Prólogo

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Era un domingo en la noche desenfrenada para nosotros; Olaides y yo lo sabíamos él era mi compañero más que eso lo consideraba como un hermano el que nunca tuve ; estábamos a punto de correr contra los que se decían llamar "los del barrio".

-Pero miren son los novatos quienes se han convertido en súper estrellas –habla el líder de ellos

-Dejaremos que sigan hablando y bien jefe cuanto es lo de hoy – hablándole al Jefe

- Más de 5 para arriba y más el auto de uno de ellos claro si es que aceptan

-Pero cuál será la clase de carro que nos quieran dar –le afirmaba Olaides – pero de acuerdo no dejaremos que nos quiten lo poco que tenemos

-Bien jóvenes es momento de que tomen sus puestos – el Jefe daba la indicación para ir a la salida

Al principio solamente éramos nosotros dos pero Olaides sabía muy bien que era mi turno de tomar el mando de esta carrera y juntos queríamos poner en claro de que estábamos hechos la nueva generación.

-Loco no desbarates el carro que apenas lo acabamos de componer –me apunta Olaides con uno de sus dedos

-Descuida lo cuidaré como una chica –le daba una sonrisa infantil y juguetona

-Bien señoritas y jóvenes acompañantes es momento de comenzar una carrera más para finalizar con éxito nuestro fin de semana por el lado tenemos a "los del barrio" y por el otro lado a los "gemelos dragones" chicos el ganador se llevará 5 grandes más el coche del perdedor están listos –el Jefe estaba dando las indicaciones

Todos estábamos en nuestros puestos hasta que una chica de buen ver agitaba la bandera de salida, arrancamos velozmente mientras me estaba acomodando el auricular para escuchar Olaides.

-Cuidado no dejes que te encierre aprovecha cuando él se adelante observó que disminuya la velocidad cuando él cree que tiene la ventaja sobre de ti es ahí cuando debes escaparte –su voz retumbaba en mis tímpanos en cada indicación que me daba

-Lo entiendo hermano bien aquí vamos

Hice caso a las recomendaciones de Olaides al momento de doblar tome la ventaja y acelere con todo lo que tenía el motor

-Bien hermano lo has conseguido – me decía Olaides

Solo observaba por el retrovisor que me estaba tratando de alcanzar pero ya era imposible porque ya había cruzado la línea de meta, Olaides y yo festejamos nuestro triunfo con nuestro tradicional saludo apoyándonos puño contra puño

-Bien chicos aquí está lo que se ofrecía esta noche felicitaciones –Nos dijo el Jefe mientras que nos aba nuestras ganancias

Una chicas con cuerpos espectaculares se nos acercaron y comenzaron a restregarse en nuestros cuerpos indicándonos que querían algo más que una simple noche de fiesta; Olaides y yo compramos algunas botellas de alcohol para hacer que la noche fuera más placentera entonces subimos al coche con rumbo al motel más cercano la disque pelirroja se fue con Olaides en al asiento de atrás mientras que esta le hacía sexo oral mientras que a mí también pero no podía concentrarme si estaba conduciendo.

Llegamos al motel entramos al cuarto entre risas y estas chicas se pusieron en acción se subieron a la cama mientras se empezaban a masturbarse entre nosotros haciéndolo entre ellas mismas ; a cualquier chico vuelve loco esta situación Olaides y yo observábamos cómo se iban desenvolviendo mientras seguíamos tomando ,cuando la morena y la pelirroja se bajaron dirigiéndose a cada uno de nosotros desabrochando nuestros pantalones tocando de lo más sensual nuestros miembros y dándole una lamida espectacular , nosotros no nos movíamos porque ellas solamente quieran acción placer y no amor así que dejamos que ellas marcaran el ritmo hasta que se sentaron en nuestros regazos y comenzaron a cabalgar sus gemidos como estrellas de porno; yo estaba llegando a mi limite que solo pude dar un pequeño suspiro cuando mi líquido acabo derramado en sus pechos.

No sé en qué momento nos dormimos pero cuando desperté ellas estaban tumbadas en la cama durmiendo  desperté a Olaides para que nos fuéramos si fuéramos unos caballeros las hubiéramos llevado hasta su casa pero como solo era una noche calenturienta seguramente entenderían

-Vaya que noche hermano ese pelirroja casi me deja sin piernas –decía Olaides

- La morena no estaba tan mal pero fue una buena noche

-Por cierto qué día es hoy? –me decía Olaides

-Creo que es lunes hermano

Ambos caminos hasta llegara una parada de camión porque todavía seguíamos en estado etílico al llegar a la parada vi que Olaides miraba a alguien fijamente estaba totalmente hipnotizado hasta que decidí ver que era, llevaba un uniforme escolar falda short azul marino camisa color azul cielo , morena no tan alta ni bajita ojos color cafés inmensos y su cabello lo tenía recogido con una cola de caballo más bien era una niña de bachillerato que estaba del otro lado de la calle esperando el camión hasta que ella se percató de nuestra presencia la cual mostró una bella sonrisa que nunca podré olvidar en ese momento me había enamorado en verdad pero también Olaides ambos supimos lo que era el amor ese día y más enamorarnos de la misma chica la cual en un futuro no muy lejano conocería su nombre... Vianey.

Dragón (Cae-Sufre-Gana-Ama)Where stories live. Discover now