[3] Carta a Dante

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Dante, no sé qué pasó por tu cabeza para hacer que me sienta tan miserable, pero sea lo que sea, no quiero saberlo.

Cómo te has dado cuenta recibí tu carta, y no, no me he suicidado como puedes percibir a través de esta. Que conste que ganas no me faltan, sin embargo, comprendí que con eso no solucionaría nada, estoy segura que ni estando muerta podría desprenderme del dolor que causaste.

Tu conciencia puede estar tranquila, aún respiro.

¡Quiero olvidarte! ¡Deseo olvidarte! ¿Por qué me lo haces tan difícil? ¿Pretendes seguir burlándote de mí? ¿Es que acaso no tienes compasión?

¡Por favor! Ya no me tortures más, no lo merezco. Esto solo fue un juego para ti ¡Felicidades! Has ganado.

Solo te pido, te suplico, no vuelvas a escribirme, no me busques, olvídate de mí como yo estoy tratando de olvidarme de ti.

Con el alma rota, Mary. 

Un triste adiós Where stories live. Discover now