Nacida con un peculiar cabello blanco y ojos dorados, una pequeña niña fue abandonada por sus padres en medio del bosque a pleno invierno esperando que ella muriera por el frío pero un Youkai la encontró y decidió criarla. Años después, cuando ella...
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(Y/N) parecía confundida con aquel repentino juramento hecho por Mitsuki, no entendía la razón que lo llevó a hacer eso pero al menos ahora obtendría algunas respuestas por parte del peli lila.
— ¿Entonces eso quiere decir que puedo preguntarte lo que sea sin temer a que me mientas? —preguntó ella intentando ver si aquel juramento hecho por Mitsuki no era simplemente un juego para hacer que ella volviera a confiar en él. El youkai asintió ante aquellas palabras y se apartó de (Y/N) para levantarse de la cama y caminar hacia el escritorio de la chica y arrastrar la silla más cerca de la cama para luego tomar asiento cerca de ella. (Y/N) se levantó se la cama igualmente y se sentó en la orilla de esta para mirar de frente a Mitsuki quien parecía estar dispuesto a contestar todo lo que ella deseara saber aún si aquello incluía sus sentimientos hacia ella— entonces... ¿es verdad que mi padre, Shin, cuenta con la ayuda de uno de los Zouka Sanshin? — preguntó ella no desaprovechando ni un solo momento.
—Así es... desde que Shin atrajo la atención de uno de los Zouka Sanshin hace 500 años, él ha estado recibiendo su ayuda desde entonces. Aquel dios no se trata de cualquier Zouka Sanshin sino que se trata del mismísimo Ame-no-minaka-nushi-no-kami el más poderoso de los tres dioses de la creación... aunque claro no tan poderoso como lo es Susabi y su hermana que pertenecen a un clan diferente...—
(Y/N) permaneció en silencio tras aquello, pensó que aquellos rumores eran falsos pero ahora ya no sabía qué hacer. Había pensado en enfrentarse a Shin e intentar ir en contra de él para ver si no era necesario tener que despertar su otra sangre para poder vivir junto a Natsume pero ahora que sabía que su padre contaba con la ayuda de un dios sus posibilidades de poder ganar contra él se habían reducido al 0%; la única posibilidad que tenía era encontrar a ese tal Susabi y a su hermana pero ya no tenía más tiempo para perder por lo que descartó aquella opción.
La chica se levantó de la cama y se dirigió al armario para buscar un cambio de ropas y una vez seleccionadas, se cambió y se acercó a donde Mitsuki estaba sentado.
—Muchas gracias, Micchan...lo siento... es solo que me gustaría ir a caminar un poco para despejarme, prometo no desaparecer esta vez y si estoy en problemas usaré tu nombre real para llamarte...— dijo ella para agacharse un poco y besar la mejilla del joven antes de correr hacia la puerta y dejar la habitación. (Y/N) salió corriendo fuera de la casa y se internó en el bosque y una vez que llegó a lo profundo de este, comenzó a caminar más lentamente para poder organizar un poco todas sus ideas.
Con todo lo que había sucedido, ella podía estar casi segura que su padre haría movimientos contra ella mucho más seguidos que antes por lo que tendría que estar más atenta de ahora en adelante. Ella solo quería pasar el resto de su vida al lado de Gentouka como lo había hecho desde pequeña pero aquello simplemente ya no era posible; tras perder a Gentouka ella creyó que jamás encontraría a alguien tan importante como él pero Natsume llegó para ocupar el lugar que había dejado el youkai y ahora que quería pasar el resto de su vida al lado de aquel joven, tanto Shin como el recuerdo de su hermano hacía que su objetivo se sacudiera constantemente y yo no supiera lo que realmente deseaba hacer con su futuro.
