La chica de cabellos de lechuga movía sus pies de adelante hacia atrás, pensando en que fácil los engañó el taxista.
Era mayor el señor, rascandole a los cincuenta ¿Como un viejo pudo ganarle a dos adolescentes? Se supone que ambos deben estar más vivos y tener mejor avidez pero seguro el señor ya tenía trayectoria de tramposo pensaba Gumi.
Volteo de reojo a ver a Piko, el chico que hacía que no pudiera dormir por las noches, el chico por el que ella leía libros solo para quedar a su "nivel" fallando porque no les entendía ni papa.
Piko se frotaba las manos sobre su pantalón oscuro clásico de su uniforme y se notaba muy nervioso, no dejaba de mirar las rejas de la celda con ansiedad, como si estas fueran a oprimirlo en cualquier momento.
«Yo debería estar así, no él» pensó Gumi. Ella era la que estaba perdiendo su examen, que a pesar que sabía que reprobaría, obtendría alguna nota no un cero que baje todos sus promedios... Aunque odia los exámenes, preferiría mil veces uno a estar detrás de unas rejas.
-Blanquito, ¿estas bien?-hablo al segundo de ver como Piko se levantaba a caminar en la celda. Detestaba hablar con él en persona por la única razón que no podía hablar con el. Piko causaba tantas cosas dentro de ella, que olvida hasta como hablar... Alégrense que no se le olvide respirar.
-¿Q-qué? ¿Bien? Estás aquí por mi culpa, tú deberías estar en la escuela, en tu extra-la observa apenado y enseguida vuelve a caminar.
-Bueno je, no es tu culpa si no del rata del taxista-comenta en bajo Gumi.
-Yo solo quería que llegaras temprano para ayudarte a estudiar antes de tu examen-ríe nervioso-.Pero vaya ayuda que te fui a dar.
-Nel, no importa, ni quería ese examen, prefiero estar aquí contigo-sonríe Gumi sin reaccionar a lo que dijo.
-¿En una celda como delincuente?- enarca una ceja Piko confundido. Siempre le pareció rara Gumi, pero elegir esa celda fría y con olores que nadie debería aguantar... Eso si le era muy raro.
-No-ríe para ocultar su nerviosismo-.Quiero decir que cualquier lugar lejos de la escuela es bueno, ya sabes, la cárcel, mi casa, el inframundo...
Piko le observa raro y se recarga en la pared. Ambos esperando al hermano de él para que los recoja ya que es mayor de edad y ambos le temen a sus padres aunque se tendrán que enterar de cualquier manera.
Mientras él se echaba la culpa internamente, Gumi saltaba y gritaba silenciosamente en su mente, era demasiado tenerlo tan cercas, que olvidaba el olor a orina por todas partes y a los borrachos de la celda de enfrente que no se callaban.
N/A
Se que no son mensajes, como deberían ser pero no podía haber mensajes dentro de la cárcelxD
Así que hice esta mini cosa.
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