuridad de sus ojos, su nombre, su casa, su habitación, los recuerdos que guardo, el desaparecer de mi vida y no volver, y la certeza de su no presencia, que jamás reaparecerá ante mis ojos. Aun así estoy segura de saltarme algo, ah sí, la forma que tenía de hacerme sentir especial. Él era todo eso y más, aunque no estoy segura que lo supiera. Le amaba tanto, le amo tanto. Ha pasado tanto tiempo y tantas cosas. Siento a veces, que él no es el recuerdo que tengo. Siento que ya no le amo a él sino a la idea que guardo de él.


Rebuscando


Te busco y te rebusco, y desde aquí y ahora pienso buscarte y rebuscarte en serio. Olvidaré todo. Lo dicho y lo hecho, lo no dicho y no lo hecho. Me limitaré a buscarte pensando que en estos años tus dientes se han podrido porque no los lavaste, ya que tu mente no tenía tiempo de dejar de pensar en mí.


Noche a noche, sueño a sueño


Las noches caían una tras otra casi sin darme cuenta. Y fue así y no de otra manera como noche a noche, sueño a sueño, pasaron los años. Tras años de noches soñando contigo, cuando te volví a encontrar sentí que no te habías ido. Pero un día una palabra tuya me devolvió a la realidad. Recapacité sobre aquello y decidí quedarme con los sueños. En nuestra mente la perfección existe, y el amado es mejor. Me marché de tu vida, tú no querías. Pero tú ya no eras tú. Así que no te debía explicación. Si hubieras seguido siendo tú, ¡qué distinto sería todo! Todavía sueño contigo.


Regreso al origen


Entonces supe que él no era para mí y que seguía más sola que nunca. El espejismo que había construido, ahora se desvanecía. Otra vez estaba desolada, vacía y nada de mi mundo parecía gran cosa. Volví a mis vidas ajenas, a los libros, a la música, a las películas. Pero nada podía llenar el vacío una vez que había probado algo de la vida. Decidí salir, olvidar mi origen y engancharme al primer brazo que me ofrecieran. No fue él. Fue otro hombre, uno sin importancia. Pero cualquier posibilidad era mejor que ninguna.



Todas las cosas que escribí cuando ninguno de ellos mirabaWhere stories live. Discover now