Capítulo 2

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Después de desayunar subimos a cepillar nuestros dientes y bajamos al patio donde muchas niñas jugaban.

-Tati. - vi como Lucía venía corriendo hasta mí- pupa, me duele.

-¿Qué ha pasado?

-Me he caído. - enseñó su rodilla, la dije que iríamos a enfermería a que se lo mirasen.

Al llegar a la enfermería la curaron su herida y volvimos al patio, en cuanto llegamos Lucía salió corriendo de nuevo provocando que me riera. Yo me senté en un banco a hablar con Vanessa, una gran amiga de aquí.

-¿Sigues sin recordar nada? - negué- No está sirviendo de mucho la terapia nueva con el doctor.

-Es difícil que funcione, han probado ya tantas cosas en casi 6 años que me sigue sorprendiendo que lo sigan intentando.

- No te preocupes, algún día recordarás todo, no pierdas la esperanza de que acabará ocurriendo.

-Seguro que sí. Solo tengo esta cadena con mi nombre que indica que me llamo así y esta pulsera que indica mi fecha de nacimiento, pero nada más.

Seguimos hablando un buen rato hasta que la directora salió a informarnos que debíamos colocarnos ya que las familias habían llegado para ver a quien se llevarían esta semana.

Nos colocamos en fila de las más pequeña a las más mayor exceptuando a Lucía que se vino conmigo y la tenía en brazos.

Todas las familias pasaron de una en una observando a las niñas.

-Hola pequeña, ¿cómo te llamas? - un joven hombre se aproximó a nosotras y tocó la pequeña y tierna cara de Lucía provocando una sonrisa de su parte.

-Lucía y tengo 4 años, me gusta bailar y jugar y los perritos chiqui-chiquititos. -me reí sutilmente ya que esa palabra siempre la cuesta decirla- no te rías.

-Que niña más tierna, ¿te querrías venir conmigo a casa? - Lucía me miró.

-Yo... Yo sí quiero irme con un papá y una mamá. Quiero besos y abrazos de unos papás.

Abrace a Lucía en el momento en el que comenzó a llorar, el hombre se fue y habló con la directora, la cual sonrió y nos miró. Eso solo significaba una cosa, acababan de adoptar a Lucía o a mí pero esto último lo veo muy difícil, la directora siempre ha dicho que no soy adoptable, soy demasiado mayor y con demasiados defectos.

Las demás familias siguieron mirando a todas y cada una de las niñas que estábamos allí.

Después de pasar la mañana de visitas donde supe que Lucía habría conseguido por fin tener una familia volvimos a los dormitorios, nos pusimos unos pantalones y una camisa yo y un pantalón corto con una blusa Lucía. De ahí fuimos al salón de música donde acostumbramos a ir para enseñarle a tocar el piano a Lucía.

Me senté en la banqueta como cada día y comencé a tocar una suave melodía de Beethoven, Lucía aplaudía emocionada.

-Sheila, nunca nos contaste donde aprendiste a tocar el piano.

-Porque ni yo misma lo se, solo me siento y toco, me sale solo. No se cuando aprendí, ni donde.

-Pues sea donde sea, aprendiste muy bien y se te da de maravilla, consigues ponernos la piel de gallina.

Sonrío ante el comentario de Leticia y las abrazo, me hacen sentir tan bien.

Poco después Lucía también se sienta y comienza a tocar una lenta melodía que la he enseñado, es para principiantes absolutos y poco a poco la iré enseñando a tocar cosas más difíciles, pero olvidaba que Lucía se iría en un par de días.

-Tati, ¿cuándo nos vamos?

-Princesa, te vas mañana por la tarde. Pero ya te irás solita, yo me quedo aquí con las demás esperando a que alguien me venga a recoger.

-Pero, yo no me quiero ir sin ti. No quiero. Le diré a mi nuevo papá que quiero que vengas conmigo.

-Luci, escúchame. Mañana te irás con un papá y una mamá que te van a querer y cuidar mucho, y te van a comprar regalos y te llevarán a dar paseos y al parque. - solo de pensarlo se me hacía un nudo en la garganta- chicas voy fuera unos minutos.

Todas asintieron y salí de allí, necesitaba respirar hondo. Pase las manos por mi cara evitando de esa forma llorar como una niña pequeña. Sentí una mano en mi hombro.

-Sheila, tú algún día también tendrás a alguien que te quiera y te llame hija. Eres una chica increíble, cualquier persona querría a una niña como tú, eres guapa, lista, obediente, talentosa, estudiosa, amable, cariñosa y un montón de cosas más.

-A mi solo me quedan dos años y 3 días para ser adoptada, después de ese tiempo ya no será necesario. Además de que me han intentado adoptar 3 veces y siempre me devuelven, estoy defectuosa. Jamás seré adoptada, nadie quiere a una niña como yo, no les merece la pena, cuando leen el expediente médico se ven incapaces de mantenerme y deciden traerme de nuevo aquí, Marta sabe que jamás me iré y yo ya lo tengo asumido, no estoy destinada a tener papás.

-Sheila, no digas eso. No pienses así, tienes un montón de vir...

-Sheila, creo que tenemos una conversación pendiente. Además de que tengo que darte una noticia. Acompáñame al despacho.

Me despedí de mi compañera sabiendo lo que me esperaba al llegar al despacho, debí tener más cuidado y ahora seré castigada por ello, caminé junto a la directora dirección a su oficina, pasamos y cerró la puerta para luego tomar asiento enfrente mía, abrió una carpeta con toda mi información y comprobó algo antes de entregármela. No entendía que estaba pasando.

-Estos papeles son para que se los entregues a tu nuevo padre. Mañana pasará a buscarte y te llevará con él a su casa. Espero que te comportes, esta puede ser tu última oportunidad de tener papá, se inteligente y no la desperdicies. Ya te puedes ir Sheila.

-No me vas a desafiar.

-No, pero si no desapareces ya de vista me lo replantearé de nuevo. Fuera de mi despacho.

Adoptada Por Un Rico (Ya En Físico)Where stories live. Discover now