Jugando en mi bando

4.8K 454 1.3K
                                    

¡Capítulo especial! ¡Por mi cumpleaños!
Disfrútalo

Último día de clases, tres meses de vacaciones por delante. Di gracias a los Dioses por la sensación tan placentera que sentía al estar completamente libre por fin de toda obligación estudiantil.

Cuando finalmente salimos por las puertas del instituto, observé a la distancia que el auto de Luke estaba aparcado en el estacionamiento, junto con otros autos modernos y de pintura muy cara que retrocedían con apuro para largarse de aquí. Él no estaba en el interior de su auto esperándonos, así que automáticamente lo busque alrededor y minutos después lo encuentro sentando casualmente en un banco, con dos muchachas frente a él, que parecían tratar de charlar con Luke animosamente mientras soltaban risitas y no despegaban sus coquetos ojos de él.

Y decía "trataba" porque Luke tenía una extraña expresión que era una mezcla entre, aburrimiento, fastidio y una pizca de intolerancia desmesurada. Cualquiera con dos ojos podría notar inmediatamente que estaba desesperado por largarse de allí hasta el infinito y más allá. Una figura delgada me llamó la atención en mi flanco izquierdo, era Leo Valdez caminando hasta su coche, silbando alegremente mientras arrancaba las hojas de su libro de matemáticas y las tiraba al aire detrás de él.

- Pudrete tú, tú también pudrete. - Canturreaba alegre casi dando saltitos. - Uhh, miren es Sócrates. Definitivamente tú ya te has podrido por miles de años...

Mi mamá contuvo una risita y negó con la vista pérdida como si un recuerdo lejano hubiera aflorado en su mente, sentía curiosidad, estuve a punto de preguntárselo cuando recordé que probablemente me mentiría o me distraerá con otra cosa.

- Mira el rostro de Luke. Parece como si estuviera suplicando para que lo salven de una tortura. - Comentó mi madre en tono irónico, luego me dio un apretón en mi brazo mirándome con intensión. Sabía que no me iba gustar su idea. - Deberías ir junto a él también y darle una mano, ya es hora de que Perseo Jackson ponga a prueba un poco de sus seductoras habilidades.

- ¡¡Mamá!! - Dije exaltado, quedándome con la boca abierta y rodando los ojos con sarcasmo. - Ni loco, seguro primero me confunden con un feo maniquí y luego me ignoran completamente. - Puse una mueca contrariada. - Con suerte solo me van ignoran, también podrían escupirme o salir corriendo gritando como si fuera un ogro.

- No seas melodramático, hijo. Solo necesitas tener mas confianza en ti mismo y verás como pronto vas a conseguir una linda chica, y muy inteligente. - Termina diciendo con una sonrisa conocedora, me da otro pellizco en el brazo y empieza a bostezar llevándose una mano para cubrir su boca, al mismo tiempo que una pequeña lágrima de sueño se resbala de la comisura de sus ojos. - Estaré esperándolos cerca del auto, ¿de acuerdo? Ayuda a tu mejor amigo a escaparse de esas vampiras disfrazadas de Animadoras.

Antes de que pudiera contradecir y decirle que preferiría quedarme escondido dentro del auto para evitarme un encuentro embarazoso con mujeres. Ella ya estaba alejándose y dejándome solo allí parado a mi suerte, exactamente como lo había hecho en mi primer día de clases en el Instituto.

- ¡Percy! - Escuché la voz de Luke llamándome a lo lejos, suspire con pesar, y lo encare. Estaba haciendo señales para que me acercará hasta ellos. - ¡Ven aquí, quiero preguntarte algo!

Negué lentamente de manera imperceptible, las dos chicas que seguían delante de él; como si fueran vampiras hambrientas (como las había nombrado mi madre) tratando de que Luke les diera el cuello para succionarlo, eran dos chicas sumamente hermosas que apenas y me regalaron una media mirada de fastidio cuando Luke me apuntó. Yo no era ni de cerca el objetivo de ellas en este último día, así que preferiría un millón de veces evitarme la humillación de ser olímpicamente ignorado y tal vez recibir una y que otra palabra mordaz. Estaba tan concentrado en ellos, que no me dí cuenta de que alguien se acercaba detrás de mí con pasos sigilosos.

No te escondas del Sol, AmorWhere stories live. Discover now