Capitulo I

162 20 7
                                    

Faltaban 2 horas para saber el estado de Jeonghan. Todos los días estuve orando por él y su salud, quería que todo salga bien. Aproveche y salí unos minutos para distraerme. Mis pensamientos y nervios me estaban matando. Estaba realmente destrozado. Pero lo mejor que debía hacer era tranquilizarme y pensar en positivo.

–No llores, no llores... Todo estará bien, tranquilízate. –me decía a mi mismo secando las pequeñas lágrimas.

Volví al hospital con rapidez y con ganas de verlo. A él, al amor de mi vida. Se veía realmente como el ángel que es. Difícil de creer que esta persona esté en éste el mismo lugar. Besé sus labios y me recosté en el sillón. Abro mi mochila sacando un libro y comienzo a leerle Shakespeare, su obra favorita.
Al verlo tanto tiempo así no logre resistirme y comencé a llorar.

–¿Te emociona la obra...no es así?
–abre los ojos–

–Hola cariño...¿haz dormido bien?
–le toco la frente–

–No muy bien. –respondió

– Dime, ¿que te duele?

–Me duele el cuerpo Jisoo... Ya no tengo fuerzas ni para hablar. Estoy cansado.  –suelta un profundo suspiro.–

–Entonces deja de hablar, esta bien, lo entiendo. Escúchame, lo mejor que puedes hacer es descansar. No te preocupes. Estoy aquí para ti.

–Ya no soporto estar aquí.
-comienza a derramar lágrimas-
Yo sé lo que va a pasar, tú también lo sabes. Ya es tarde Ji...
-Interrumpo-

–Cállate, por favor. Deja de decir eso. Estarás bien.-

–¿Y si no?

...

Nos observamos mutuamente y un leve silencio se aproximo en la sala.

–Es hora de que duermas, hazme caso. –lo acaricio suavemente tratando de hacerlo dormir-

–No me dejes por favor.

Trague saliva.

–No, jamás te dejaré. Ahora descansa. Recuerda que te amo mi ángel.
–me acerco y lo beso–

–También te amo Jisoo.
–Lentamente cierra sus ojos–

Me quede todo el rato esperando que Jeonghan lograra dormir calmado y sin preocupaciones. Me serví en un vaso un poco de café caliente para mantenerme despierto y estar con él

Las horas pasaron y sin darme cuenta noté que me había quedado dormido.

–Mierda.–

Desperté confundido preguntándome en donde estaba, hasta que observo a los padres de Jeonghan conversando con un doctor. Sostuve mi campera de cuero y fui a verlos.

–¡No me diga eso por favor doctor!

Al escuchar eso se me paralizó el corazón.

No, no puede ser cierto.

–Ya es muy tarde señora, lo lamento tanto...Su hijo ha resistido mucho durante mucho tiempo, tratamos de hacer lo mejor posible. Ya es tarde. –cabizbajo–

Jihan -tu Hannie. [pausada]Место, где живут истории. Откройте их для себя