En aquel día de invierno ~ Prólogo

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Notas: (y/n): nombre de la lectora / (h/c): color de cabello / (s/c): tonalidad de piel

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Notas: (y/n): nombre de la lectora / (h/c): color de cabello / (s/c): tonalidad de piel


En medio de las montañas y oculta de la mayoría de las personas, se encuentra la aldea Shiranui de la cual se rumorea fue fundada por un poderoso Youkai hace cientos de años. Entre todas las costumbres y tradiciones de esta aldea, existe una pequeña profecía que menciona el nacimiento de una chica que posee la sangre del Youkai fundador en sus venas y que junto a su nacimiento una era de prosperidad vendría.

A pesar de que el pueblo creía en los Youkai desde siempre, ellos ya no deseaban tener nada que ver con ellos pues muchos los habían atacado con la esperanza de poder encontrar a esa tan rumoreada chica que no parecía querer aparecer, debido a eso, cuando aquel día finalmente llegó, los aldeanos no sabían lo que debían de hacer.

Aquella mañana de invierno en que la luna roja aún seguía en el cielo, una bebé nació con una apariencia similar a la del fundador; sus ojos era dorados y su cabello era completamente plateado. El pueblo entró en pánico y desesperación cuando vieron a los padres sostener a la criatura entre sus brazos pues sabían que tarde o temprano, el fundador vendría por ella. Sus progenitores observaron a su hija con un gran dolor en sus rostros antes de decidirse a deshacerse de ella.

Tomaron una pequeña canasta y metieron a la pequeña dentro de ella para luego llevarla a lo profundo del bosque y dejar la canasta ahí, en medio de la nieve y a la espera de que algún Youkai u otro animal salvaje la devoraran o que el frío acabara con su vida...

~Mientras tanto...~

—Al parecer finalmente una niña que posee mi sangre corriendo en sus venas ha nacido dentro de la aldea Shiranui—sentado frente a una gran hoguera se encontraba una persona de largo cabello plateado y ojos dorados; mientras este miraba hacia el fuego abrasador, sostenía una pipa en su mano izquierda— pero sabes... estoy seguro que esos malditos humanos no se harán cargo de ella... ve a buscarla y críala... ... Entendiste, Gentouka? — ordenó aquel demonio mirando fijamente al demonio zorro que se encontraba a su lado.

—Como usted lo ordene, mi señor— respondió el Youkai haciendo una pequeña reverencia antes de tomar la apariencia de un gran zorro de nueve colas para luego dirigirse hacia la aldea. 'Si ella tiene la sangre de mi señor corriendo por sus venas, eso quiere decir que ella nació con el cabello plateado y ojos dorados ¿cierto? Eso hará que sea más fácil encontrarla...' pensó Gentouka finalmente llegando a las afueras de la aldea.

Tan pronto puso un pie en aquel lugar, los aldeanos comenzaron a atacarle sin razón alguna con todo aquello que encontraran cerca por lo que el zorro se vio forzado a huir del lugar pues creía que si atacaba a aquellos humanos, la chica podría salir lastimada.

El Youkai comenzó a vagar por el bosque mientras intentaba reorganizar sus ideas e intentaba hallar una manera de solucionar el problema con respecto al bebé. Su cuerpo estaba rojo a causa de la sangre que salía por sus heridas y la visión en su ojo derecho se había perdido totalmente, pero en medio de aquel blanco bosque, un olor familiar llegó a él.

'¿El olor de mi señor?' Gentouka parecía asustado por aquello pues pensó que su señor estaría ahí para castigarle por haber fallado en recuperar a la chica. Después de pensarlo mucho, el Youkai finalmente decidió seguir ese olor para acabar finalmente con esa desesperación que le consumía pero al llegar al lugar de donde aquel olor provenía, solo logró encontrar una canasta medio enterrada en la nieve '¿Qué es lo que significa esto?'

Gentouka comenzó a desenterrar aquella canasta con sus garras y una vez que esta estuvo fuera de la nieve, volvió a adoptar forma humana para poder revisar el contenido de aquella cesta. Cuando retiró la poca nieve que quedaba dentro de la canasta, grande fue su sorpresa al hallar a la pequeña que estaba buscando. Su piel y cabello realmente eran tan blancos como la nieve pero lamentablemente su respiración era débil y su cuerpo estaba demasiado frío. Ella estaba al borde de la muerte.

'¿Que debería de hacer? Si la dejo en este estado ella morirá...' Gentouka tomó a la pequeña entre sus brazos en un intento de calentarla pero aquello fue inútil '¿Qué hago?' el Youkai estaba desesperado y ya no era capaz de pensar con claridad en una solución para mantenerla con vida ya que si ella moría, estaba seguro de que su señor estaría más que molesto.

Al final y en un impulso de desesperación, Gentouka termina ofreciéndole una gran parte de su poder a la pequeña para poder salvarla. Tan pronto ella recibió el poder del Youkai su respiración regresó a la normalidad, su piel recuperó su tonalidad natural y su cabello se tornó (h/c).

—Me alegro de que esté a salvo (y/n)-hime... vamos, yo cuidaré de usted hasta que sea capaz de volver al lado de su padre...— Gentouka abrazó a la pequeña antes de comenzar a internarse en aquel bosque. A la distancia, un templo abandonado apareció repentinamente; un gran templo japonés construido principalmente con materiales del mismo color que la nieve.

En la entrada de aquel templo un Youkai menor acudió a ayudar a Gentouka con la chica.

—Gentouka-sama... ¿Se encuentras bien? —preguntó el Youkai enmascarado.

—Sí, estoy bien así que no es necesario que te preocupes, Ayayomi. Mejor ve a preparar una habitación para la pequeña...—Ordenó Gentouka. Ayayomi se acercó a la pequeña en brazos de su señor y la miró con confusión.

—Señor...ella es...—

—Sí. Ella es (y/n), Shiranui (y/n). Y nosotros cuidaremos de ella hasta que sea el momento indicado para regresarla a su padre...— comentó para luego dirigirse hacia la habitación que pertenecería a (y/n) de ahora en adelante— Ayayomi... cuando termines, quiero que hagas algo más...—

Cadenas Blancas (Natsume Takashi x Lectora x ???)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora